¿Quién no dejó, cuando era niño, un diente de leche debajo de la almohada para que se lo llevara el Ratoncito Pérez? A cambio del obsequio, el diligente y silencioso ratón siempre nos dejaba algún regalito que veíamos cuando despertábamos. Sin embargo, pocos saben que el centro neurálgico de dichas operaciones tiene su sede en Madrid, concretamente, en la Calle del Arenal, número 8; en pleno centro de la capital. Y es que el Ratoncito Pérez es madrileño y, a pesar de estar constantemente viajando, siempre que puede vuelve a su hogar, en donde prepara todos los regalos que envía a los niños.
Lo mejor de todo, es que el famoso ratón abre las puertas de su casa a todo el mundo. Se trata de la Casita-Museo del Ratón Pérez, donde vive toda la familia Pérez: el matrimonio y sus tres hijos, Adolfo, Elvira y Adelaida. Aquí, se define al famoso roedor como “Rantropólogo y licenciado en Roeciencias Exactas. Un ratón muy señor, culto, equilibrado, amante de la lectura y la música, siempre con su gorro de paja, sus gafas doradas y la cartera roja cargadita de magia”.
El primer documento escrito en el que el Ratón Pérez figura como protagonista, data de 1902 y fue escrito por Luis Coloma, escritor y periodista jesuita nombrado Consejero espiritual de la Corona y miembro de la Real Academia de la Lengua. Se trata de un cuento escrito para el pequeño futuro rey Alfonso XIII, llamado Buby por su madre, la reina María Cristina. Alfonso XIII era un niño mimado que, ante la caída de su primer diente de leche, quedó asustado. Para tranquilizarlo, su madre encargó a Luis Coloma que redactara un cuento con el que entretener al príncipe.
Así, con tan sólo trece páginas, Coloma creó las aventuras del Ratoncito Pérez y el Rey Buby, quienes juntos recolectaban los dientes de los niños de Madrid y los llevaban a la casita del roedor, situada en la trastienda de la pastelería Carlos Prast, donde actualmente se encuentra el pequeño museo. Por aquellos tiempos, el Ratoncito Pérez y su familia vivían en una cajita metálica de galletas Huntley, las preferidas de Alfonso.
Sin embargo, es probable que Luis Coloma ya conociese de antes al Señor Pérez. Ya en el siglo XVII, la Baronesa d’Aulnoy escribió el cuento El Buen Ratoncito, en el que relata cómo un hada se convierte en un ratón que se esconde debajo de la almohada de un malvado rey, provocando la caída de sus dientes. También en la novela La de Bringas, escrita en 1884 por Benito Pérez Galdós, el autor menciona al pequeño roedor.
Sea como fuere, Luis Coloma fue quién lo introdujo de lleno en la cultura española, creando una tradición aún intacta. El Ratoncito Pérez se trata así de una eminencia entre los niños hispanohablantes, que comparte profesión con el Hada de los Dientes en los países germanos o la Petite Souris para los niños franceses, entre otros.
Así, en el lugar donde Coloma situó la residencia de los Pérez, se encuentra ahora una placa conmemorativa que dice “Vivía Ratón Pérez en la calle del Arenal número 8, en los sótanos de Carlos Prast, frente por frente de una gran pila de quesos de Gruyère…”. Un lugar donde ahora se puede visitar la Casita-Museo del Ratón Pérez que, por tan sólo 3€, nos permite descubrir el pequeño gran universo de este culto roedor y su fábrica de regalos. Mientras tanto, el Ratón Pérez seguirá repartiendo ilusión entre todos los niños que pierdan sus dientes de leche, cumpliendo diligentemente su importante y respetada misión.
CASITA MUSEO DEL RATÓN PÉREZ
Calle del Arenal, 8. Madrid. (Metro Sol)