Mírala, ahí está viendo pasar el tiempo… la feria de Alcalá

Feria de Alcalá
El Mercado Cervantino. // Dream! Alcalá
Feria de Alcalá
El Mercado Cervantino. // Dream! Alcalá

Alcalá de Henares es una localidad perteneciente a la Comunidad de Madrid, a pocos minutos de la gran ciudad. Esta Alcalá no es la gran Puerta situada en el centro de la capital y, en consecuencia, tampoco es la protagonista de la canción interpretada por los artistas Víctor Manuel y Ana Belén, pareja dentro y fuera del escenario. “Mírala, mírala, mírala, la Puerta de Alcalá”. Seguro que la has tarareado. Si has vivido los ochenta, probablemente la hayas cantado más de una vez, y, tal vez, te suscite algún recuerdo; y si no los has vivido, da lo mismo, por unos u otros motivos también la conoces. En todo caso, no he venido a hablar de la canción ni de la Puerta.

Alcalá de Henares ha sido noticia estos días por dos motivos. Uno de ellos que la Lotería ha dejado un millón de euros de premio, cuyo paradero es todavía desconocido, como suele ocurrir en estos casos. La otra razón es que desde el viernes 6 de octubre y hasta el jueves 12 se ha conmemorado la Semana Cervantina con motivo del 470 aniversario del bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra, la máxima figura de la literatura española, con una macroferia medieval, una de las más grandes de Europa, que en pocos días agrupó casi 400 puestos, 1.300 trabajadores y alrededor de 300.000 visitantes. Perfectamente ambientada, parecía estar viviendo un capítulo de El Ministerio del Tiempo. Quizás –estoy seguro–, esta sea la causa –el nacimiento de Cervantes– con más peso para que a día de hoy la ciudad de Alcalá sea archiconocida para los amantes del leer y la cultura en general.

Casa natal Miguel de Cervantes
El lugar de nacimiento, y ahora museo, de Miguel de Cervantes. // Dream! Alcalá

Estos días, aparte de puestos de artesanos y recreaciones medievales llevadas a cabo por vecinos, tanto dentro como fuera de la muralla, combates de justas, juegos tradicionales, pasajes en camello e interpretaciones musicales y teatrales de la época, pude ver una larga cola de gente que esperaba a las puertas de una vivienda. Situada en la calle Mayor, en pleno casco histórico de Alcalá, y franqueda por las dos figuras de sus fieles amigos en la ficción, Don Quijote y Sancho Panza, ahí estaba viendo pasar el tiempo –como en la canción de Víctor Manuel y Ana Belén– el lugar de nacimiento de Cervantes. El actual museo, inaugurado en 1956, es fruto de una reconstrucción de la finca original. Después de largas y tendidas discusiones, el autor del libro Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra, Luis Astrana Marín, en 1948, fue capaz de disipar la duda. Esta era la casa en la que había nacido y pasado sus primeros años el autor de El Quijote, contigua al hospital en el que Rodrigo de Cervantes, padre del autor, desempeñó su profesión.

En uno de los pasajes de su gran obra, Cervantes reza: “¡Oh, memoria, enemiga de mi mortal descanso!” –porque, en el fondo, era un poeta–. Quién le iba a decir al señor Saavedra que su recuerdo –su trabajo– nunca iba a caer en el olvido. Era manco, pero qué mano tenía. En todo el mundo se pueden ver homenajes a Cervantes, desde La Habana pasando por Moscú y hasta Madrid. Sin embargo, las alusiones a sus personajes son más habituales. Además de para pasarlo bien –si la compañía es buena–, para algo ha servido esta feria de Alcalá: para rememorar a uno de los padres de nuestra cultura. Que siga viendo pasar el tiempo.

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