Durante su gira por Europa, el cantante inglés hizo una parada en la Sala Jaguar
Desde principios de año, Miles Kane lleva media Europa recorrida con su gira One Man Band, para presentar su último disco homónimo. En España ha hecho ya 2 paradas: Barcelona y Bilbao. En la noche del 7 de marzo, el rockero inglés, cruce de Paul McCartney y Noel Gallagher, se subió al escenario de la Sala Jaguar para hacer vibrar al público madrileño.
Un ambiente marcado por la nostalgia del rock indie dosmilero y la esencia canalla del propio músico dio la bienvenida a Miles Kane. El nativo de Liverpool se dio a conocer con la banda The Rascals, cuyo garage desenfadado marcaría la energía de su futura música en solitario. Pero antes de escucharlo, el cantautor Ten Tonnes deleitó al público con su guitarra. En el pequeño escenario, el sonido surf-rock con tonos pop de Tonnes alivió la espera. Su repertorio tocó sus temas más conocidos como Lucy o Better Than Me, pero también singles de su último trabajo, Dancing, Alone (2023).
A las 21:15, y al son de Young Hearts, Run Free de Candi Steaton, un Miles emocionado bajaba las escaleras de la zona VIP para subirse al escenario. La sala retumbaba con los gritos y aplausos de un público impaciente, que empiezaba a gritar de la emoción en el momento que empieza el inicio de One Man Band. Este concepto que enmarcó su último disco se volvió realidad en ese escenario, en el que son tan únicamente él y su guitarra. Y aunque se usó una pista de fondo para las guitarras secundarias y percusión, la intimidad entre Miles y el público fue inmensa.
La falta de personas en el escenario no afectó al ritmo de la noche, que se mantuvo en una euforia constante. El concierto repasó toda la discografía del músico. Pasó por temas que lo acercan más a The Beatles como Better Than That o Rearrange, pero también por sus canciones más directas que tocan un lado más bruto de su rock, como Inhaler o Never Taking Me Alive. Y, por supuesto, no faltó su carisma pícaro que deslumbra en himnos del britpop de los 2000, como Come Closer.
Una Sala Jaguar con entradas agotadas acogió a una audiencia cercana a los 40, que echan de menos esa era del indie. Aunque también reunió a algunas personas más jóvenes, cuya admiración por el rockero puede venir de su colaboración con la actual reina del indie pop, Lana del Rey.
Entre su repertorio lleno de potencia, las pocas baladas que tocó fueron todas especiales. La primera fue Dealer, esa canción que escribió para Lana del Rey y que se convirtió en la sorpresa de la noche. Para seguir, Standing Next To Me de The Last Shadow Puppets, robándoles una sonrisa a todos los nostálgicos que lo conocieron por esta banda que comparte con Alex Turner, de Arctic Monkeys. Para rematar la sección más tranquila del bolo y «demostrar que lee sus emails”, tocó una propuesta del padre de Simón, un fan adolescente que asistía por primera vez a un concierto suyo.
Entre risa y risa, Miles demostró una fuerte conexión emocional con el público, que saltaba si él lo pedía y le gritaba de vuelta todas sus letras. Se despidió con Don’t Forget Who You Are, dejando la sala abatida con un sentimiento agridulce por su ida. Sin embargo, él mantuvo su energía cautivadora hasta el momento en el que se bajó del escenario. Que, por cierto, fue al son del victorioso Gonna Fly Now, la banda sonora de Rocky.