Los santos inocentes de la Biblia y de Delibes

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La mantanza de los inocentes. Fresco de la Capilla de los Santos Inocentes en la Iglesia de San Gregorio Maggiore, Spoleto, Italia.

 
Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. (Mateo, 2, 16)

 

[…] pero, bien mirado, el Azarías era un engorro, como otra criatura, a la par que la Niña Chica, ya lo decía la Régula, inocentes, dos santos inocentes, eso es lo que son… (Los santos inocentes, Miguel Delibes).
 

Fotograma de la película Los santos inocentes de Mario Camus, basada en la novela homónima de Miguel Delibes
Fotograma de la película Los santos inocentes de Mario Camus, basada en la novela homónima de Miguel Delibes

¿Qué relación existe entre los niños menores de dos años asesinados por los soldados del rey Herodes en Belén hace unos dos mil años, que rememoramos cada 28 de diciembre, y el Azarías y la Niña Chica de la novela del escritor vallisoletano, ambientada a principios de los años sesenta del pasado siglo?

Azarías y la Niña Chica son las criaturas, como las de Belén, ajenas al drama, que sufren la escasez, la incultura y la exclavitud. Ambos son víctimas de la injusticia que sostienen los amos, «que son los dueños de la tierra», expresa Domingo Ródenas en su edición comentada de la novela Los santos inocentes (Crítica), quien descubre que el término ‘santos’ no aparecía en un principio en el manuscrito, que iba a tener otro título: La familia de Paco, el Bajo. Pero, finalmente, Delibes lo introdujo:

Manuscrito de la obra en el que se puede observar la adición del sustantivo 'santos'. Extraído de la edición de Crítica.
Manuscrito de la obra en el que se puede observar la adición del sustantivo ‘santos’. Extraído de la edición de Crítica.

Azarías es un inocente en doble sentido: «no es consciente de causar perjuicio y sufre una deficiencia psíquica», escribe Ródenas. La Niña Chica, hija de Paco, el Bajo, y Régula, comparte con su tío Azarías (hermano de la Régula) una doble inocencia: la de padecer una parálisis cerebral que le impide moverse o comunicarse, aunque, de vez en cuando, profiera «unos escalofriantes alaridos sin sentido», causando el estremecimiento de quien los oye. Azarías y la Niña Chica son los santos inocentes de la novela.


 
El título tiene, por supuesto, la reminiscencia al pasaje evangélico. Los santos inocentes son los niños menores de dos años que Herodes ordena asesinar con la intención vil de deshacerse de Jesús, llamado a ser Rey de Jerusalén. Son los niños, pues, víctimas de una injusticia suprema, como también lo son Azarías y Charito, la Niña Chica, «y, en este sentido amplio, también lo son todos los sometidos, todos los oprimidos: Paco, el Bajo, la Régula, la Nieves y el Quirce, sobre los que pesa un castigo de pobreza y desdicha sin culpa«.
 

Antonio F. Jiménez

Periodista. 1992. Bullas (Murcia). Vivo en Madrid y curso el máster en periodismo cultural de la Universidad San Pablo CEU. Siento nostalgia por los hombres del tiempo, como José Antonio Maldonado o Paco Montesdeoca, y por la antigua sintonía de Informe Semanal. Me gusta el olor de los caldos y el rancio de los libros viejos.

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