LOS INCONVENIENTES DE LA LEGALIDAD EN EL I FESTIVAL DE CINE ON LINE

Qué emoción fue la mía cuando mi jefa me dio una semana entera de vacaciones y, acto seguido, me topé con el Primer Festival de Cine Invisible por Internet. Por fin, después de incontables días sin ocio, tendría el tiempo y la posibilidad de asistir a mi primer festival de cine on line. No sólo podría ver de forma gratuita doce películas nunca antes proyectadas en España, sino que podría ser una de las afortunadas que se llevasen un año de cine gratis en filmotech.com, sólo por votar cuál era mi largometraje favorito de la Sección Oficial.

Lo único que necesitaba era un ordenador, conexión a Internet y una dirección de correo electrónico para poderme registrar en la base datos del festival. ¡Todo parecía tan fácil! Sólo debía introducir el código de visionado, que guardaba celosamente en la bandeja de entrada de mi buzón, cada vez que quisiese ver una de las películas. Así que, de lo único que me tenía que preocupar era de elegir un traje adecuado para la ocasión. Al fin y al cabo, aunque fuese por Internet, se trataba de una premier.Globo terráqueo conectado al moden de Internet

Había pensado en algo cómodo, elegante pero, a la vez, informal. Y me acabé decidiendo por un pijama clásico con botones, color turquesa, de seda natural. Con este modelito podía acudir perfectamente tanto a la presentación de la sección de Cine Inédito Español (Ander, de Roberto Castón; Dispongo de barcos, de Juan Cavestany; La vida útil, de Federico Veiroj; Los materiales, de Los Hijos; Morir de día, de Laia Manresa y Sergi Dies; Todos vós sodes capitáns, de Olivier Laxe) como a la de Cine Inédito Documental (Draquila, de Sabina Guzzanti; In the bazaar of sexes, de Sudabeh Mortezai; Little Alien, de Nina Kusturica). Incluso me podía pasear por la alfombra roja de las Joyas del Cine Español, una sección paralela al margen de la competición (Calle Mayor, de Juan Antonio Bardem; El espíritu de la colmena, de Víctor Erice; El pisito, de Marco Ferreri; La caza, de Carlos Saura; Plácido, de José Luis Berlanga; Viridiana, de Luis Buñuel). Pero no podía ir tan modosita al estreno del Inédito Europeo. Tenía que buscar alguna transparencia en mi armario que estuviese a la altura de las borlas giratorias que colgaban de los pezones de MissDirty Martini en Tournée, uno de los films que, sin menospreciar a Cartas a Dios (Eric-Emmanuel Schmitt) ni a Dinero fácil (Daniel Espinosa), más me llamaba la atención. No porque Mathieu Amalric hubiese ganado con ella el Premio al Mejor Director en el Festival de Cannes del año pasado, sino porque la rolliza versión del Moulin Rouge que su tráiler parecía anunciar había despertado mi curiosidad.

Mimi Le Meaux en una escena de 'Tournée'Y cuál fue mi sorpresa al introducir mi enrevesado código de visionado cuando, muy amablemente, se me comunica que las vedettes del New Burlesque “únicamente están disponibles para España”. ¡Ay, ingenua de mí, que en su día me creí que Internet era un solo país! Y resulta que, hasta que no vuelva de mis vacaciones a Madrid, no podré decidir si los plumones de Mimi Le Meaux merecen llevarse mi votación. Lo malo es que, cuando vuelva a la capital, mi jefa no me dejará tiempo para visionar, antes de que el 11 de mayo acabe el certamen, todas las películas del festival. Esto, si hacemos las cosas de forma legal…

Sintiéndolo mucho por los derechos de propiedad intelectual, no me queda más remedio que, mientras aún estoy de vacaciones, darle al botón de “descargar”.

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