La periodista, profesora y filóloga Lidia Jiménez Rodríguez se une a responder una serie de cuestiones para nuestro medio. Nos muestra en cada una de sus respuestas su faceta más personal y la misma pasión con la que se entrega en el aula.
Es licenciada en Filología Inglesa y Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, completa sus estudios con el Máster de Periodismo de El País (2007) y American Studies Culture and Politics (2004) en Harvard University (Cambridge, USA).
Actualmente es profesora y coordinadora académica del Máster de Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo. Ha trabajado como redactora em diferentes diarios como El País, La Razón y ABC en España y otros internacionales como La Nación de Buenos Aires o La Verdad de Maracaibo.
Junto al periodismo, combina su pasión hacia la literatura. Ejerció la labor de profesora de Lengua y Literatura en Maimonides School (Boston, USA) durante dos años. Además, publica varios relatos de ficción. Se destaca entre otros La angustia existencial en la obra de Saul Bellow (F.U.E) y Celos (2014), seleccionado para una antología de cuentos iberoamericanos en la editorial argentina El escriba. Y como curiosidad, añadir que próximamente publicará su primer libro Querido J., con Índigo Editoras.
Mi viaje ideal
Nueva York, Roma o Cartagena de Indias.
El libro que todo el mundo debería leer
Además de algún clásico como El Quijote (1605 y 1614), Hamlet (1603), Ana Karenina (1877), En busca del tiempo perdido (1908-1922) o Rayuela (1963), por citar alguno, añadiría Opiniones de un Payaso (1963), de Heinrich Böll.
El revolucionario cinematográfico
Polansky, Haneke y, en casa, Almodóvar.
Obra pictórica que me descoloca
El jardín de las Delicias (1490-1500), de El Bosco, Las dos Fridas (1939), de Frida Kahlo, y cualquiera de Pollock.
Canción para subirme la moral
¡Tengo tantas! I got life, de Nina Simone; Suspicious Mind, de Elvis; Debaser, de Pixies; o First of the gang to die, de Morrisey. En música española, me declaro andaluza: un fandango de Huelva, una alegría de Cádiz, la guitarra de Paco de Lucía o cualquier copla bien interpretada.
Una obra de teatro que me emocionó
Waiting for Godot (1952) me impresionó. Pero emocionarme, de llorar, entonces mejor la Ópera: el aria Un bel di vedremo, de Madama Butterfly (1904) de Puccini, cuando ella, atribulada, imagina la llegada del amado y piensa que se tendrá que esconder “per non morire al primo incontro”. Tremendo.
Comida que nunca me canso de comer
Pasta a la carbonara.
De lo que estoy orgulloso
De tener muchos y muy buenos amigos.
Donde me siento más a gusto
En mi casa de El Acebuchal, una aldea perdida en la provincia de Málaga.
La compañía perfecta para una cena
Alguien con quien me ría mucho, que se apasione con cualquier tema, ¡y que coma/beba tanto o más que yo!
Mi primer recuerdo
Un colegio en Talavera de la Reina, Toledo. Había una niña mayor que me hacía mucho caso. Recuerdo hasta su nombre.
Mis versos preferidos
“Apiádate de mí, rompe mi duelo, que soy amor, que soy naturaleza”.
(Sonetos del amor oscuro, Lorca)
Escritor/a que admiro
Me gusta mucho Proust, Wilde, Saul Bellow, Gabriel García Márquez… En poesía, destaco a John Ashbery, pero también Walt Withman o Emily Dickinson.
Foto preferida de mi galería
Una foto con Cristina Carulla en lo alto del Roraima (Venezuela).
Película en la que te gustaría vivir
A ratos entre Reality Bites (1994), La Princesa Prometida (1987), El Gran Gatsby (2013).