¿Todavía no sabes muy bien qué plan hacer con tu madre en su día o qué regalarle? Aquí tienes seis novelas sobre el vínculo maternofilial que podéis leer y comentar.
“Madre no hay más que una”, la típica frase que todos hemos escuchado cientos de veces a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, por tópica que resulte, eso no la hace menos cierta. Y aunque todos los días deberíamos agradecer a nuestra madre todo lo que ha hecho por nosotros, el primer domingo de cada mes de mayo es el día perfecto para reservar un momento especial con ella y demostrarle lo importante que es.
Y una buena forma es mediante la literatura. Ya sea regalándole un libro, o compartiendo impresiones sobre una lectura, el mundo de la escritura puede ser la oportunidad perfecta para decirle a una madre lo importante que es, además de compensarle un poco por todos los quebraderos de cabeza de la infancia y adolescencia. Presentamos seis libros sumamente interesantes en los que el vínculo entre madres e hijos es el pilar fundamental de la historia.
El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes, de Tatiana Ţîbuleac (Ed. Impedimenta, 2019)
Abriendo la lista nos encontramos con una conmovedora novela que combina tragedia, nostalgia y una exhaustiva exploración del vínculo entre madres e hijos, y que supuso todo un éxito tras su publicación en 2019. En la misma, un célebre pintor rememora el último verano que pasó con su madre, con quien tenía una relación tóxica y distante. Lo que en un inicio parecía ser un viaje por compromiso terminaría convirtiéndose en una experiencia tan reveladora como transformadora.
Tanto para quienes consideren a su madre la persona en la que más confían como quienes hayan pasado por épocas de tensión con ella, esta historia de amor y perdón llegará a lo más profundo. La prosa de Ţîbuleac, considerada como una de las grandes autoras revelación de Rumanía, logra transmitir magistralmente las tribulaciones de los personajes en una historia que hace pensar.
Ella estuvo entre nosotros, de Belén Fernández Llanos (Ed. Overol, 2019)
Continuando con las historias trágicas, nos encontramos con otro relato que combina el drama con las interacciones maternofiliales. En este caso, se trata de la experiencia de una joven que ha tenido que presenciar desde su más tierna infancia cómo su madre languidecía en un hospital. El contraste entre la mujer alegre y sana a la que conocía y la figura débil y dependiente en la que ésta se acabaría convirtiendo marcará a la protagonista.
Perder a un progenitor en la infancia es una de las experiencias más duras por las que puede pasar una persona, incluso aunque no se sepa exactamente qué es lo que está sucediendo. Probablemente, una historia que hará que más de uno quiera correr a abrazar a su madre al terminar la lectura.
El año del pensamiento mágico, de Joan Didion (Random House, 2005)
Una situación similar, pero a la inversa, aparece en este relato autobiográfico publicado en 2005. En el mismo, Joan Didion narra dos experiencias extremadamente dolorosas acaecidas en el mismo año: la enfermedad de su hija y la muerte de su marido. Entre visitas al hospital y los intentos por seguir adelante con su vida, Didion reflexiona tanto sobre la familia como acerca de la inevitable negociación con la realidad que sigue al duelo.
Se trata de una forma muy interesante de analizar la pérdida y el dolor, sin hacer especial hincapié en las emociones negativas, pero representándolas perfectamente de todos modos. Asimismo, incorpora numerosas alusiones médicas y psicológicas, realizando un repaso exhaustivo a una realidad tan desagradable como inevitable.
Mamá, de Jorge Fernández Díaz (Ed. Alfaguara, 2019)
Lo cierto es que, en no pocas ocasiones, la realidad supera a la ficción en lo que se refiere al drama. Y un excelente ejemplo es la historia de la madre del periodista Jorge Fernández Díaz, quien vivió en sus propias carnes la célebre frase “la historia siempre se repite”. Nacida en España, fue enviada por su familia a la Argentina peronista bajo la promesa de que todos se reunirían más adelante, pero terminó quedando atrapada en el país. Muchos años después, la situación da la vuelta cuando sus hijos empiezan a buscar la forma de emigrar al país que la vio nacer.
Las diferencias culturales, las dificultades de los inmigrantes y la esperanza por un futuro mejor se dan la mano en este interesante relato en el que queda plasmado el inmenso amor que una madre siente hacia su descendencia.
El rosario de los Andes, de Madelón Rodríguez (Ed. Perfil, 2009)
Lo mismo se aplica al siguiente libro del listado. A raíz del estreno de La sociedad de la nieve el año pasado, el interés por el tristemente célebre accidente en los Andes se renovó notablemente. Sin embargo, el libro de Pablo Vierci, inspiración de la cinta, no fue el único relato sobre la experiencia de los supervivientes. Muchos de los protagonistas de la tragedia, así como varios de sus familiares, compartieron su vida con el mundo mediante la literatura, como fue el caso de Madelón Rodríguez, madre de Carlos Páez, uno de los pasajeros del avión.
En la novela, la autora describe sus turbulentas emociones durante los 72 días que su hijo estuvo desaparecido en las montañas, con un fuerte énfasis en la esperanza de poder verle nuevamente y en el apoyo que supuso su fe en el proceso, así como la profunda alegría cuando el joven finalmente regresó a casa. En 2024 se anunció una adaptación cinematográfica producida entre Argentina y Uruguay, protagonizada por Natalia Oreiro.
No, mamá, no, de Verity Bargate (Ed. Edhasa, 1978)
Y para cerrar con un tono algo más distendido, nos encontramos con una curiosa deconstrucción de las relaciones entre madres e hijos, en la que no faltan toques de comedia e incluso terror. La novela mezcla el choque entre enfoques familiares con una mirada crítica a los propios roles de los padres, dando lugar a una historia que, pese a haber sido publicada en 1978, también podría transcurrir en nuestros días.
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