¿La cultura al alcance de todos, pero en manos de unos pocos? Catedráticos, historiadores y expertos en el mundo del arte son los que se han echado encima de los hombros de Christian Gálvez, presentador del conocido y longevo programa Pasapalabra; que recientemente y, al margen de su trabajo en la televisión, ha decidido comisariar la exposición Leonardo Da Vinci. Los rostros del genio. La muestra, situada en la Biblioteca Nacional de España, ha sido desplazada a un segundo plano ante el aluvión de comentarios negativos que se han derramado en torno a la figura del presentador, a causa de su carácter mediático en consonancia con su supuesta falta de conocimientos académicos sobre el tema. Por tanto, no es otra razón, sino la polémica que todo esto ha suscitado, la que ha terminado por eclipsar el recuerdo del pintor renacentista en el quinto centenario de su muerte.
Christian Gálvez, que se niega a quedarse encasillado en una sola cosa, compagina su trabajo en la televisión con su amor por la historia. Esto es precisamente lo que más admira de aquella época, »la multidisciplina, en la que el hombre debía ejercer un poco de todo, y ejercerlo bien, sin que nadie le juzgase por ello». Así pues, en la actualidad cursa la carrera de historia del arte y ha escrito varios libros centrados en la figura de Leonardo, como su novela Matar a Leonardo Da Vinci, en la que ya dejaba entrever su clara admiración por este artista, e incluso creó El pequeño Leo, una colección de cuentos infantiles basados en su persona. Durante toda su vida, Gálvez se ha volcado en la historia y, a decir verdad, dentro de esa historia, Leonardo Da Vinci es el centro de atención. Sin embargo, sus estudios de carácter autodidacta no son suficientes para convencer a los expertos en el tema de que la exposición presenta la base científica necesaria como para no ser considerado un »intruso» en el universo académico del arte. ¿Y qué es un intruso? Esa es la cuestión que se baraja aquí. Según alegan, le faltan estudios tanto del Renacimiento, del comisariado en obras de arte, como del propio pintor y no cabe duda de que todos estos argumentos son irrevocables, pero, a pesar de ello, ¿por qué no iba alguien a divulgar la obra de un artista al que admira? Al fin y al cabo, en ese aspecto Christian Gálvez ya no sería un intruso; sino un puente entre la sociedad y el arte que le apasiona.
Cabe resaltar, además, el hecho de que el presentador no ha organizado por sí solo esta exposición, sino que ha contado con la colaboración durante todo el proceso de Elisa Ruiz, catedrática de paleografía que, aunque se ha llegado a reconocer su autoridad, ha sido acusada de »haber elegido unos malos compañeros de viaje». Por su parte, la directora de la Biblioteca Nacional de España, Ana Santos, ha dado su apoyo al comisario para continuar con la muestra. Como suele ocurrir, la polémica alcanza su punto álgido en las redes sociales, en las que la gente se ha volcado para defender a Christian Gálvez y ofrecer su apoyo a la exposición, como muestra de gratitud por acercar a uno de los artistas más importantes de la historia en una fecha tan señalada.
La controversia que este tema ha generado sigue en aumento y, a pesar del apoyo social y de sus colaboradores, Christian Gálvez continúa encontrándose solo ante los amantes de un tema del que él también se considera un gran admirador. Contra todo esto, el presentador ha declarado que, si llegase el momento en el que la Biblioteca Nacional de España decidiese que se tiene que despedir, él agarraría sus cosas y se iría. Sin embargo, esto se halla lejos de ocurrir y, mientras tanto, podremos disfrutar de esta exposición hasta el 19 de mayo en el Palacio de las Alhajas, recordando que hace quinientos años falleció este artista que tan vivo se encuentra a día de hoy. En ella nos hallamos frente a una serie de instalaciones audiovisuales, así como reconstrucciones realistas, aplicaciones de realidad mixta y realidad aumentada, infografías y todos los facsímiles de los manuscritos de Leonardo. Además, sorprendentes aplicaciones tecnológicas acompañan al espectador en su camino hacia una obra original que visita España por primera vez: La Tavola Lucana, el retrato descubierto por el historiador Nicola Barbatelli en 2009 y del que los expertos consideran que es el único que reúne todas las condiciones para representar al maestro florentino. De esta manera, Madrid se llena una vez más del ya inmortal Leonardo Da Vinci, que siempre tiene algo que contarnos.