Una obra “divina”

La-llamada

¿Qué pensarían si les invitaran a asistir a un espectáculo que mezcla a dos adolescentes alocadas con monjas y visiones celestiales? ¿Y qué dirían si además todo esto estuviera acompañado de estilos musicales tan dispares como Withney Houston y el electro-latino? Ésta es la carta de presentación de La llamada, el musical escrito por Javier Calvo y Javier Ambrossi que, después de haber triunfado en el hall del Teatro Lara, llega al patio de butacas para “acercar a sus espectadores al cielo”.

Pero vayamos por partes. La historia empieza en el campamento cristiano de La brújula, cuando dos de sus alumnas, María y Susana, desobedecen las órdenes de las monjas que las vigilan para irse a un concierto de Henry Méndez. Cuando son descubiertas, la Madre Bernarda, que ha llegado nueva hace unos días para poner orden, junto con la joven y tímida hermana Milagros, las castigan a quedarse sin excursión de fin de semana. Y es en estos dos días cuando estalla la locura: María ha comenzado a ver a Dios. Y no a un Dios cualquiera, a uno que acompaña sus apariciones de canciones de Withney Houston, y Susana empieza a tener sentimientos hacia alguien que no esperaba…

La llamada, en el Teatro Lara
La Madre Bernarda habla con Susana sobre sus apariciones «divinas»

Con este argumento tan disparatado y estos ingredientes tan freaks, casi podría parecer que la historia es un desmadre, un absurdo total, un sinsentido. Sin embargo, el texto está escrito de tal forma que todo cuadra y enlaza a la perfección, como las piezas de un puzzle teatral perfecto. Gran culpa de ello lo tiene su reparto, capitaneado por Macarena García que, con un reciente Goya en su haber por haber encarnado a la Blancanieves de Berger, crea junto con Andrea Ros el dúo perfecto, una pareja de amigas divertida, espontánea y natural que se sirve de la jerga juvenil para provocarnos una risa constante que dura de principio a fin de la representación. Tampoco debemos olvidarnos de Llum Barrera, la Madre Superiora que basa su enseñanza en canciones y sermones religiosos que resultan hilarantes; de Belén Cuesta, una auténtica actriz revelación que encarna a la hermana Milagros, una monja muy joven que no sabe si ha elegido el camino correcto, pero que tiene claro que es tan tierna y dulce que prefiere pasar por alto las travesuras de las niñas a obedecer a Sor Bernarda; o de Richard Collins Moore, la voz del “altísimo” que consigue emocionarnos con la interpretación de los temas más representativos de Withney Houston.

En cuanto a aspectos negativos, no los tiene. Quizás haya que mejorar el sonido, deficiente e irregular en algunos momentos, aunque bien es cierto que este hecho no supone un impedimento para que el resultado final sea igualmente impresionante.

En definitiva, La llamada cumple “religiosamente” con el milagro que promete en su cartel de presentación y te invita a repetir una, dos, tres o incontables veces. Una obra “divina”.

Nerea Sirera

Cinéfila, seriéfila y amante de la literatura y el teatro. Licenciada en Periodismo, siempre tengo un libro o una película entre manos. Soy de Alicante, Madrid y el mundo. Escribo en www.cineconella.com y en http://www.infoexpres.es/s6154-Los-acomodadores.html.

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