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La Gatoteca, el primer café de gatos de España

Decía Sigmund Freud que “el tiempo pasado con gatos nunca es tiempo perdido”. Algo que sabe muy bien Eva “Alexander” Aznar, directora de La Gatoteca, el primer café de gatos de España. Penélope, Pulguita, Vida, Valentina, Roco o Bernardita son solo algunos de los más de 70 mininos que ya han pasado a formar parte de la larga lista de inquilinos de este Club del Gato. Un proyecto que, aunque percibido en sus comienzos como algo esnob por algunos, ha demostrado tener éxito entre el público además de realizar una labor social sin ánimo de lucro.

Lo que uno percibe al entrar en La Gatoteca es que, como es lógico, los gatos son los absolutos protagonistas. Uno se siente como un invitado en esa pequeña casa gatuna en la que todos los mininos andan a sus anchas ya sea echando la siesta, jugueteando, buscando mimos o, simplemente, reflexionando. Te reciben con naturalidad y te miran con curiosidad deseando hacer nuevas amistades. Todo al más puro estilo Gato Jazz, al ritmo de una música suave que da un ambiente relajado como si nos encontrásemos en el mismísimo paraíso felino.

Entrada de La Gatoteca
Entrada de La Gatoteca

Pero, ¿de dónde surge esta idea? Eva nos cuenta que siempre ha sido una apasionada de los gatos. Estudió Diseño de Interiores y pensó en hacer algo original para su proyecto de fin de carrera. Fue así como descubrió los neko-cafés (neko es gato en japonés) y se embarcó de lleno en esta aventura. El primer café de gatos del mundo se creó en Taiwán en 1998 y desde entonces han ido proliferando, principalmente, en Japón. En 2012 se inauguró el primer café de gatos en Europa, en la ciudad de Viena, y en 2013 La Gatoteca abrió sus puertas en Madrid, convirtiéndose en el primero y, de momento, único en España.

Eva afirma orgullosa que, además, es el primer café de gatos en el mundo que ofrece un servicio de adopción. Siendo la sede física de la Asociación Abriga, encargada de la gestión del local, acoge temporalmente a gatos procedentes de otras asociaciones o de la perrera municipal hasta que encuentren un dueño adecuado para ellos. Además, la directora deja muy claro que ellos no trabajan con cachorritos. Nos cuenta que “los gatos adultos siempre están en un segundo plano, son más difíciles de adoptar. La gente ni siquiera sabe lo que vive un gato. Adoptas un gato de cinco años y todavía puede vivir otros quince. Entonces le damos la oportunidad a esos y luego a gatitos con necesidades especiales como que sean tuertos, sean cojos, que tengan ataxia… porque a esos, si no los conoces, es mucho más complicado”.

Por eso, en la Gatoteca se vigila muy bien quién adopta un gato, ya que no sirve elegir a uno porque sea el más bonito sino que debe adecuarse a tu carácter y estilo de vida. Los interesados deben realizar un curso de preparación y conocer a los felinos. “Aquí no hay límite de tiempo”, afirma Eva. Los gatos pueden estar en el café todo lo que sea necesario, lo importante es asegurarse que están con unos buenos dueños.

Siamesa estantería
Libros, música y ronroneos

Por otra parte, a pesar de la crisis, todo se realiza a través de la autogestión. Para ello, realizan todo tipo de actividades orientadas a la formación y consulta referente al mundo del gato, así como eventos culturales, cursos o la celebración del Festival Miau por el Día Internacional del Gato. También cuentan con servicios como Oh my Gatos! o Felvet, todo pensado para hacer más fácil la vida de los pequeños felinos y sus dueños. Además, en la Gatoteca se paga por el tiempo y no por la bebida. Así como en los cafés asiáticos se cobra por ambas, Eva nos cuenta que a ellos les parecía excesivo. Por ello, se cobra la entrada a la salida, según el tiempo que hayas estado, y se ofrece una primera consumición gratuita. Además, hay precios especiales para niños, jubilados o personas discapacitadas y sus acompañantes.

Y es que a La Gatoteca va todo tipo de público. Nos explica Eva que “hay veces que vienen las tres generaciones juntas; abuelos, padres e hijos. La mayoría son amantes de los gatos o gente que no puede tener uno en casa”. En todo esto, aparece Rebeca, la gatita del mes. Una siamesa de carácter nervioso a la que le gustan mucho las cajitas de cartón. Rebeca es la gata más veterana en La Gatoteca, razón por la cual ha sido elegida como protagonista del mes con el objetivo de encontrar un buen hogar para ella.

Layla
Layla descansando en las alturas

La posibilidad de poder tomar una bebida mientras lees un buen libro junto con el ronroneo de tu acompañante gatuno es más que atractiva. Si le sumas la labor social de ayuda a gatos sin hogar, el resultado no puede ser mejor. Como prueba, el éxito de La Gatoteca pese haber surgido en tiempos de crisis. Y es que los gatos, si bien a unos les gustan más y a otros menos, siempre han causado fascinación. Así, dijo Guillermo de Aquitania que “la elegancia quiso cuerpo y vida y se transformó en gato”. Hasta el propio Leonardo Da Vinci manifestó que “hasta el más pequeño gato es una obra maestra”.

Eva, amante de los gatos y muy buena conocedora de ello, piensa continuar con su labor y mejorarla. Si bien nos confiesa que próximamente está prevista la apertura de otro café de gatos en Barcelona, La Gatoteca no tiene pretensiones de abrir más locales. Afirma que “todavía hay muchas ideas que teníamos desde antes de abrir que no las hemos llevado a cabo”, por lo que siempre están pensando en mejorar. Un proyecto novedoso, innovador y original que aún tiene mucho que ofrecer a todo aquel que quiera visitarles. Eva lo sabe muy bien y sonríe. “Habrá sorpresas”, dice.

La Gatoteca
C/ Argumosa, 28 (Metro Atocha y Lavapiés), Madrid

Horario: De martes a domingo de 11:00 horas a 21:30 horas

Laura Antolínez Parrado

"En cuestiones de cultura y saber, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da". Antonio Machado

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