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Jaume Ripoll (Filmin), a la vanguardia española en el streaming

Jaume Ripoll, cofundador de Filmin
Jaume Ripoll, cofundador de Filmin. Fuente: Twitter

El mundo cambia. Mucho. Demasiado. Si echamos la vista atrás podemos recordar cómo el mundo era cuando éramos más jóvenes, cómo todo parecía ser mucho más simple e inocente. La nostalgia es una peligrosa herramienta. Es peligrosa porque nubla nuestro juicio, pero también nos puede trasladar a momentos que sencillamente ya no existen. Hace veintiséis años, en 1997, dos hombres fundaban en California una modesta compañía de alquiler de DVDs vía postal. Los videoclubes existían desde hace dos décadas; Blockbuster Video, fundada en 1985, había llegado a ser una de las empresas que más facturaba.

La idea de estos dos hombres era, sin embargo, novedosa: el videoclub como concepto llevaba en auge desde la década anterior, pero aún así estaba muy limitado por las restricciones y fechas límite. Su idea era crear una empresa de alquiler que ni comprometiese a sus usuarios, ni los penalizase y que en el futuro pudiese realizar la mayor parte de su actividad a través de Internet. Dos décadas después echamos la vista atrás y recordamos los videoclubes con cariño pero como algo obsoleto. ¿Qué fue de Blockbuster Video? La bancarrota absoluta. ¿Qué fue de aquellos dos hombres de California con grandes ideas? Bueno, a día de hoy pueden decir con orgullo que son los fundadores de Netflix.

Nuevos horizontes

Netflix ha revolucionado el mundo del consumo del audiovisual. Desde hace más de una década la compañía estableció como norma el plan de suscripciones a una plataforma online para acceder a un amplio catálogo. La competencia no esperó: HBO, que habían revolucionado el mundo de las series con títulos como Los Soprano o The Wire sacarían su propia plataforma. Jeff Bezos haría lo mismo y lanzaría Prime Video. Disney seguiría la estela de todas ellas y también presentaría su propuesta al mundo. A día de hoy es prácticamente imposible encontrar a alguien que no haya tenido en algún punto de su vida alguna de estas plataformas.

Esto nos deja una pregunta: ¿dónde encaja España en todo esto? ¿Aportamos ideas nuevas o debemos someternos a la hegemonía cultural yankee donde cuatro empresas controlan la industria del entretenimiento audiovisual bajo demanda? Esta mismo debieron preguntarse Juan Carlos Tous y Jaume Ripoll, pues en 2010 lanzaron Filmin, una plataforma cuyo contenido es cine clásico y de autor. Con un plan barato y un grandísimo catálogo Filmin se corona como la gran opción para los cinéfilos. Filmin compite de esta forma con otras plataformas de servicio similar como puede ser Mubi, por ejemplo. Y no se queda atrás.

Jaume Ripoll ha sacado recientemente Videoclub, un libro muy muy personal en el que habla del cine como su pasión desde la infancia, y como este le influenció a la hora de crear una de las plataformas con el catálogo más exquisito que existen en nuestro país actualmente. He tenido, además, la oportunidad de charlar con él para intercambiar impresiones sobre el panorama de la plataforma, el futuro de la misma, sus objetivos de cara al futuro o sus opiniones personales sobre según qué temas como el pasado del consumo de cine, los videoclubes y la competencia.

P: Recientemente has publicado Videoclub, un libro muy personal en el que hablas de tu pasión por el cine y como este ha influido y dirigido completamente tu trayectoria personal. Me gustaría empezar preguntando que habría sentido ese niño aficionado al cine si hubiese sabido que acabaría dedicando su vida a su pasión, supongo que es un sueño hecho realidad para ti el dedicarte a lo que te apasiona y poder compartirlo con tanta gente.

R: En el fondo siempre supe que me quería dedicar al cine, lo que ocurre es que creí que me quería dedicar a la dirección cuando la realidad es que lo que a mí me gusta es la distribución y la recomendación. No lo descubrí hasta más tarde. He sido muy muy afortunado; las frustraciones que he podido tener por mi falta de talento como director me ha pasado a mí pero también le ha pasado y le pasa a muchísima gente. Yo he tenido la suerte de que después de ese fracaso he podido encontrar otro camino para desarrollar y cumplir mi deseo de trabajar en la industria del cine.

P: Justo comentas que originalmente te hubiese gustado dedicarte a la dirección. Como una persona que en primer lugar es un ávido consumidor de cine me gustaría saber sobre tus grandes referentes, esos ídolos que más te han marcado como persona y que más han encauzado tu carrera profesional, los que gracias a ellos hoy eres quién eres.

R: Mis grandes referentes a nivel personal han sido sin duda mi padre y Juan Carlos Tous. Mi padre porque fue la persona que me inculcó el cine como espectador y Juan Carlos Tous porque ha sido quien me ha enseñado y me ha acompañado en la parte profesional: en Manga, en Cameo y posteriormente en Filmin. A nivel de espectador, como directores mis grandes referentes son Billy Wilder, Sidney Lumet y John Huston por su carácter ecléctico.

P: Pasamos a los videoclubes. En tu libro se habla de este negocio, uno que se encuentra prácticamente en extinción desde el auge de las plataformas de streaming. ¿Hasta qué punto crees que tienen responsabilidad las nuevas tecnologías en su caída? ¿Sientes que Filmin intenta recuperar un poco la esencia de lo que era ir a un videoclub pero adaptada a los nuevos tiempos? ¿En qué dirías que os diferenciáis del resto de plataformas de streaming en cuanto a la labor que realizáis?

R: Yo no creo que haya que responsabilizar a las plataformas de la caída de los videoclubes. Es un cambio del modelo de negocio, de la forma de ver cine y es verdad que la tecnología ha provocado esto, pero es que también es verdad que los videoclubes nacieron a raíz de una revolución tecnológica que fueron primero la cinta magnética (el VHS) y después la digital (el DVD); esto trasladó a los espectadores de las salas de cine a los hogares y a estos los acompañaron las innovaciones tecnológicas con las que aparecieron las plataformas. Al final como ambas propuestas eran muy similares una de ellas tenía que salir vencedora; mientras que las salas de cine han mantenido su condición hegemónica a nivel cultural.

P: ¿Cuál es tu opinión sobre la coexistencia de plataformas de streaming y videoclubes en la industria actual? ¿Crees que hay espacio para ambos modelos de negocio?

R: Creo que a día de hoy los videoclubes sirven más como archivo que como espacio de novedad. Las plataformas y los videoclubes coexistieron durante un tiempo pero ahora el modelo dominante en la distribución doméstica es el de las plataformas y también el de las televisiones, no debemos olvidarnos de ellas.

P: ¿Es un modelo de negocio que ves viable que se recupere en un futuro, vista la fascinación reciente con lo vintage, o crees que en este caso es un negocio que nos ha dejado para siempre? Se me ocurre por ejemplo el caso de Blockbuster Video, una de las compañías más rentables del mercado americano, que tuvieron que cerrar todos sus establecimientos en 2014. ¿Aún queda esperanza para este negocio?

R: No. Como te decía vería probable que existiesen en el futuro locales como el videoclub pero cumpliendo únicamente una función de archivo: mucha cantidad de obras en DVD, Blu-rays… y que los cinéfilos y gente con inquietudes cinematográficas pueda acudir a ellos para encontrar con calidad esas obras. En cualquier caso deberían ser espacios singulares muy muy trabajados. Para la novedad le veo poco sentido.

P: No parece haber mucha esperanza para estos negocios entonces. Aquí en Madrid, sin embargo, quedan aún unos cuantos videoclubes en activo, ¿algún consejo para ellos para que se adapten a los nuevos tiempos?

R: No, no creo ser yo quien deba dar consejos a estos negocios. Los que sigan en activo llevan muchos años y sabrán mejor que yo como fidelizar a la clientela. Solo me queda animarlos y decirles que ojalá salgan para adelante; que ojalá encuentren inversores con capacidad de poder ayudarles para mejorar su negocio.

P: Entrando más en el terreno de lo que es propiamente tu trabajo en Filmin, ¿cómo se siente estar en la vanguardia en cuanto al streaming de cine a nivel mundial? ¿Tenéis tanto público internacional como os gustaría o aspiráis a tener aun mayor impacto?

R: Bueno, como ya sabes Filmin es una plataforma española, estamos presentes aquí, en Portugal y una pequeña parte en México. Nuestra vocación y ambiciones son ibéricas. Sí es verdad que somos referentes y pioneros, pero al fin y al cabo ser una plataforma en español y en portugués hace que nuestro alcance internacional sea menor de la que tendríamos con otro idioma, posiblemente francés, inglés o chino. Pero estoy muy satisfecho, tenemos todo el respeto y la admiración de los creadores de contenido internacionales a los que les resulta un honor que sus películas estén en una plataforma como Filmin.

P: Hablando del público, ¿cómo has visto la respuesta de los usuarios a Filmin y qué desafíos has tenido que superar para mantener y aumentar tu base de suscriptores?

R: Hay muchos tipos de usuarios diferentes, en estos últimos dieciséis años además han cambiado mucho. Los desafíos actualmente son de tecnológicos, de catálogo y de comunicación. Tecnológicos porque queremos estar en todos los dispositivos sin que haya problemas de reproducción, lo cual no es fácil. De catálogo, seguir teniendo obras exclusivas que puedan justificar a los ojos de los suscriptores la renovación a la mensualidad de Filmin; mantener un catálogo extenso y amplio por el coste que tiene. Y a nivel de comunicación ser capaces de, en ese magma de plataformas, ser capaces de tener visibilidad y conseguir que los medios se hagan eco de quienes somos.

P: ¿Cuáles fueron los principales obstáculos a los que te enfrentaste al llevar el concepto de videoclubes al mundo en línea con Filmin?

R: En primer lugar es importante dejar claro que Filmin no es un proyecto personal, el equipo es muy extenso. Las ventajas y las virtudes de la plataforma es que muchos de los que trabajamos en ella venimos del videoclub y del entorno doméstico, con lo cual sabíamos intuir como llegar al público y creo que se ha notado.

P: Finalmente, estuve viendo que hasta 2015 se permitía en Filmin la subida de cortos por parte de los propios usuarios. Me parece una bellísima forma de compartir la visión creativa de toda la gente aficionada al cine. ¿Tenéis pensado recuperar esta idea en algún futuro o es algo que habéis descartado completamente?

R: Es algo que hicimos durante los cuatro primeros años de compañía, pero llevaba mucho trabajo, poco retorno y nos ponía en un espacio que quizá no nos convenía como plataforma. A corto plazo no tenemos pensado recuperar esta funcionalidad, por supuesto seguimos apoyando el mundo del cortometraje y tenemos más de 500 cortos en Filmin. Pero la idea de subir cortos automáticamente de momento no la vamos a retomar.

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