‘Maestro’: no triunfa, tampoco decepciona

Bradley Cooper y Carey Mulligan
Fotograma de la película 'Maestro'

Como director y protagonista, Bradley Cooper ofrece un retrato íntimo de Leonard Bernstein y de sus múltiples personalidades privadas y públicas

Se ha dicho y escrito mucho sobre Maestro. La película dirigida por Bradley Cooper es un claro cebo para los Oscar, pero eso no la convierte en una virtuosa cinta. El actor estadounidense, que ya se sintió atraído por la música en su debut como director con la exitosa A star is born, vuelve a su pasión.

Su último largometraje, Maestro, estrenado en el Festival de Venecia del año pasado y en cines y Netflix en diciembre, recoge la vida de uno de los más consagrados directores de orquesta del siglo XX, Leonard Bernstein. El talentoso actor, Cooper, no sólo asume el papel de director y guionista del film, sino que también encarna al gran “Lenny”. Productores de renombre como Steven Spielberg y Martin Scorsese también dejan entrever que Maestro es una de las grandes películas de 2023.

Cartel de la película 'Maestro'
Cartel de la película ‘Maestro’

Fue demasiado evidente que se iba a posicionar para ser una de las favoritas de la temporada de premios. La semana pasada se anunciaron las nominaciones a los premios Oscar y Maestro está nominada a nada menos que en siete categorías: mejor película, mejor actriz protagonista (Carey Mulligan), mejor actor protagonista (Bradley Cooper), mejor guion original (Josh Singer y Bradley Cooper), mejor fotografía, mejor maquillaje y peluquería y mejor sonido.

Aciertos y errores

La película comienza con Bernstein en la cima de su carrera, lanzado a la fama como director sustituto de la Filarmónica de Nueva York a la edad de 25 años. Esta secuencia inicial marca un ritmo rápido que a veces parece precipitado, ofreciendo pinceladas de los enredos románticos de Bernstein y la crucial entrada de Felicia Montealegre (Carey Mulligan) en su vida. La narración, en sus primeras fases, sacrifica ocasionalmente la profundidad en favor de la brevedad, dejando sin explorar algunas relaciones y arcos emocionales.

Cuando Leonard Bernstein conoce a Felicia Montealegre siendo muy joven, todo se acaba para él. El amor que primero le cautivó por completo va dejando paso a su gran pasión por la música. Tras casarse y tener tres hijos, la pareja se enfrenta a un obstáculo tras otro. La inclinación adicional de Bernstein hacia la homosexualidad, que oculta, complica aún más la vida de su íntima relación.

Tráiler de la película

La interpretación de Carey Mulligan es el ancla de la película, infundiendo profundidad y resonancia emocional a la historia. La exploración del complejo matrimonio de Bernstein se convierte en el centro de atención, con una convincente interpretación de Mulligan que recorre los matices de una relación marcada por el amor, la tolerancia y, finalmente, la tragedia. Muy merecida su nominación a los Oscar.

A medida que la película gira en torno a la disolución y el resurgimiento de su unión, la destreza de Mulligan brilla, elevando las apuestas emocionales. Una acalorada discusión entre ambos en su apartamento neoyorquino mientras las carrozas del desfile de Acción de Gracias de Macy’s se deslizan por las ventanas es, sin duda, uno de los momentos más destacados.

Una técnica excelente, un contenido hueco

Cinematográficamente hablando la película es casi una obra maestra: una belleza de expresión artística inunda la cinta. Las elecciones estilísticas de Cooper, en particular el uso de la fotografía en blanco y negro y en color para representar distintas épocas, contribuyen a la riqueza visual. Los deliberados cambios de tono y estética captan la evolución de los periodos de la vida de Bernstein, ofreciendo una metáfora de los distintos capítulos.

El error está en el contenido: el film se enfrenta al reto de abarcar una extensa cronología en un tiempo limitado. Al intentar incluir las luchas de Bernstein con su sexualidad, su matrimonio y sus triunfos musicales, Maestro sacrifica en ocasiones la profundidad en favor de la amplitud. Algunos momentos parecen truncados, y las transiciones entre fases significativas de la vida de Bernstein carecen del tejido conectivo necesario para una narración fluida. Cooper deja de lado una gran parte de la música cuando realmente no se entiende su figura sin la explicación de su creación musical. Se trata más de sus affaires amorosos que de sus composiciones. Se podría llamar Felicia Montealegre y Lenny y no cambiaría nada.

La interpretación de Bradley Cooper es sólida. Con toda su ambición, la película se olvida de contar una historia emocionante o al menos conmovedora sobre Leonard Bernstein. El guion, que Cooper escribió junto con Josh Singer, no da suficiente de sí. Aunque hay algunas escenas fuertes, como la pasión de Bernstein por la música en la Sinfonía nº 2 en Do menor “Resurrección”, de Mahler, por desgracia son sólo escenas individuales que no pueden formar un todo coherente. No estamos hablando aquí de un biopic clásico, sino más bien de pasos de claqué en varios momentos de la vida de Bernstein.

Bradley Cooper y Carey Mulligan
Fotograma de la película ‘Maestro’

A pesar de estas dificultades, en los minutos finales, Maestro encuentra su equilibrio, sobre todo al retratar los últimos años de Bernstein. Culmina con una conmovedora descripción de su eterno amor por la música, subrayada por una fascinante interpretación en directo de la Orquesta Sinfónica de Londres. Estos pocos momentos, libres de la prisa narrativa, permiten a la película respirar y captar la esencia del legado artístico de Bernstein.

Maestro equilibra momentos de perspicacia con ocasionales desniveles narrativos. Aunque las decisiones de Cooper contribuyen al atractivo visual de la película, el ambicioso alcance de la vida de Bernstein ocasionalmente provoca una dilución temática. La película, apoyada en sólidas interpretaciones, consigue ofrecer una visión de la tumultuosa vida de un genio de la música, aunque a veces le cueste mantener una cadencia narrativa coherente.

Bradley Cooper
Fotograma de la película ‘Maestro’

Aunque sea verdad que a Cooper esta película le viene algo grande, también hay que subrayar que desde el primer momento la cinta es consciente de su propio arte e impacto. No es sólo un film que se hace para el mero entretenimiento del espectador. Tampoco es una forma de documental. Las cuidadas interpretaciones y la composición de las tomas parecen mostrar un cine como forma de arte visual elevada. Por ello, Maestro no triunfa entre los amantes de “Lenny”, pero tampoco decepciona. Y probablemente tampoco decepcione en los Oscar cuando se lleve alguna estatuilla.

Preslava Boneva

Periodismo y Literatura. De Bulgaria. Colabora habitualmente en The Objective y Madrid Actual. La luz y los atardeceres; la poesía y los libros; la música y la ópera. Los viajes. Un café. La fotografía.

1 Comment

  1. Muy buen artículo, buen análisis. A mí también me dio la impresión de poca profundidad, de saltos cualitativos y, a su vez de una belleza y plasticidad remarcables.

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