¿Qué ha pasado con el chico conoce a chica, se hacen amigos, sufren algún que otro bache y todo termina bien? Que han sufrido un lavado de cara y ahora, se han vuelto todos vampiros, licántropos o brujos. Así sin más. Desde luego, la vida real ya no es tan interesante como todo lo que está detrás.
Este es el caso de Hermosas criaturas, otra de las tantas películas que han venido y de las que están por llegar para atraer a las hordas de adolescentes que van al cine. Para variar, siguiendo la senda de La Saga Crepúsculo (como también hará otra a punto de llegar, Cazadores de Sombras, que se estrena en agosto), nos encontramos con una película donde el romance adolescente y los fenómenos fantásticos aspiran a llenar las taquillas. Aún así, este largometraje (con el toque gótico de rigor), tiene entre su plantilla de actores a dos grandes como Jeremy Irons y Emma Thompson, que nos hacen preguntarnos, ¿cómo han terminado aquí? Otra inesperada es Emmy Rossum (recordada por sus buenas críticas en El Fantasma de la Ópera), como bruja mala que seduce a quien quiere. Lejos queda París y el Teatro de la Ópera para esta joven actriz por lo que vemos.
Pero esto no es todo, dejando a un lado el romance adolescente e imposible (humana y vampiro en Crepúsculo o bruja y humano en Hermosas Criaturas, es igual), también encontramos revisiones de los cuentos clásicos de los hermanos Grimm, vistos desde un prisma más tétrico y violento. En Hansel y Gretel: Cazadores de brujas, los dos niños, ahora mayores, se dedican a ser justicieros en matanzas sangrientas tras su fatídico encuentro con la bruja cuando eran pequeños. Ciertamente, tras ver a Blancanieves (sí, esa que cantaba operísticamente con los pajaritos Disney) empuñando una espada, qué más da lo demás.
La cuestión de todo esto es: ¿Qué ha pasado? Quitando el fenómeno A tres metros sobre el cielo (donde no había fantasía) lo demás se ha teñido de un tono cercano a Tim Burton, pero quedándose en copia barata. Estamos ante una falta de ideas brutal en Hollywood, recopilando de libros de fantasía adolescente (que ahora llenan las librerías con sus portadas negras y decadentes) la base para sus siguientes películas, o incluso series (como con la conocida The Vampire Diaries, cuyos libros incluso están tan mal escritos que la serie, en comparación, es una obra de arte). La única que se salva es Alicia en el País de las Maravillas del antes mencionado Burton. Con lo demás (que algunos osan comparar con Harry Potter), mejor que pasemos a otra cosa.