Tarde o temprano todos nos damos cuenta de que ya nos somos los niños que éramos. Crecemos y nuestros gustos cambian, lo que antes nos parecía bueno ahora nos parece lamentable, lo que nos parecía interesante ahora se nos antoja infumable. Ocurre con muchas cosas, en multitud de aspectos de la vida. El cine es uno de ellos. Me incluyo entre ese tipo de personas que no gustan demasiado de revisionar películas salvo algunas ilustres excepciones. Aunque la tendencia sea decreciente, hay tanto buen cine que pretendo abarcar todo lo posible, así que repetir no es mi opción preferida. Pero a veces me apetece ejercitar mi nostalgia y veo filmes que me gustaron mucho cuando era pequeño; el resultado es, normalmente, entrañable y desastroso al mismo tiempo.
No me cabe duda de que cada uno podría hacer una lista larguísima de largometrajes malos que amaba de pequeño y que han sucumbido a nuestros gustos de adulto. Siempre tendrán un lugar en nuestra memoria, y nuestro cariño por ellos permanecerá (incluso en el futuro intentaremos que nuestros hijos las vean, signo inequívoco de que empezamos a convertirnos en un carroza), pero no podremos negar que son cutres y de escasa calidad cinematográfica.
Mi lista es vergonzosamente larga. En ella predominan películas de acción y ciencia ficción, de esas dirigidas a adolescentes ansiosos de disparos, patadas y adrenalina, pero con algo más de clase que las porquerías de Jackie Chan, Van Damme y otros sacos de músculos, de esas que ahora regalan con el Marca. Mi mal gusto tenía ciertos límites.
Mis tardes pasaban entre La jungla de cristal: la venganza, Blade, Terminator 2, Alien resurrección, Cortocircuito, El mundo perdido, Misión Imposible 2, La roca, Independence Day, Armageddon, Cara a cara y un puñado de bodrios la mar de entretenidos. No son buenas, y cuando las veo ahora les veo fallos, incoherencias y agujeros de guión por doquier. También me doy cuenta de que siempre escogía la peor entrega de cada saga, ¿pero qué más da?
En el fondo no me importa, no podría haberlo pasado mejor, y han contribuido para bien o para mal a hacerme como soy. Sin vergüenza, decidme ¿qué películas malas os gustaban?
