Hasta siempre Profesor Snape

alanrickman

Para los que hayan crecido con Harry Potter, lo recordarán como el Profesor Severus Snape, el malvado y delgado maestro de Pociones de piel cetrina que al final consiguió ganarse el aprecio y respeto de cualquier pottermaníaco. El actor, nacido en Hammersmith- al oeste de Londres-, estuvo presente en todas las entregas de la saga, por eso, ahora cualquiera se lo puede imaginar en aquel despacho teñido por las Artes Oscuras en el que perdió la vida su personaje. Él, sin embargo, fiel en su batalla contra la enfermedad que se lo comía poco a poco,  afirmaba en sus entrevistas que se imaginaba a sí mismo con ochenta años leyendo las novelas de J.K Rowling en un sillón orejero. Por desgracia, el destino le auguraba un final más cercano y hoy el mundo se pone de luto, otra vez, en la misma semana en la que fallece el cantante David Bowie.

Su estrellato a nivel mundial comenzó cuando ya había cumplido los 41 años y decidió partir hacia Los Ángeles en busca del Sueño Americano. Si hubiera tenido que labrar campos o recoger algodón como en las novelas de John Steinbeck, nada hubiera sido lo mismo, pero Rickman ya era un actor de renombre en su país natal. Por eso, tan solo dos días después de su llegada, le ofrecieron su papel en Die Hard  para encarnar a Hans Gruber,  el mayor enemigo de Bruce Willis hasta la fecha. Ahora se le considera uno de los actores ingleses más admirados del mundo de los últimos treinta años.

En un repaso por la exquisitez de su filmografía, uno no deja de toparse con premios y más premios. En 1994 se llevó el  BAFTA al mejor actor de reparto por su actuación en Robin Hood, El Príncipe de los Ladrones y otro al mejor actor en el Festival Internacional de Cine de Montreal por su interpretación en Mesmer, en la que encarnó al Doctor Franz Anton Mesmer cuyas ideas desembocaron en la hipnósis. Por su papel que daba vida al monje Grigori Rasputin en la miniserie Rasputín, su verdadera historia, se llevó un premio Emmy en 1996 y un Globo de Oro en 1997. Parece que la misma influencia que ejercía su personaje sobre la Familia Romanov, la ejercía él sobre un jurado que no dejaba de reconocer su trabajo, porque, ese mismo año, recibió el Premio OCIC y el Premio CinemAvvenire en el Festival Internacional de Cine de Venecia por El invitado de invierno.

Rickman avanzó siempre a paso de gigante y él era muy consciente de ello, sin embargo, jamás permitió que el éxito laboral se interpusiera entre sus valores y su humildad. Estuvo también nominado cuatro veces a los Premios Saturn (una de ellas por su papel en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte y otra en Sweeney Todd) y otras tres más a los Premios BAFTA por Michael Collins, Sentido y Sensibilidad y Trully, Madly, Deeply. Sin embargo, sin duda una de las películas que más popularidad le dio, al margen de Harry Potter, fue Love Actually – la comedia romántica británica de 2003 junto a Emma Thompson, Keira Knightley, Hugh Grant y Colin Firth. El británico había pasado de interpretar siempre al malo de la película a protagonizar uno de los filmes románticos más gloriosos del cine europeo. Su gen interpretativo parecía estar hecho de plastilina, una masilla que él moldebaba según las exigencias de cada guion pero que jamás perdía la esencia de, como afirmaban los que trabajaban con él, un actor extremadamente perfeccionista.

Una vez dominada la técnia de la  interpetación, canalizó su pasión por el mundo del cine impulsándose a experimentarlo desde el otro lado de la pantalla. Se estrenó como director en El Invitado de Invierno, en 1999, con un reparto encarnado por Emma Thompson, Phyllida Law y Sean Biggerstaff (que también representó a Oliver Wood en Harry Potter). En 2014, todavía no se había sacado del todo el veneno de la dirección y repitió su función como realizador en A Little Chaos, cuyo personaje principal lo interpretaba la conocida Kate Winslet y en la que volvía a aparecer la escocesa Phyllida Law. La gran familia interpretativa de Rickman se reunía de nuevo bajo sus órdenes y el largometraje se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto.

¿Pero cómo arrancó a Rickman en el mundo de la interpretación? En realidad fue su talento sobre el escenario lo que demostró al público inglés su valía. Rickman era vicepresidente de la Royal Academy of Dramatic Art (RADA) de Londres desde 2003, academia en la que entró con 26 años tras solicitar una de sus becas e interpretar para ellos un pasaje de Ricardo III de William Shakespeare. También trabajó para la Royal Shakespeare Academy, una de las compañías de teatro más importantes del país, y fue candidato dos veces a un premio Tony como mejor actor principal en una obra de teatro. La primera en 1987, por Les Liaisons Dangereuses, y la segunda en 2002, por Private Lives.

El actor ha fallecido meses antes del estreno de dos películas que ya habían terminado su rodaje. En Alicia a través del espejo le dará su voz de Lord a la oruga azul de Alicia en el País de las Maravillas, y en Eye in the Sky compartirá cartel con Helen Mirren y Aaron Paul. Esperaremos a los estrenos para poder despedir de verdad a uno de los actores referentes de su generación, aunque, por suerte, su obra será eterna. Hasta siempre Alan.

 

Deja una respuesta

Your email address will not be published.