Nominaciones polémicas, sorpresas y emociones a flor de piel: así fue la Gala 9 de Operación Triunfo desde dentro

Los concursantes de OT 2023 interpretando Solo quiero bailar, la canción grupal de la Gala 9
Los concursantes de OT 2023 interpretando Solo quiero bailar, la canción grupal de la Gala 9

El adiós a Álvaro Mayo, octavo expulsado de la edición, la nominación final de Lucas y Chiara y la euforia por Naiara, Nómada favorita de la gala, marcaron los mejores momentos de la noche

Si algo podemos decir del fenómeno Operación Triunfo es que, 23 años después de su nacimiento, sigue creando una histeria colectiva que va de generación en generación. Ahora, le ha tocado a la Generación Z obsesionarse con un grupo de jóvenes que rondan su edad y que hace 70 días eran totales desconocidos. Y es que, si por algo se caracteriza esta generación es por llevar el fanatismo en vena, así como la tendencia de hablar a través de memes y con un nuevo lenguaje muy concreto que solo ellos entienden. Como decimos los zetas, en términos de servir, anoche los triunfitos sirvieron vocals y puro espectáculo. 

Los 16 concursantes de esta edición están siendo naturales como la vida misma. Graciosos, carismáticos, buenos compañeros, vulnerables y fieles a sí mismos. Gracias a esto, además de al hecho de poder ver cómo conviven entre ellos las 24 horas del día, ha conseguido que, generacionalmente, se empatice mucho con ellos y que el público haya conectado, además de con sus voces, con sus personalidades. 

Dentro del plató, esta conexión emocional se vive mucho más intensa. Un público eufórico dijo ayer adiós a uno de los concursantes más queridos de la edición: el sevillano Álvaro Mayo, bautizado como el twink de España. Tras una actuación apoteósica que llenó todo el escenario de rojo y azul, llegó su turno de abandonar la academia, siendo el granadino Paul Thin salvado con un 65,7% de los votos. 

Pese a la alegría, este momento no deja de ser agridulce mientras se está viviendo. Algunos compañeros lloraban la marcha de su amigo mientras el público coreaba “alvaromayistas”, nombre adoptado por su fandom. Chenoa destacó la notable evolución que ha tenido a lo largo del programa y, en una gran muestra de compañerismo, Paul señaló que no le hubiese importado irse si se quedaba Álvaro. Ambas actuaciones fueron hipnotizantes, más que un concurso el plató parecía un concierto. Cantando un emocionante I want love de Jessie J, Álvaro se fue haciendo su mejor actuación hasta la fecha. 

Mientras tanto, Paul demostró una vez más que la palabra que le define es “artista”, ya que, además de cantar e interpretar con un talento innegable, ha sido el único concursante que también ha querido producir él mismo su canción de nominado. Con una impresionante versión de Milo J: Bzrp Music Sessions, vol 57, Paul se ganó al público. Y no solo a ellos, sino que hasta el propio Bizarrap aprovechó para mandarle un mensaje de apoyo. Sin duda, Paul es uno de los concursantes que más proyección musical va a tener fuera. Porque se implica con sus propuestas, porque sabe lo que quiere ser y porque lo que hace solo puede hacerlo él. Y eso es lo que caracteriza a un artista, el ser único e inimitable. 

Sin embargo, su energía cautivadora y el calor del público no sirvieron para librarse de la nominación del jurado, que cuestionaron, una vez más, su “sobreexcitación” al bailar. Pero es que lo que hizo Paul anoche no fue solo bailar mientras cantaba. Él defendió el tema con sus característicos movimientos escénicos. Y eso lo supieron ver los profesores, que lo salvaron por su “profesionalidad a la hora de trabajar”.

Ya se sabía que la noche iba a estar a la altura cuando comenzó la canción grupal. Dicen que esta actuación es la que marca la gala, y tanto que la marcó. El público vibraba y cantaba al son de “Si no vas a venir, avísame pronto, que yo quiero bailar, solo quiero bailar, solo quiero olvidar toda esta situación”, un himno de Zenttric que nos trasladó directamente al 2009 y que demostró la evolución de los concursantes desde las primeras galas, metiéndose a los asistentes en el bolsillo saltando e interactuaron con ellos. Los triunfitos ya saben lo que gusta y está claro que, a estas alturas de concurso, dominan el escenario. 

Tras las actuaciones de los nominados, el primero en cantar fue Martin, que convirtió el escenario en un baile de fin de curso para demostrar, una vez más, lo que ya todos sabemos: su prometedor futuro como actor de musicales. Su Footloose fue un Martinazo y, seguramente, una de sus mejores actuaciones de la edición (sin olvidar Alors on Dance). Pero ayer Martin fue más Martin que nunca. Como buen musical theatrer kid, es un artista polivalente y carismático. Sabe hacerlo todo bien: cantar, bailar y actuar. Y lo más importante, tiene ángel. Sin duda, gusta a la cámara. Además, es un concursante que se reta a sí mismo, trabaja a diario, se esfuerza y cuando llega a la gala, se supera. Y todo esto con 18 años. Anoche Martin hizo show y disfrutó como un niño. Ese entusiasmo traspasa la pantalla. 

Después, llegó el turno del único dúo de la noche. El último dueto de la edición que, como no podía ser de otra manera, se lo habían guardado a las mejores voces de la academia: Juanjo y Naiara. Porque si hay dos personas ahí dentro que pueden cantar La cigarra, son ellos. Una ranchera que llenó el escenario de mariachis y gritos mejicanos. Una vez más, el dúo maño demostró que ambos son dos indiscutibles finalistas. Naiara, Nómada favorita de la noche, puede cantar todo lo que le pongas por delante. Curranta, madura, impecable. Una chonija que sabe lo que quiere y que se ha ganado el amor del público. 

Y Juanjo, un todoterreno que tiene tatuada la palabra “versatilidad” en la frente, aunque a algunos les de por decir que lleva nueve galas cantando lo mismo. Claro, porque pasar de un A tu vera a un La vida moderna o un Miénteme es lo mismo, porque todos sabemos que la principal jota de Zaragoza es Unholy. Si Juanjo lleva nueve galas cantando jotas, entonces ha cantado jota flamenca, jota pop, jota indie, jota reggaetonera, jota mejicana… Pongan lo que le pongan, siempre lo clava. A lo largo de la noche, el concursante fue, sin duda, el más agradecido con el público, algo que ya demostró en las firmas de discos del pasado sábado. Estuvo gran parte de la gala mandando besos y haciendo corazones con la mano a los que le gritaban. Juanjo derrocha carisma por donde pasa. Es el espíritu de OT, es lo que fue Miriam Rodríguez en OT 2017. Es talento innato.

Solo Juanjo y Naiara pueden hacer un espectáculo vocal gala tras gala sin temas de sus listas (fue la única canción de la noche que no había estado previamente pactada con los concursantes) y convertirse en los únicos que nunca han sido nominados por el jurado en toda la edición. Seguramente, el ganador de OT 2023 esté entre ellos. 

Y llegó el turno de Ruslana, una de las más aclamadas de la edición y también posible finalista. Por fin, a la más pequeña de la academia le tocó defender algo que llevaba pidiendo mucho tiempo, algo de su estilo. Con un rockero Beggin’ en versión de Måneskin, una Ruslana rebelde salió al escenario. La que vimos este lunes es la verdadera Ruslana, en toda su esencia, y no la chica pop que intentaron hacerle ser. La ucraniana disfrutó de la actuación y sirvió vocals. Aunque, quizás, después de Slomo, Criminal o miamor, es difícil volver a superarse semana tras semana y estar siempre a la altura de la exigencia que han puesto en ella. Y ese argumento le sirvió al jurado para nominarla, a pesar de haber hecho un espectáculo impecable. 

Lucas apareció en el escenario concentrado, subido a una banqueta y rodeado de flashes. Con una puesta en escena que simulaba una sesión de fotos y vestido con un traje blanco, el uruguayo cantó la emotiva Nada cambiará (mi amor por ti) de Glenn Medeiros. Una canción que en su día ya interpretaron en OT1 David Bisbal y Naím Thomas, y que Lucas defendió maravillosamente dedicándosela a su novia. El público se emocionó, cantó con él y coreó su nombre al final. Sin embargo, vocalmente no fue suficiente para el jurado y fue propuesto para abandonar la academia. Pero Lucas ya ha ganado. Porque ahí dentro ha crecido, ha evolucionado y ha pasado de ser el primer nominado en la gala 1 a llegar a la gala 8 votado como Nómada favorito por el público. Un plot twist solo digno de OT.

“Eres una reina” y “créetelo más” es lo que le decían el pasado sábado a Bea en las firmas de discos de Madrid. Y vaya si es reina y vaya si se lo creyó anoche, al marcarse una actuación innominable. Por fin vimos a la Bea de Unholy que tanto tiempo llevábamos esperando. Como un ave fénix, la madrileña resurgió de sus cenizas y alzó el vuelo para cantar con su característico vozarrón River Deep, Mountain High de Tina Turner. Además, anoche Rosa de vestuario, ese mito imaginario del fandom de OT, se portó bien con ella y con el resto de concursantes, que lucieron unos looks envidiables.

Por último, la menorquina y medio inglesa Chiara, que siempre destaca por sus giros vocales y su inocencia, se metió en la piel de una sensual asesina para interpretar Kill Bill de SZA, una canción que ella había pedido en varias ocasiones. Una hipnotizante puesta en escena, unos bailarines que quitaban el aliento, un look de infarto y unos vocals únicos como ella. Pero todo este conjunto de factores tampoco fue suficiente para el jurado, que volvió a nominarla. “No podía hacer más con esta canción”, ha confesado esta mañana Chiara en el repaso de gala.

Y es que a estas alturas, tal es el nivel de exigencia que alguien tiene que salir nominado, aunque sea por pequeños detalles de afinación o actitud. De ocho, había que nominar a cuatro. Es decir, a la mitad de los concursantes. Sin duda, el jurado lo tiene más que complicado.

Sin hacer caso a los gritos del público y tras las cuatro polémicas nominaciones, los profesores salvaron a Paul y los compañeros a Ruslana, esto último creando polémica en redes por la supuesta “estrategia” de sus amigos pensando en el voto doble de Naiara, que votó a Lucas. Al final, es lógico que los grupos más cercanos no quieran ver a dos mejores amigas nominadas juntas, Chiara y Ruslana, y se decantaron por salvar a una. Por tanto, de esta manera, Lucas y Chiara se convirtieron en los últimos nominados finales de la edición.

La semana que viene, la dinámica cambia. El jurado puntuará las actuaciones y los dos concursantes con más puntuación serán clasificados como finalistas. Los profesores elegirán al tercero y los cuatro restantes quedarán nominados lo que queda de semana. En la gala 11, se decidirán los tres finalistas restantes: uno elegido por el jurado, otro por los profesores y otro por los votos del público.

Una de las sorpresas de la noche la dio la coreógrafa del programa, Vicky Gómez, que bailó en la actuación de los artistas invitados Omar Montes y Abraham Mateo, cuarto jurado de ayer. Una dulce bachata titulada Falsos recuerdos que relajó al público de la tensión vivida e hizo disfrutar a todos los presentes.

De las noticias más relevantes que se dieron en la gala, destaca que este viernes salen los singles de los exconcursantes Denna y Omar, siguiendo los pasos de Suzete, Alex Márquez y Salma. Pero, sin duda, lo más celebrado de la noche fue el anuncio de las primeras fechas y lugares de la gira: el 1 de junio en el Palau Sant Jordi de Barcelona y el 27 del mismo mes en el Wizink Center de Madrid. Las entradas se podrán conseguir este miércoles 31 a partir de las 12h.

Tras las cifras de asistencia a las firmas de discos del fin de semana pasado, se confirma que esta edición de OT ha desatado la locura. Según datos de Prime Video, más de 10.200 fans se congregaron para ver a los concursantes entre Barcelona, Madrid y Zaragoza, superando las 6.800 personas que acudieron en 2017. Sin duda, el verdadero fenómeno lo veremos en la gira pero lo que ya podemos afirmar es que esta generación de OT está haciendo historia. Y poder vivir esto desde plató es toda una suerte. Qué viva Operación Triunfo. Y qué viva la Generación Z.

Sara Menacho Rodríguez

Solo recuerdo la emoción de las cosas.
Curiosa por naturaleza y amante de la cultura y el arte en todas sus vías de expresión. Creo que las buenas historias pueden mover el mundo. Mi objetivo es contarlas.

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