ENTREVISTA CON SERGIO BARREJÓN: «ES TAN FÁCIL QUE INCLUSO UN MONO PODRÍA HACERLO»

Mono guionista

“Con 16 años, recién descubiertos los porros, gané un concurso de poesía en el instituto. Me dieron 12.000 pesetas. No había visto tanto dinero junto en mi vida. (Bueno sí, una vez: en manos del tipo que me pasaba el hachís.) Y todo por un vulgar soneto que ni siquiera rimaba. Pensé: esto es un filón, voy a escribir cosas más largas.” Y así lo hizo. En 1999, Sergio Barrejón colaboró en el guión de El otro lado de la cama. Poco después, escribió y dirigió su primer cortometraje para cine, El Paraguas, al que seguiría años más tarde El Encargado, nominado al Goya y reconocido con una veintena de premios entre España, Francia, Albania y Estados Unidos. Actualmente, con un pie en Madrid y otro en Berlín, trabaja como guionista en Amar en tiempos revueltos.

La serie de Televisión Española cuenta con más de 2,5 millones de espectadores; sin embargo, en una entrevista vía e-mail, el director de cortos asegura desconocer cuál es el secreto del éxito. “Si yo supiera lo que hace falta para que un guión tenga audiencia, a) Lo pondría en todos mis guiones y b) No se lo contaría a nadie.” Guionista escribiendo

Para Barrejón, el de guionista no es un oficio como el de carpintero, cristalero o cocinero, donde es necesario aprender la diferencia entre cortar en juliana y en brounoise. El de guionista es un arte, y las únicas técnicas que necesita medianamente dominar son la gramática, la sintaxis y la ortografía. Con estos conocimientos, un ordenador viejo y una impresora barata, cualquiera puede ahora convertirse en escritor. “Escribir un guión es un proceso mecánicamente muy simple: sólo consiste en teclear un número determinado de palabras. Ni siquiera hay que inventarlas: están en el diccionario. Sólo hay que juntarlas. Es tan fácil que incluso un mono podría hacerlo. Y viendo la calidad de algunos guiones, yo diría que ya lo están haciendo.” ¿El mejor guión que ha leído en el último año? “Se titulaba Mar de Fondo y era un thriller ambientado en las Rías Baixas.” ¿El peor? “Sería complicado de elegir. He leído mucha mierda.”

Sergio BarrejónEl guionista madrileño, que reconoce haber sido un estudiante pésimo, “de esos que aprenden más en la cafetería que en clase”, dio lecciones durante algún tiempo como profesor de Guión y Dirección de Cine. “Lo que yo hacía era mostrar ejemplos de trabajos ajenos, invitar a los alumnos a analizarlos y tratar de extraer de ellos una serie de conclusiones útiles para el trabajo propio”, explica el autor del Antidecálogo para guionistas. En este artículo, aparecido en la primera publicación de la revista Orsai, enumera con sarcasmo los defectos de las diez recomendaciones más repetidas en manuales y cursillos, y que, en su día, él mismo escuchó.

Sea como sea, siguiendo estos consejos tampoco le ha ido tan mal. Hasta ahora, ha conseguido ganarse la vida como guionista y director, y todo indica que, de momento, esto no va a cambiar: después de dirigir La media pena, cortometraje de Natxo López que rodará a finales de marzo en Madrid, empezará a buscar financiación para filmar Canelones, un relato del director de Orsai. “Conozco a Hernán Casciari desde 2005, cuando escribimos juntos un capítulo de una sitcom. Un día me ofreció 500 euros por escribir un artículo de 2000 palabras en el primer número de su revista, y acepté con una condición: que él me permitiese pagarle 500 euros por los derechos de Canelones. “Conseguiremos algo maravilloso”, le dije: “ganar cada uno 500 euros sin llegar ninguno a pagar nada”. Hernán se negó rotundamente: “Si lo vamos a hacer de ese modo, que tu colaboración me cueste 15.000 euros, y yo te cobro lo mismo por los derechos de Canelones”. Hernán es un tipo genial –confiesa –. Si de mí dependiese, participaría en cualquier proyecto para el que me llamase.”

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