Pan Bendito, Estepona o Almería; pero también La Habana y Argentina. De diversos lugares procedían los cantantes que se subieron al escenario la noche del 12 de octubre, y lo mismo ocurría con los que acudieron al lugar. Todos los acentos estuvieron presentes el pasado martes en el Wizink Center donde, con motivo del Día de la Hispanidad, se celebró un circuito de conciertos. Esta serie de espectáculos musicales conformaron, junto a otras muchas programaciones, una iniciativa organizada por la Comunidad de Madrid, con el objetivo, por primera vez, de rendir homenaje a la cultura hispanoamericana.
Esta jornada cultural, que comenzó el 28 de septiembre, cerró ayer con broche de oro al compás de tres artistas que en los últimos años han atesorado gran popularidad dentro y fuera del panorama nacional: Ana Mena, Omar Montes y Yotuel. La noche prometía, y Ana Mena con su espectacular presentación —por si cabía alguna duda— lo dejó bien claro. Dio comienzo cantando algunos de sus temas más reconocidos, dejando la guinda del pastel para el final con Se iluminaba. La malagueña subió al escenario con un séquito de bailarinas que, al ritmo de los focos y la colorida iluminación y puesta en escena, lograron animar a un público que aún permanecía sentado. Durante una hora, la joven dio gran muestra del talento y el desparpajo que tiene y que han hecho de ella una auténtica diva en Italia, ganándose así, de nuevo, el cariño de «su gente de Madrid».
Tras la actuación de Ana Mena, todo el Wizink se tiñó de negro y un murmullo común comenzó a inquietar a los oyentes. Un engalanado Omar Montes salió a las tablas entonando Como el agua y todos los asistentes enloquecieron. El de Pan Bendito la volvió a liar invitando al escenario a rostros conocidos que le acompañaron durante todo el concierto en cada uno de sus temas. «Que suba mi primo Rafa». De este modo anunció Omar Montes la llegada del almeriense Rvfv, que junto al argentino Fabbio y a los también madrileños Original Elías y Moncho Chavea levantaron al público para bailar y cantar éxitos tan sonados como Fake Capo, Prendio o Diablita.
No obstante, algo que realmente llamó la atención fue la cantidad de banderas cubanas y pancartas con mensajes reivindicativos que portaban los espectadores y que, cuando finalmente salió el esperado Yotuel, comenzaron a ondear en el interior del Wizink. La salsa y los ritmos más caribeños vinieron de la mano del que saltara a la fama en esa misma ciudad con Un paso adelante. Yotuel supo tocar la fibra sensible y transmitir la esencia de Orishas cantando algunas ya conocidas como Atrevido, Represent, A lo cubano o Nací Orishas, logrando así que, inevitablemente, todo el mundo se pusiera en pie.
Uno de los momentos más emocionantes de la noche fue cuando el exconcursante de MasterChef invitó a subir al escenario a Beatriz Luengo para cantar juntos en directo y poner sobre la mesa, una vez más, la poderosa voz de su eterna compañera, que enmudeció a todo el público. Asimismo, Yotuel supo poner el grito en el cielo recordando ese apoyo tan necesario hacia su «patria» y haciendo valer la importancia de la diversidad cultural y de todos esos acentos que «tienen cabida en Madrid»; algo que se manifestó a lo largo de toda la velada y que el de La Habana expresó al concluir su intervención: «ya no hay que cantar en inglés para ser número uno. Ahora puedes cantar en español y ser número uno en el mundo».
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