Cuando comenzaron los años 90 el teléfono móvil fue agrupando numerosos avances. Desde la reducción de tamaño, pasando por la incorporación del color hasta la implementación de numerosas aplicaciones como videojuegos, gps o nuevos programas de mensajería instantánea, han convertido a nuestros dispositivos en un completo centro de ocio.
Tras haber finalizado el Día Internacional del Libro el pasado día 23 de abril, la UNESCO ha publicado un nuevo estudio, relacionando el indice de analfabetismo con la posesión de un teléfono portátil. El resulta ha sido claro, países del tercer mundo y en vías de desarrollo han aumentado su población alfabetizada gracias a las apps que permiten tener libros dentro de los móviles. Curiosa anécdota, ya que de siete mil millones de personas en todo el mundo, seis mil tienen acceso a una línea telefónica, pero por el contrario carecen de acceso a agua y alimentos de calidad.
Países como Etiopía, Pakistán o Nigeria desde el año 2000 han reducido cada año un 1% el número de personas que no saben leer ni escribir, dejando claro que la lucha contra la incultura avanza en estos territorios gracias a la evolución tecnológica.
Según este estudio, el 90% de las personas encuestadas está conforme con que la lectura llegue a través de estos dispositivos. Las mujeres leen de media 207 minutos al mes en contraposición a los hombres que solo dedican 33 minutos a cultivar sus mentes mediante los teléfonos portátiles.
Esta mayor asimilación por parte del sexo femenino puede deberse, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, a la idea de que está mejor aceptado socialmente en estos países que una mujer lea a través de una pantalla en vez de en papel. Prejuicios ilógicos que aún se conservan en lugares donde la educación del sexo opuesto es un tema tabú.
Pero no todos son bondades y puntos fuertes. La escasa oferta literaria y el difícil acceso a Internet (el 59% de la población total de estos países tiene acceso a la red) unido al coste de adquisición son barreras que todavía hay que superar para que la cultura llegue a la mayor parte del mundo.
Los encargados de elaborar el informe Reading in the Mobile Era apuntan a que hay que dar prioridad a mujeres y niños en el fomento de la lectura ya que carecen de medios más accesibles para adquirir un libro. Otro grupo que también se beneficiaría son las personas de la tercera edad.
Para seguir apostando por el libro como medio para culturizar, la UNESCO propone que se amplíen los catálogos de títulos que se ofertan en los dipositivos, que se traduzcan en el idioma oficial de cada país y reducir el coste tecnológico para que el mundo esté cada día más cerca de las ventajas que ofrece el tener un libro entre las manos, independientemente de su formato.