El teatro tiene veneno, afirma contundentemente Arturo Galván a los pocos minutos de dar comienzo El viaje a ninguna parte. ¡Y tanto si lo tiene! Una hora y media de actuación, un trabajo maravilloso que transporta al espectador a mediados del siglo XX. La historia, escrita en 1985 por Fernando Fernán Gómez, gira en torno a las dificultades y las diferencias de los seis actores que componen una pequeña compañía teatral, Iniesta-Galván. Una reivindicación a favor del teatro, una memoria a todo lo que tuvo que luchar para competir con el cine, la radio y los demás entretenimientos modernos que surgían a raíz de los avances tecnológicos. Una mirada al pasado, hacia un atrás que encontraba piedras como losas en la más estricta vida rural; miseria y hambre. Y, sobre todo, cómo nada de esto puede con el teatro, porque «el teatro vivirá siempre».
Desde hoy y hasta el 6 de abril, esto es lo que propone el Centro Dramático Nacional para el Teatro Valle-Inclán. Una opción entretenida y ambiciosa, que mantiene la esencia pura del texto de Fernán Gómez con una adaptación de la mano de Ignacio del Moral. Una escenografía que incorpora el humor con toques pícaros y la melancolía que resuena en ecos del pasado. Unos personajes profundos y entrenados en la más absoluta honestidad de lo que son y lo que quieren, entre los que se enlazan amores y desamores, odios, frustraciones y desventuras, para conseguir anudarse en un final transparente y realista, fiel y sensato.
No podía esperarse menos de la consagrada Carol López, que, si ya deslumbró con la dirección de Hermanas, ahora agarra la batuta con más fuerza y nos hace disfrutar de un resultado preciso y sorprendente. Si bien es cierto que las piezas de su puzzle particular son fáciles de dirigir y encajan perfectamente: Amparo Fernández, Antonio Gil, Andrés Herrera, Olivia Molina, José Ángel Navarro, Tamar Novas, Miguel Rellán y Camila Viyuela, realizan un trabajo de soberana calidad que atrapa cada butaca con una fuerza desorbitada. Cantos, lágrimas, sexo y camino, un largo camino, un viaje real que termina por apuntar al mundo onírico de lo que podría haber sido.
Ya lo saben, en este viaje hay sitio para todos y un camino infinito por andar. Déjense envenenar.