‘El lago de los cisnes’ vuelve al Lope de Vega

El Lago de los Cisnes de Russian Classical Ballet

lago-cisnes

Von Rothbart, el malvado hechicero con apariencia de búho, hace su entrada en escena, mientras compases de cuerdas dan paso al episodio más solemne de El lago de los cisnes, el cual se estrenó hace casi 140 años en el Teatro Bolshói de Moscú.

El pasado 28 de diciembre pudimos ver la adaptación del Russian Classical Ballet, dirigida por Evgeniya Bespalova, en el Teatro Lope de Vega de Madrid -que desde 2011 acoge el musical El rey león-. Durante el cumpleaños del príncipe Sigfrido, su madre le anuncia que debe casarse. Por la noche se encuentra en un lago con la princesa Odette, que le cuenta que un espíritu maligno la transforma en cisne durante el día, permitiéndole recuperar su forma humana durante la noche. El hechizo solo se romperá si alguien que nunca se ha enamorado le promete amor eterno.[divider_flat]

[divider_flat]

Aun con el desacierto del final feliz, el más comercial de ellos, esta versión es pulcra, limpia, precisa, con fallos nimios de coordinación o técnica que solo los más avezados pueden apreciar.

Todo el reparto, bajo la coreografía de Marius Petipa, goza de gracilidad. Cabe destacar la fuerza e intensidad del Bufón –algo tramposo en ocasiones, alentando al público a aplaudir-, también la candidez en los movimientos de Odette -el cisne blanco- frente a la perversión de Odeile –el cisne negro-. Una delicia presenciar mencionada duplicidad en una misma bailarina.

El vestuario resulta agraciado, salvo por el personaje de Von Rothbarth, cuya caracterización es, cuanto menos, infantil. A medida que avanza, la obra – interpretada sobre la partitura del gran Tchaikovsky– gana en impresión y calidad visual, sobre todo en las escenas de albura que tienen lugar en el lago.

Una producción clásica con algunos descuidos que no impiden disfrutar de su ejecución y una ostentosa escenografía.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.