El sueño de Álvaro es escribir una novela, pero no una cualquiera. Busca la excelencia. Tras tres años asistiendo a clases de escritura no ha aprendido nada. Sin embargo, su mujer, de la que se separa por una infidelidad, ha creado, casi sin quererlo, un bestseller. Los comentarios son como una mosca detrás de la oreja. Es el colmo de un aspirante a escritor. Está rabioso. Es tan grande su obsesión que siente más celos por el éxito que tiene la obra, vulgar a su modo de ver, que de que se haya acostado con otro hombre. Todo cambia cuando se da cuenta de que un libro no se empieza por el título, sino por vivir, mirar y escuchar.
El autor es una adaptación libre de El móvil, el primer relato publicado por Javier Cercas en 1987. Manuel Martín Cuenca (Almería, 1964) dirige, después de Caníbal en 2013, su quinto largo de ficción, avalado por los festivales de cine de Toronto y San Sebastián. En una sociedad que está acostumbrada a poner etiquetas, esta película es inclasificable. Lo tiene todo. Está llena de situaciones memorables. No es una comedia, porque los momentos más divertidos están hechos desde la seriedad, pero tiene momentos dignos del mejor humor que se ha visto en este país. Si ya tenemos suficiente con vivir, qué sería la vida sin la risa.
Guion inesperado
El autor plasma, con un guion inesperado, sorprendente, y un resultado cuasi perfecto, una historia muy potente y bien contada, también visualmente, con unos juegos de sombras que son el corazón de la película. En un tiempo en el que el cine rápido y vertiginoso está de moda, Manuel Martín Cuenca logra un cine de pausas y silencios, de escuchar bien los diálogos y meterse dentro de los personajes. Desde un profesor frustrado sin talento, representado por un genial Antonio de la Torre, a una portera de un edificio desbocada emocionalmente, interpretada de forma magistral por Adelfa Calvo. El autor es de lo mejor en materia de cine español en lo que va de curso.
Javier Gutiérrez tiene un carisma especial. Desde hace un tiempo, todo su trabajo es admirable. Vale para todo porque todo lo hace bien. Actualmente, es uno de los máximos exponentes de nuestro cine. Estrena dos o tres películas cada año y trabaja en varias series de televisión, consciente de que esto puede ser un arma de doble filo para el espectador, pero yo no me aburro de verlo. Esta vez personifica a Álvaro, un personaje frío y calculador, impasible y astuto, tan empeñado en escribir la ópera de su vida que manipula la realidad de quienes lo rodean para conseguirlo. Con su actuación en El autor tiene la seria posibilidad de ganar su segundo premio Goya.
El autor apela a hacer lo que nos gusta, aunque seamos mediocres. También a que nunca debemos perder el contacto con el suelo. A que la ventana de la inspiración está en la vida más que en los libros. A la dificultad de enfrentarse a una hoja en blanco a la hora de escribir, pero también para empezar de cero algo nuevo. A que las obsesiones pueden llegar a convertirse en pesadillas. A que la realidad siempre acaba superando a la ficción. Y que la ficción puede hacerse realidad.