‘Relatos salvajes’ o el ser humano más bestia

fotograma Relatos salvajes

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Vaya donde vaya, Relatos salvajes, la nueva película del director argentino Damián Szifrón (Tiempo de Valientes, El fondo del mar) se encuentra acompañada de halagos. Muchos son los que se han rendido ante ella en su paso por los festivales de Cannes, Toronto, Telluride y San Sebastian, donde se alzó con el Premio a la Mejor Película Europea. Además, se ha convertido en la cinta más taquillera de la historia de su país, y la Academia de Cine de Argentina la ha elegido como representante de su cine en la carrera por los premios Goya y Oscar.

Cartel de la películaProducida por los hermanos Almodóvar (El Deseo) y  la argentina Kramer & Sigman Films, Relatos Salvajes cuenta siete historias en las que todos los personajes sienten la placentera necesidad de perder el control.

La introducción delirante, una divertida tragedia aérea a la que le siguen unos títulos de crédito protagonizados por diferentes animales salvajes, no da cabida al engaño. Desde el principio, el espectador queda advertido de lo que va a ver: una película «bestia», políticamente incorrecta, una miscelánea de géneros con elementos propios del thriller, la comedia más gamberra e incluso el melodrama.

Relatos salvajes se revela como un divertido despliegue de los instintos violentos del ser humano con la sed de venganza como detonante. Personajes engañados, vilipendiados, estafados o extorsionados que buscan hacer justicia y sanar la herida causada por un ser querido, un simple desconocido o, incluso, todo un sistema político y social.

En el reparto coral, encontramos un gran puñado de actores argentinos, pudiendo destacar a Leonardo Sbaraglia, Érica Rivas (Tetro, de Francis Ford Coppola) y el siempre solvente Ricardo Darín

Damián Szifrón coquetea con el minimalismo más limpio a la par que con un histrionismo caricaturesco. La dirección de fotografía y la ambientación sonora generan una atmósfera de pesadilla que se mantiene durante los 122 minutos de la cinta. Una película redonda que engancha por su descaro, por su humor negro y su violencia sin tapujos. Que regala, además, al entregado espectador, un final de esperanza en el que solamente queda aplaudir.

Víctor Barahona

Diplomado en arte dramático, licenciado en comunicación audiovisual, máster en periodismo cultural... o un loco soñador.

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