En su décimo aniversario, el álbum vuelve a estar en boca de todos tras ser utilizado como estrategia de marketing ajena en redes sociales
Hace casi dos semanas, los fans de C. Tangana se quedaban en shock. De la noche a la mañana, se hizo viral una página web con el dominio 1025. Al entrar, solo se veían tres cosas: una cuenta atrás, dos animales —un búho sorprendido y un tejón— y un mensaje, «Cosas que solo pasan cada diez años».
Tanto el nombre como los íconos recordaban a su mixtape 10/15. Con motivo del décimo aniversario del EP, se comenzó a especular si se trataría del ansiado regreso de Puchito a la música o si, finalmente, se subiría el álbum de manera oficial.
Sin embargo, una vez que llegó a su fin el contador, se reveló la verdad: se trataba de una estrategia de marketing ajena al músico. El culpable del delirio colectivo había sido Ratel, un storyteller —así es como se define tanto en Spotify como en redes— que buscaba rendir homenaje a un «EP histórico, indescriptible, de esos que cambian vidas», pero que, según él, ese Ídolo hacía «mucho que ya cumplió su misión».
El valor de la mixtape oculta
10/15 no es el mejor trabajo de C. Tangana, pero sí es el más revelador. Tras un año de baja desde el estreno de Alligators (2014), volvía al ruedo. El 28 de octubre de 2015, el artista sacaba a la luz el álbum con el que deslumbraba el inicio su carrera en solitario.
Antes del folclore español, las inspiraciones de El Madrileño cruzaban el charco. El cantante no escondía su admiración hacía los raperos americanos como Drake, a quien utiliza como musa. Y es que, el EP está hecho a partir de canciones del artista canadiense —de If You’re Reading This It’s Too Late (2015)—.
Tangana absorbió el sonido que triunfaba en América y lo adaptó, demostrando que el rap español podía tener la misma ambición que el americano. De esta forma, R.I.C.O ahora era C.H.I.T.O; Plastic Bag se traducía a Bolsas; Back to Back cambiaba a Back to Bars; No Tellin era Nada; y, Drama se quedaba fiel a su nombre.
El artista dejaba de lado los tópicos de siempre del rap más puro y arrogante —los cuales había cultivado en sus temas desde sus inicios musicales— para adentrarse en un mundo de melodías más comerciales. Sus nuevos asuntos girarían en torno al marketing, la ambición y el arte. Tras un pasado impregnado de provocación y polémica —el cual aún se manifiesta en Nada, donde tira beef a Los Chikos del Maíz—, dejó de «trabajar para otros» y meterse en jaleos para «empezar a trabajar para él mismo». Así lo manifestaba en su álbum Ídolo (2017).
Pese a lo que significa 10/15 en su carrera, C. Tangana eliminó estas cinco canciones de su tracklist. De todos modos, esto no ha sido impedimento para que sus fans sigan escuchándolo. A día de hoy, las únicas formas de disfrutarlo son de manera «pirata» a través de usuarios que lo han vuelto a subir a plataformas como YouTube o Spotify.
El renacer de una estrella
Este proyecto representa el momento en que Antón Álvarez (nombre real) empieza a entenderse como marca artística. Una pasión que había comenzado bajo el nombre de Crema ahora se convertía en su trabajo. Renacía así C. Tangana.
Con los años, el marketing y su ambición le llevaron al éxito nacional. Su popularidad crecía con las primeras posiciones en las listas virales. No obstante, aunque su apodo ganaba cada vez más reconocimiento, Antón decidió aparcar la disputa para llevar su personaje a un papel más cosmopolita.
