El antiguo Palacio de los Deportes de Madrid (hoy el Barclaycard Center) se vistió anoche de un rock and roll nostálgico. Arropados por coristas, sección de vientos y percusionistas, Burning festejó sus 40 años en activo con un emotivo concierto de más de dos horas, que dedicaron a Pepe Risi, fundador y guitarrista del grupo, y Toño Martín, su primer cantante, ambos fallecidos un 9 de mayo.
Tras una divertida introducción de Raúl Cimas, Madrid comenzó a sonar para saludar a su ciudad, que esta noche devolvió a Burning todo el calor que ellos le han regalado durante cuatro décadas. Este temazo inauguraba un recorrido por sus primeros discos y por sus trabajos más recientes. Johnny Cifuentes, tan maduro como incombustible, puso toda su energía en su repertorio más clásico, que incluyó su primer sencillo, I’m Burning, de 1974. Muévete en la oscuridad, Ginebra Seca, Qué hace una chica como tú en un sitio como este, Esto es un atraco o Baila mientras puedas hicieron saltar a un estadio lleno de fans de treinta años hacia arriba.
“Sé que hay algunas canciones que no os apetece escuchar”, se disculpaba Johnny cuando salía de sus superéxitos para interpretar temas de su último álbum, Pura Sangre, publicado en 2013. A cambio, aderezó Willie Dixon con Rubén Pozo (Pereza), Corre conmigo con la potente voz de Luz Casal y Bestia Azul con la aclamadísima presencia de Enrique Bunbury.
En los 90, Los Secretos y Burning habían tocado juntos la sentida Como un huracán. Álvaro Urquijo, Ramón Arroyo y los de La Elipa revivieron ayer ese momento histórico de la Movida entre los vítores de un público cada vez más conmovido. Josele Santiago (Los Enemigos) y Alberto Marín (Hamlet) no quisieron perderse esta cita y pusieron su grano de arena en Esto es un atraco y Jack Gasolina.
El apoteósico final de Mueve tus caderas y No es extraño que tú estés loca por mí fueron cerrando un repertorio de más de 25 canciones. En los bises, Carlos Tarque (M-Clan) acompañó a Burning en Una noche sin ti, hasta que todos los invitados, juntos en el escenario, clausuraron una noche épica. Burning, con décadas de historia a sus espaldas, regaló a Madrid una de las noches de rock más palpitantes de este año y cumplió las expectativas de todos los soñadores que quisieron viajar ayer a su juventud.