Antía Muíño hechiza a Madrid con su fusión de jazz y folclore gallego

Cantautora gallega Antía Muíño
Antía Muíño hechiza a Madrid con su fusión de jazz y folclore gallego

La noche del jueves 30 de noviembre llovió muchísimo en Madrid. En la pequeña sala El Intruso, unas cuarenta personas se reunieron para admirar la música de una artista poco conocida, pero con un tremendo potencial. En el escenario solo había tres personas y antes de que se toque la primera nota se podía escuchar caer un alfiler. La audiencia estaba impaciente por ver a Antía Muíño, una de las cantautoras emergentes más cautivadoras de la escena musical española. 

Un saxofón y una voz inauguraron el concierto de la forma más pura. Canta, miña compañeira nos sumergió de primeras en el mundo de Antía Muíño: el jazz, el folclore gallego y, sobre todo, la pasión por la buena música. Antía nació en Santiago de Compostela en 1992, y desde pequeña siempre ha estado en contacto con la música. Estudió en Musikene, San Sebastián, el grado superior de guitarra clásica, lo que la mantuvo en el País Vasco durante varios años. Aunque participó en distintos proyectos durante su etapa académica, no es hasta 2022 cuando lanza su primer álbum en solitario, Carta Aberta.

Con cada canción del bolo, el público se adentraba cada vez más en el ambiente que creaba Antía con su música. Una guitarra acústica brillaba acompañada de percusión por Ton Risco y teclado por Miguel Arribas. La escasez de efectos electrónicos secundarios permitía conectar de pleno con las letras de Antía, que varían entre el gallego y el castellano. Desde su tema original Nunha estrela, una balada suave, hasta su rendición a guitarra del clásico La Llorona.

La voz de Antía transmite emociones sin importar el idioma, y ella misma es consciente de ello. “En un primer momento sentí incertidumbre de los públicos de fuera de Galicia, pero noto muchísima comprensión y conexión con el público en todos los sitios a donde voy”, destacó la cantante en una entrevista posterior al concierto. Este lazo entre la audiencia y la artista era palpable durante el concierto. Fue en Herba de Namorar cuando el público se animó a seguir las palabras de Antía y cantar el coro del tema en gallego. 

Tanto Antía como los músicos disfrutaban cada segundo del concierto, y, por consecuencia, contagiaban al público de esta misma energía. En algunos de los temas más animados, se incorporó un clarinete o saxofón para darle más profundidad a la canción, algo que manifiestó cómo el jazz es una clara inspiración para Antía. “Cuando hize Carta Aberta pensé: ‘Voy a sacar todo lo que tengo dentro’. Y eso son todas mis influencias, que son muy distintas. Pero no pensé estratégicamente que podría cuadrar y qué no”, confesó tras el concierto. Es este carácter sensible y natural de sus temas lo que la diferencia de otros artistas gallegos que están brotando en la escena musical española, que llevan el folclore gallego a una dimensión más pop. 

Antía ha sido comparada con Rita Payés y Silvia Pérez Cruz por esta pasión en su voz y la delicadeza en sus letras. Cuando Antía canta parece que el mundo está en silencio, y que todo lo que se escucha a través de los altavoces es una carta especial que te la dedica a ti. Aún así, no todos los temas fueron baladas. Para finalizar la noche, y después de varios cánticos del público que suplicaba por otra canción, Antía tocó Tango de Oural, su versión de Cubanita, con su pandereta. 

La música de Antía trajo consigo a Madrid una parte de la cultura gallega. Además, lo hará también en otras ciudades como Bilbao, Donostia y Valladolid antes de fin de año. Tras esos conciertos podremos saber si, tal vez, esa potente lluvia que inundó la ciudad pudo ser una consecuencia secundaria de la esencia gallega en la capital.

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