Kechiche releva a Haneke en Cannes

Este fin de semana Abdellatif Kecheche ha relevado al ‘Amour’ de Michael Haneke como ganador del Festival de Cannes 2013, con su película La vie d’Adèle. Y coincidiendo con ello, el filme de Haneke acaba de ser lanzado en DVD y Blue-Ray el pasado 15 de mayo. 

 

La vie d’Adèle del director Abdellatif Kechiche acaba de relevar en el palmares de oro del Festival de Cannes al austríaco Michael Haneke con su película Amour, galardonada igualmente en la edición anterior del Festival. Y ahora, el filme de Haneke ha sido lanzado al mercado en DVD y Blue-Ray. 

Pongamos un breve Currículum Vitae de Michael Haneke. Director de cine, director de ópera, ganador de 6 Palmas de Oro en el Festival de Cannes (la última el año pasado con su película Amour), ganador del Oscar y por si fuera poco, recientemente galardonado con el premio Príncipe de Asturias. Y me quedo corto.

La sinopsis. Un matrimonio octogenario en el final de la vida. Se aman, se respetan, se desean, han visto crecer a su hija y tienen una buena posición social y cultural. Han dedicado su vida a la enseñanza de la música y disfrutan del afecto y veneración de sus alumnos. Pero ocurre algo de repente para lo que no estaban preparados, pese a su avanzada edad. La enfermedad, larga y degenerativa, de la mujer.

A sus 71 años, el oscarizado Michael Haneke, muestra sin piedad las heridas de una sociedad que se simula perfecta, las más profundas emociones del ser humano, como es el hecho de no querer aferrarse a la vida y sí al amor. Aunque duela. Según Haneke, no pretende mostrar la muerte o la vejez, sino el sufrimiento de un ser querido. Y aunque hay maneras y maneras de explicar esta idea, Haneke elige la más desoladora y cruda.

Pero algo llevará debajo del brazo el director para que Cannes le rindiera homenaje al austriaco otorgándole la palma de Oro en  su edición de 2012. Al igual que Caché, La Academia de Cine de Europa, que le ha otorgado cuatro galardones: mejor película, director, actor y actriz.

Probablemente estamos ante la obra más autobiográfica del cineasta, ya que, según el propio director, está inspirada en el suicidio de una tía con la que se crió. También ilustra la promesa que su mujer y él se hicieron llegado el momento de que uno de los dos se encontrara en un estado de afección similar al que plantea la película con el fin de poder sobrellevar la situación.

Cualquier persona que haya cuidado a un ser querido con una enfermedad degenerativa y terminal, verá desdoblado en las maravillosas actuaciones de Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva, toda la galería de sentimientos que se dan en la vida de los enfermos y de sus familiares llegada tan difícil situación. Los sentimientos de estupor, incredulidad, dolor, rechazo, compasión, miedo, impotencia, sacrificio o ternura se verán extendidos a lo largo de todo el filme. Pero nunca la aceptación.

No hay alegatos, Haneke es un maestro en eso de mostrar lo que pasa o lo que puede pasa, solo personas concretas que aman y que sufren, que no aceptan la enfermedad, que no saben cómo aliviar el dolor y quedan sumidos en un estado de perplejidad y angustia. Una rueda que girará infinitamente hasta que uno de los dos ponga fin a tan esperpéntica situación.

Después de provocar la empatía y la compasión del espectador en múltiples escenas llenas de humanidad, Haneke le propina un golpe emocional, al margen de toda valoración ética, que raya en la crueldad y la impiedad. Para subrayarlo metafóricamente, muestra la suerte de la pobre paloma que se cuela por segunda vez en el piso. Y que bien se asemeja a películas como Mar Adentro de Alejandro Amenábar, o Million Dollar Baby, de Clint Eastwood.

Como en sus otras películas, Haneke busca remover las convenciones del espectador con imágenes explícitas, duras y realistas. Le ayuda a crear este clima angustioso el hecho de no salir de los estrechos límites del piso burgués. Y si bien lo hace angustioso, nos veremos sumergidos en un mar de lágrimas, que salen sin previo aviso. Porque pese a ser una situación dura, no deja de ser realmente conmovedora.

Amor es, en fin, una película bien interpretada, verosímil y muy bien atada, pero de título ambiguo. Aunque lo que realmente se muestre el amor por una esposa convaleciente, uno no espera ver este resultado.  Desde luego, no es una película apta para días de bajón anímico. Imposible salir ileso. Y lo mismo le da el cine que la ópera. Hace pocos meses, el Teatro Real pudo ver una versión tan secreta como espectacular de la ópera Cossí fan tutte de Mozart. 

 

 

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