AMOR, CURIOSIDAD, PROZAC Y DUDAS: El NATURALISMO DE LO FEMENINO

Amor, curiosidad, prozac y dudas, de Lucía Etxebarría

“Tratado de feminidad”. O “de cómo ser opuestamente idénticas”. El caso es que cualquiera de los dos pudo haber sido ser el subtítulo de la primera novela de Lucía Etxebarría, Amor, curiosidad, prozac y dudas Este libro, que abrió la senda creativa a una autora de la nueva generación de literatas españolas, junto a Almudena Grandes, Espido Freire o Laura Esquivel. Etxebarría (Valencia, 7 de diciembre de 1966) se presentó ante el público novelesco con esta obra mordaz y casi naturalista, que impacta por lo duro de sus descripciones y del mismo modo, crea un estilo muy personal que posteriormente desarrolló en novelas como Beatriz y los cuerpos celestes (premio Nadal en 1998), Nosotras que no somos como las demás (1999), De todo lo visible y lo invisible (2001), Un milagro en equilibrio (Premio Planeta 2004) o Cosmofobia (2007). Una trayectoria novelística que es tan innegablemente polémica como exitosa

«Tratado de feminidad” o “cómo ser opuestamente distintas”. Porque el libro está escrito por una mujer y para mujeres. O bien, como mucho, para hombres empáticos que sepan tolerar un feminismo que en ocasiones puede llegar a resultar exagerado. No hay tres seres más distintos ni más iguales que las hermanas Gaena, tres venus adictas a los ansiolíticos por muy distintos motivos, esperanzadas por encontrar su hogar y volver a tener esa paz interior que en algún momento mullía sus vidas y que ahora sólo el prozac, el trabajo continuo o el sexo parecen poder restablecer.

No se debe decir que las tres Gaena representan los estereotipos actuales de las mujeres españolas, porque no todas viven en la aparente perfección doméstica que rodea a Ana cuando se engancha al Prozac, ni en la abrumadora y exitosa vida laboral de Rosa, que no dispone de un minuto para disfrutar todo aquello que ha ganado y que sigue envidiando a Cristina, la rebelde, adicta al sexo y cualquier droga, que suma sus dos adicciones en la figura de su ex-novio Iain. Pero sí es cierto que en todos ellos figura el denominador común de un hueco que hay que llenar, un vacío interior para el que ninguna parece encontrar la solución definitiva.

La autora, en la reseña que hace de su propio libro, afirma que “gran parte de las situaciones descritas (en ella) están basadas en hechos reales. Es más, la realidad supera a la ficción”. Este es el punto más criticable de una obra que se presenta como realista, como retrato de una generación y de un estilo de vida. Es posible que muchas lectoras se identifiquen con ciertos rasgos de la personalidad de las hermanas, e incluso que hayan vivido algunas situaciones como las que se presentan en la obra, pero “cotidiana” no es la palabra apropiada para definirlas.

De la A a la Z, veintisiete capítulos van dando voz a las tres hermanas Gaena, que depositan, en capítulos de extensión variable, sus más íntimas confesiones, secretos, miedos, ansias y revelaciones. El libro es una especie de diario en el que se retrata la búsqueda por encontrar un sitio, una razón, el olvido o la solución a problemas que, aunque parecen trazar un abismo entre ellos, no hacen más que unirlas.

Lucía EtxebarríaY en cada uno de los capítulos, la prosa varía para dar voz a la situación de cada una de las hermanas: es blanda y depresiva cuando Ana habla por las páginas del libro, altiva, fuerte y elaborada al dar voz a Rosa, la alta ejecutiva, y moderna, desgarrada y creativa al referirse a Cristina, el personaje central del libro y en cuyos capítulos aparecen los pasajes más cercanos a un naturalismo renovado, pero tan auténtico como el de hitos como Pipá o Los pazos de Ulloa.

Amor, curiosidad, prozac y dudas es, pues, una novela destinada a un público excesivamente limitado. El aval de haber sido respaldada por Ana María Matute dice mucho de una obra cuidada y bien resuelta, el debut más que aceptable de una autora que, con el tiempo ha ido obteniendo el reconocimiento a una labor que a pesar de no convencer a buena parte de la crítica, goza de gran aprobación por parte del público. Y esto es lo que vale.

Un acertado retrato de tres mujeres que, como dice el libro, no son más que copias de ordenadores, con una “batería de emergencia que se conecta automáticamente en caso de un fallo en la corriente eléctrica. Diseñadas para durar. Programadas para seguir adelante”.

 

AMOR, CURIOSIDAD, PROZAC Y DUDAS
AUTORA: Lucía Etxebarría
AÑO: 1997
EDITORIAL: Plaza & Janés
PÁGINAS: 270
PRECIO: 18€

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