El fin del sueño americano

En el teatro al aire libre Regent’s Park de Londres todos los veranos se representa un musical. En este año olímpico el elegido ha sido Ragtime, un espectáculo estrenado en Broadway en 1998. Esta basado en la novela de E. L. Doctorow publicada en 1975 y que fue llevada a la pantalla en 1981 bajo la dirección de Milos Forman. La adaptación teatral la realizó el dramaturgo Terrence McNally, la música la compuso Stephen Flaherty y las letras de las canciones las escribió Lynn Ahrens.

 Ragtime comienza a principios del siglo veinte en Nueva York, los protagonistas pertenecen a tres clases sociales: Madre es la matriarca de una familia de clase alta, Coalhouse Walker Jr. un músico de Harlem que comienza a tener éxito con sus composiciones y Tateh es un inmigrante judío de la Europa del Este. A través de ellos vamos conociendo la reciente historia de los Estados Unidos. Entre los personajes reales que aparecen en la obra se encuentran el famoso escapista Harry Houdini, el constructor de automóviles Henry Ford, la anarquista Emma Goldman o el líder de la comunidad afroamericana Booker T. Washington.

La producción de Ragtime en el Regent’s Park está dirigida por Thimothy Sheader el director artístico del teatro desde 2007. Durante estos años ha obtenido la alabanzas tanto del público como de la crítica y ha cosechado numerosos premios con Gigi (2008), Hello Dolly (2009), Crazy for You (2011) y sobretodo con Into the Woods (2010) que este año ha vuelto a dirigir en el teatro al aire libre de Central Park. Sin embargo con Ragtime no ha acertado. Ha traslado el principio y el final del musical a nuestros días, intentando mostrar el fin del sueño americano. Jon Bausor, el diseñador del espacio, ha realzado esa idea. El escenario es un bloque de cemento, de una construcción que no llegó  a terminarse, al fondo de un cartel de Obama roto en el centro por donde brota un montón de basura, los desperdicios de una pasada era industrial también se reparten por otras zonas. La coreografía ha sido realizada por el venezolano afincado en Londres Javier de Frutos.

 

 

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