Los libros representan una de las principales fuentes de inspiración para la industria del cine. Por ello, cada año se llevan a la gran pantalla historias que a muchos les serán familiares. La experiencia ha dado lugar a una especie de esquema, por el cual, esto puede acabar de tres formas: a) el resultado es bueno; b) como película está bien, pero no es fiel a la obra original; c) es un fracaso nefasto y aberrante para sus seguidores.
Hay multitud de ejemplos en los que se aplican dichos casos, véase El Hobbit, que si bien como adaptación no es precisamente destacable, sí fue un producto cinéfilo bien recibido por el público. Aunque no obtuvo unos resultados entre la crítica como la excelente trilogía El señor de los anillos. Sin embargo, existe una serie de títulos concretos que en su día levantaron ampollas y cuya mala adaptación fue, cuanto menos, sonora. En algunos casos, incluso polémica debido a la reacción de los fieles lectores que vieron destruidas sus ilusiones de disfrutar en una sala de cine de sus historias favoritas cobrando vida.
El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares
El primer libro de la trilogía (recientemente ampliada a una tetralogía), El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares (2011), de Ransom Riggs, estrenó su propia adaptación cinematográfica en el año 2016. El reparto no pintaba mal con rostros conocidos como Eva Green (300: El origen de un imperio), Asa Butterfiel (El niño con el pijama de rayas), Judi Dench (La reina Victoria y Abdul) o Samuel L. Jackson (Wonder Woman), pero el resultado no fue el esperado. Esta historia sobre el legado de un abuelo a su nieto, niños con poderes especiales y horrendos enemigos no convenció demasiado. Como adaptación resulta desastrosa. No solo se intercambian sin coherencia los papeles de dos personajes (algo que carece de explicación se mire por donde se mire), uno de ellos clave. También se idearon de la nada escenas y se incluyeron sucesos que no tendrán lugar hasta el segundo y tercer libro.
Eragon
Si le preguntas a un seguidor de la saga de libros Eragon, publicados por Christopher Paolini entre 2002 y 2008, sobre la adaptación que se produjo en 2006, lo más probable es que te responda entre dientes: «Nunca existió una película de Eragon». Porque eso desearía, que no hubiese existido. Por la pantalla desfilaron Edward Speleers (Outlander) en el papel protagonista, Jeremy Irons (Batman vs Superman), Rachel Weisz (La favorita) y el villano John Gavin Malkovich (Bird Box). La película, en general, no gustó. Previsible, floja, aburrida, repleta de clichés rancios, muy infantil. Ni el guion, ni la dirección, ni la música, ni la fotografía, poco puede salvarse de este film que es, básicamente, un chico guapo a lomos de una dragona azul.
Harry Potter y el misterio del príncipe
En plena era Harry Potter, en la que cada película se esperaba con la misma locura colectiva que rodeaba a las publicaciones de las novelas, llegó al fin a las salas de cine Harry Potter y el misterio del príncipe (o Harry Potter y el príncipe mestizo) en 2009, cuatro años más tarde que su homónimo en papel. Se trata del penúltimo libro, posiblemente uno de los más importantes, pues rompe con todo lo conocido hasta el momento por los fieles seguidores del joven mago; e incluso con el tono y el ambiente, que se vuelven mucho más oscuros y maduros. Los acontecimientos que en él suceden son esenciales, algunos de ellos de los más icónicos de la saga. No se sabe qué mosca le picó a David Yates (Animales fantásticos y dónde encontrarlos), que repetía como director y se convirtió en un incondicional de la saga, pero la versión del libro sufrió hachazos y retorcimiento de páginas. De modo que, aún siendo al fin y al cabo un producto del universo Harry Potter y, por tanto, un regocijo para los fans, fue difícil esquivar un leve –pero persistente– sentimiento de decepción.
La brújula dorada
Qué puede decirse de la adaptación de La brújula dorada (2007) que no se haya dicho ya. Ni la mismísima Nicole Kidman (Aquaman), ni el actual James Bond, Daniel Craig, pudieron sacar a flote esta desastrosa adaptación del clásico contemporáneo de Philip Pullman, publicado por primera vez como Luces del norte en 1995 y parte de la trilogía La materia oscura. La historia de esta novela y los temas que trata son complejos y su comprensión no es simple, al contrario de lo que pueda pensarse al ver en la imagen promocional a una niña cabalgando un oso con armadura. Nada de ello aparece en la película, que peca de todo lo contrario: simplista, insípida, infantiloide y confusa por sus vaivenes narrativos.
Cazadores de sombras
La versión cinematográfica del primer libro de la saga Cazadores de sombras (2007) llegó en 2013. La serie de libros de la escritora estadounidense Cassandra Clare es uno de los productos literarios juveniles con mayor público y seguimiento, y la colección de título aumenta cada año. Era un proyecto jugoso, ¿quizás la siguiente gallina de los huevos de oro? ¿El nuevo Harry Potter? Nada de eso, porque el film fue un fracaso que no conquistó a nadie. Protagonizada por Lily Collins (Los imprevistos del amor) y Jamie Campbell Bower, que desapareció del panorama hollywoodiense, era una mezcla insulsa, absurda y forzada de estereotipos propios de la fantasía juvenil. Repleta de hormonas revueltas y sin mucho respeto por la novela original, incluso se introdujeron datos y sucesos de los dos libros posteriores de la saga. Ni se planteó la posibilidad de una segunda parte.
