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‘La próxima piel’: ¿Y si yo no soy yo?

Gabriel /Leo (Álex Monner) en La próxima piel
Gabriel /Leo (Álex Monner) en La próxima piel
Ana y Gabriel/Leo en su primer encuentro tras la desaparición
Ana (Emma Suárez) y su supuesto hijo (Àlex Monner) en su primer encuentro tras la desaparición

Una madre encuentra a su hijo desaparecido en el Pirineo catalán ocho años atrás. Su padre, que estaba con él, fallece en el monte. Gabriel, que ahora casi es mayor de edad, vive en un centro de menores francés donde todos le llaman Leo por vestir una camiseta de Messi cuando lo internaron. No recuerda nada de su infancia. Siempre con la duda de si es verdaderamente o no Gabriel, madre e hijo comienzan a hacer vida en un pequeño pueblo perdido entre montañas nevadas.

Isaki Lacuesta e Isa Campos dirigen y guionizan (junto a Fran Araújo)  La próxima piel. Ganadora de varios premios en el Festival de Málaga, entre ellos el de Mejor Dirección o el Especial del Jurado, ésta es una película en la que ni el género cinematográfico está definido: es un thriller con tintes de drama familiar (o viceversa) grabado en algunas partes con estilo documental.

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Nada es casual y nada sobra en el argumento, al contrario: tanto Gabriel /Leo (Àlex Monner) como los espectadores van recibiendo información sobre el pasado en píldoras, muy poco a poco, y con cada escena, con cada revelación nace una nueva sospecha, una nueva duda sobre si es o no el niño perdido.

Ese recelo es fruto de la falta de comunicación entre los personajes. En La próxima piel, como si de la literatura del Romanticismo se tratase, la naturaleza expresa más sobre los sentimientos de los protagonistas que ellos mismos. El paisaje blanco (como la memoria de Gabriel) siempre está presente en pantalla. Y helada es la relación de desconfianza que mantiene con su supuesta familia e incluso consigo mismo. Porque él tampoco se reconoce.

El viento sustituye a la música, prácticamente inexistente en la película. En su lugar oímos las respiraciones agitadas de Gabriel /Leo cuando se agobia porque no puede recordar, sus pensamientos ininteligibles expresados en una frase de palabras solapadas que se repite y se repite,…

Alerta: Spoiler 

Es interesante el juego con la música en la escena del baile, posiblemente la más significativa de la película: durante una celebración en la taberna del pueblo oímos música diegética que se silencia cuando Gabriel le habla a su madre sobre momentos de su infancia que nadie le ha podido contar, pero ella no recuerda algunos episodios.

Fin Spoiler

La incomunicación también se refleja en que los personajes hablan distintos idiomas: francés, catalán y castellano, no en vano estamos en la frontera entre España y Francia. Esa amalgama de lenguas es muy significativa en la película, por lo que desde esta redacción recomendamos ver el film en versión original. Así se puede apreciar, por ejemplo, el cambio que sufre Gabriel /Leo en su catalán: en un principio lo habla con acento francés, luego cambia al catalán más cerrado. Igualmente, cuando Gabriel/ Leo le habla a Ana, su supuesta madre (Emma Suárez), y quiere convencerla de algo, habla en español, ya que ella es del sur.

Gabriel /Leo (Álex Monner) en La próxima piel
Gabriel /Leo (Álex Monner) en La próxima piel

La conexión entre Monner y Suárez es uno de los aspectos más destacados de La próxima piel.  Ya se habían encontrado en el rodaje de Héroes, pero la química en cada escena de esta película es casi palpable en los gestos y en las miradas, que de expresar recelo pasan a mostrar cariño e intimidad, rompiendo así con ese ambiente de incomunicación y desconfianza que envuelve a la mayoría de los personajes.

Esta historia, además de presentar una reflexión sobre la identidad y su construcción en los demás, también habla sobre el egoísmo: todos los personajes parecen engañarse a sí mismos y también a los demás para conseguir alcanzar sus propios objetivos. Todos tienen, desde el primer momento y según les convenga, una teoría sobre si ese adolescente tatuado y rapado es o no Gabriel, e intentan imponer su criterio.

Se puede decir que los protagonistas son crueles consigo mismos  y con los demás. Esta crueldad se refleja en la relación de los personajes con los animales, sobre todo en Enric (Sergi López), supuesto tío de Gabriel, que en muchas escenas porta una escopeta, despieza animales o se limpia las manos manchadas de sangre. Esto le da una imagen de amenaza constante a los ojos de Gabriel / Leo y del espectador y, a la vez, es una forma de expresar lo que realmente desea y siente el personaje.

Enric (Sergi López) cazando
Enric (Sergi López) en La próxima piel

La duda de si el personaje de Monner es o no el niño perdido es la base del argumento de La próxima piel y cada escena nos lleva a la resolución de ese misterio pero también más allá: ¿realmente importa que lo sea? Engañándose a ellos mismos o no, Ana y su supuesto hijo han llenado el vacío que tenían en sus vidas: unas vidas desgraciadas ya desde mucho antes de que Gabriel se perdiera y que lo ha seguido siendo hasta su vuelta. La felicidad (momentánea al menos) que obtienen de esa nueva relación es suficiente para ambos. ¿Y qué si él no es él?

Marta Bascón

"Las obras de arte viven en medio de una soledad infinita, y a nada son menos accesibles como a la crítica. Solo el amor alcanza a comprenderlas (...)" R. M. Rilke

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