Este mes estaba previsto que desembarcara en nuestro país Netflix, una compañía estadounidense de alquiler de películas y series a través de internet. Aquí las cifras de piratería son escandalosas (400 millones de descargas ilegales al año y sólo un 1% legales), por lo que el sector esperaba como agua de mayo la llegada de esta empresa, líder indiscutible al otro lado del charco.
En Estados Unidos, Netflix es el rey del video rental. En una década ha aumentado su número de suscriptores una inmensidad, llegando a alcanzar la cifra de 25,5 millones de abonados. La propuesta de Netflix recuerda mucho a la de Spotify: por unos 16 dólares al mes (se estima que en España será la misma cifra en euros, no habrá rebaja con el cambio de moneda) se pueden disfrutar más de 100.000 títulos. Una fórmula que parece mucho más apetitosa que la del pago individual por cada alquiler o los canales temáticos, que repiten contenidos indiscriminadamente.
Además de estrenos y clásicos, el catálogo también incluye muchas series. De hecho, la supremacía de esta plataforma en Norteamérica es tal (más del 20% de todo el tráfico en internet en el país) que incluso las grandes productoras de series están negociando ya estrenos en exclusiva.
El objetivo claro de esta plataforma son los usuarios de televisores de última generación, que tienen conexión directa a internet, de forma que los contenidos puedan verse en alta definición (en EEUU el 89% de los abonados, lo usan a través de la televisión).
Los datos pintan muy bien aplicados a países en los que se paga por la cultura, pero en España no somos así, por lo que el éxito de Netflix es toda una incógnita. ¿Conseguiría asentarse esta plataforma o estamos simplemente ante el enésimo salvador del cine? Los precedentes en suelo patrio no apuntan a buenos presagios, desde luego: otras plataformas de alquiler online como Filmin, Filmotech o Wuaki Tv tienen unas cifras de descargas tan bajas que ni se atreven a publicarlas. De Apple Tv mejor ni hablar.
Tan mala pinta nos han visto que en el último momento la compañía se ha echado atrás, posponiendo indefinidamente la implantación del sistema. Sí llegará a Irlanda y al Reino Unido, donde parece que respetan un poco más el séptimo arte.
