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Vetusta Morla y su ‘Cable a Tierra’: El último ritual 

Vetusta Morla WiZink
Vetusta Morla en su concierto en el WiZink Center | Fuente: @vetustamorla | Foto: @glorianm

El grupo pone fin a su gira de dos años con dos conciertos en Madrid 

Cuando a Dua Lipa le filtraron su segundo álbum, Future nostalgia, la cantante compartió un vídeo desconsolada entre lágrimas. Lust for life, de Lana del Rey, también fue víctima de filtración. Dos días antes de su lanzamiento ya rondaba por Twitter, aunque esta se lo tomó con mejor humor: “Cabroncetes”, escribió en la red social. Luego está el artista urbano Feid o Ferxxo, que, una vez filtrado su disco, decidió sacarle provecho y, tirando de ironía, le cambió el nombre a Feliz cumpleaños, Ferxxo: te pirateamos el álbum

Pero lo que hizo el grupo Vetusta Morla en su fin de gira no tiene precedentes. Mientras las más de 15.000 personas que fueron a ver a la banda ocupaban su asiento o se tomaban algo para calentar motores, en el WiZink Center de Madrid sonaba un repertorio de canciones que ni los fans más fieles eran capaces de reconocer. Si eran nuevos temas, eso es seguro; si pertenecerían a un posible nuevo disco, es más que probable. 

Seguro que a Pucho (voz), Guille (guitarra), Juanma (guitarra), David (batería), Álvaro (bajo eléctrico) y Jorge (percusión) no les importaría haber filtrado su nuevo álbum y haberlo compartirlo con sus fieles seguidores. Ellos no se mueven por primicias, ni las necesitan ni las han necesitado nunca. Y es que este grupo indie rock con 25 años de trayectoria se ha consolidado como una de las bandas más importantes del panorama musical. Ahora, tienen cita en Valladolid para ganar el Goya a mejor canción original junto a la cantautora Valeria Castro por El amor de Andrea.  

Estos seis amigos de Tres Cantos celebraron el último ritual de su gira Cable a Tierra interpretando algunos de los temas de su último disco y homónimo como Puñalada trapera, La Virgen de la Humanidad, Finisterre o Al final de la escapada; y aquellos que a pesar de que pasen los años, el público seguirá pidiendo como Fuego, Maldita dulzura, Copenhague, 23 de junio, Consejo de sabios, Cuarteles de invierno o Los días raros.

Un ritual de principio a fin

Si seis son multitud, la banda quiso invitar a varios amigos más para que les acompañaran sobre el escenario. Entre ellos, la orquesta celtibérica formada por los palentinos El Naán, las gallegas Aliboria, el artista y compositor Rodrigo Cuevas que, en palabras de Pucho, “es de las personas que en la actualidad más está haciendo por el folclore en nuestro país” y, la sorpresa estrella del segundo día, Leiva, con quien interpretaron Copenhague y una servidora se arrepintió de haber ido el jueves en lugar del viernes.  

Los 150 minutos fueron un rito de principio a fin en el que la mística era la música, siendo una oda al folclore y a lo popular. Los madrileños exploraron con el disco nuevos sonidos y lo han transmitido en cada uno de sus conciertos atreviéndose incluso a bailar una muñeira en 23 de junio. Como cualquier ritual, empezó y terminó con unos versos que “bendijeron el lugar”. Además, entre bloque y bloque, intercalaron canciones populares como Tarara, Caminho do Alem y Panaderas de pan duro, ritmo tradicional que las mujeres se inventaban mientras amasaban el pan.  

El espectáculo fue un sinfín de emociones, una auténtica catarsis. El público se convirtió en protagonista en temas como El rey sol, Sahararabbey Road, Valiente (en el que aquí no falló el sonido como sí ocurrió en su concierto del Metropolitano), o Golpe maestro. En total, 25 temas que culminaron en un tiny desk al compás del ritmo de las panaderas con Los días raros

Vetusta Morla se despide así de dos años de una gira “que no le ha dejado tiempo ni para tomarse un café”, aseguraban. Pero antes, el grupo quería despedirse por todo lo alto de esta etapa y vaya si lo hicieron. Se avecinan “días raros”, pero antes de marcharse a su retiro, mandaron un mensaje tranquilizador: “Ahora, la rueda de hámster tiene que parar, pero seguiremos juntos hasta no sabemos cuándo”.  

Paula Pardo Luz

Quiero vivir en los cuadros de Sorolla. Coldplay es mi banda sonora y La La Land mi imperio romano

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