Desde el momento en que se apagan las luces del teatro, se observa que la obra Una habitación propia, adaptación de la novela de Virginia Woolf (Reino Unido, 1882-1941), atañe cuestiones importantes sobre literatura. La representación se encuentra en el Teatro de Bellas Artes, donde Clara Sanchis (Teruel, 1968) interpreta a Woolf y avanza previamente hacia el escenario con un bolso de mano mientras resuena el sonido de sus tacones por toda la sala.
Da comienzo el discurso con la frase “le hemos pedido que nos hable de las mujeres y la novela. ¿Qué tiene que ver esto con una habitación propia?” (Virginia Woolf, 1929). Este diálogo establecido con el público es interesante y bastante esclarecedor para algunos. Durante toda la función se tratan diversos temas que otras mujeres no se atrevieron a decir en voz alta, pero seguro que alguna vez pensaron.
Del mismo modo, expone varios argumentos con ejemplos que han transcurrido en la historia de la literatura, como la enorme lista de hombres que tenían la posibilidad de escribir, borrando del mapa a cualquier mujer dentro de este ámbito, y todos ellos hablaban de las mujeres como seres inútiles, sin capacidad de pensamiento, vulgares e inferiores al otro sexo.
Hay que destacar también el uso del género femenino (todas, queridas, amigas…) para dirigirse a los espectadores. Para referirse a ella misma lo hace en primera persona del singular, aunque menciona constantemente el nombre de su amiga Mary y, algo que puede causar confusión en el oyente ya que parece hablar de sí misma a través de ella.
Todos los miembros del público se encuentran muy pendientes sobre qué es lo siguiente que va a contar y siguen la conversación ensimismados. Así, la protagonista establece una conexión entre la literatura, las mujeres y los lectores del siglo XXI.
Del papel a los escenarios
La identidad del personaje de Virginia Woolf (Clara Sanchis) es intensa debido a las grandes gesticulaciones, enfados y numerosos sentimientos que enseña. Igualmente, el poco espacio que tiene sabe aprovecharlo moviéndose de un lado a otro. A la derecha se sitúa un piano y a la izquierda una mesa de escritorio con diversos papeles y un vaso de agua. La propuesta en escena desarrollada por la dramaturga María Ruiz es muy sencilla. No hay muchos elementos en la obra, pero tampoco son necesarios para que los espectadores puedan imaginar la habitación que cualquier mujer requiere para escribir ficción.
Por otro lado, la protagonista toca melodías de Bach para acompañar su discurso y ponerle más énfasis a las notables palabras. Esta música clásica del Barroco, igual de expresiva que la escritora británica, le sirve de ayuda y es un gran atractivo para ir avanzando en los entresijos de su razonamiento.
Llegando casi al final de la disertación en la obra de teatro Una habitación propia, se dispone una peroración para acabar con la pregunta primordial, donde formula una reflexión sobre quiénes son las mujeres y quiénes pueden ser; la libertad de elegir qué quieren hacer, sin nunca dudar de sí mismas, ni de la valía que poseen y de lo que son capaces de conseguir.
En la lucha por la igualdad
Para contextualizar mejor la historia, es importante saber que Virginia Woolf escribió Una habitación propia (1929) en el mismo momento en que surgió una de las mayores revoluciones sociales de la historia. Se trataba de la lucha sobre la igualdad de hombres y mujeres ante la ley. Tan solo hacía nueve años que se había concedido el voto a la mujer y la escritora británica decidió sumergirse en el debate que tantos hombres ya habían comentado.
En la obra, se reflejan las preocupaciones de la autora británica, aparte de las propias, y varias experiencias que tuvo que vivir. Además, se pueden descubrir sus pasiones, sus desvelos y similitudes con otras grandes escritoras que la precedieron. Y todo ello, “con un estilo literario en constante experimentación y buscando siempre la identidad propia de unos personajes con gran sensibilidad y nostalgia”, tal y como se afirma en El País.
La técnica narrativa del monólogo interior y su estilo poético se distinguen como las aportaciones más importantes a la novela moderna. Y se debe incidir en que Virginia Woolf es considerada una de las escritoras más importantes del siglo XX y de la historia del feminismo.
Ficha artística
Teatro Bellas Artes (Madrid). Versión para la escena y dirección: María Ruiz. Intérprete: Clara Sanchis. Música: Clara Sanchis a partir de J. S. Bach. Diseño de vestuario: Helena Sanchis. Realización de vestuario: Cornejo. Iluminación: Juan Gómez-Cornejo. Fotografía: Isabel de Ocampo y Diego Ruiz. Diseño gráfico: Diego Ruiz.
Próximas representaciones: Martes 10, 17, 24 y 31 de mayo, a las 20h.
Precio: 15 euros.
Venta de entradas online aquí.
