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‘Tick, Tick… Boom!’, la vida bohemia de Jonathan Larson antes de ‘Rent’

Cartel película 'Tick, tick...boom!'
Cartel de la película 'Tick, tick...boom!' (Lin-Manuel Miranda, 2021)

25 de enero de 1996. Tic. Los focos descubren el escenario del New York Theatre Workshop, un pequeño teatro del Off-Broadway. Es noche de estreno. Otra obra que lleva años esperando ver su nombre entre las marquesinas de Times Square. Otro joven compositor que aspira ser el próximo Stephen Sondheim. Bueno, no exactamente. Anthony Rapp, el actor protagonista, se coloca en el centro del escenario y dice: “Dedicamos este estreno y cada representación a nuestro amigo”. La música estalla, y comienza Rent, musical escrito por Jonathan Larson, que ha muerto hace menos de 24 horas. Tic, tac.

Pero “esta no es la historia de la muerte de Jonathan, es la historia de su vida”. Esto dice Lin-Manuel Miranda, director de la versión cinematográfica de Tick, tick…boom! que adapta el legado teatral más autobiográfico de Larson y que acaba de estrenarse en Netflix.

Tick, tick…boom! es el retrato de la vida bohemia de Jonathan Larson. Con un extraordinario Andrew Garfield en el papel del compositor, Miranda lleva a la pantalla el musical de 1990 en el que, a modo de monólogo-rock y protagonizado por él mismo, Larson narraba cómo intentó conseguir su sueño. Tic, tac. En el contexto del Nueva York de principios de los 90, con la epidemia de SIDA arrebatándole a sus amigos, el joven compositor, a punto de cumplir treinta años (tic, tac), trata de abrirse un hueco en Broadway con el musical que lleva escribiendo, y reescribiendo, casi una década: Superbia, una ópera rock inspirada en la novela 1984 de George Orwell, demasiado vanguardista para el tipo de musicales que se amontonaban por aquel entonces en los teatros de la Calle 52.

“Esta no es la historia de la muerte de Jonathan, es la historia de su vida”

Para Miranda, que se estrena en la dirección de cine con Tick, tick…boom!, esta adaptación siempre fue un proyecto personal, y es que su carrera es, en cierto modo, similar a la de Jonathan Larson. Lin-Manuel Miranda también revolucionó el teatro musical en 2007 con In The Heights, su ópera prima, en la que llevó la música latina y el rap a Broadway, y de la que estrenó su versión cinematográfica el pasado junio. Tras aquel éxito, en 2015 presenta Hamilton, la historia de uno de los padres fundadores de Estados Unidos, contada a través del rap y el hip-hop, que lo convierte en uno de los compositores teatrales más influyentes del momento, sacudiendo las normas no escritas de cómo tenía que ser un musical.

Andrew Garfield como Jonathan Larson en 'Tick, tick... boom!'
Andrew Garfield como Jonathan Larson durante el número Sunday

Jonathan Larson mezclaba a The Who y Elton John con Leonard Bernstein y Stephen Sondheim. Creía que las historias tenían que reflejar la actualidad y causar un impacto social. Quién sabe cómo habrían sonado los musicales de hoy en día si su carrera hubiese sido más extensa. Tick, tick… boom! tampoco fue la tan ansiada oportunidad que Larson llevaba soñando desde niño. Sin embargo, sí que consiguió que Jeffrey Seller, un joven productor teatral que años más tarde llevaría las obras de Lin-Manuel Miranda a Broadway, se fijara en él. Tic, tac.

‘Rent’ o la eterna juventud y bohemia

Inspirado en la vida bohemia del París de 1840, que Puccini había llevado a la ópera en La Bohème, Larson escribe un nuevo musical rock con el que, por fin, haría su sueño realidad: Rent, el retrato de la vida de un grupo de jóvenes artistas en Alphabet City, que luchan por sobrevivir entre la pobreza, la homofobia, el SIDA o las drogas. Aquel musical que utilizaba el amor como unidad de medida, se estrenaría coincidiendo con el centenario de La Bohème. Tic, tac.

Jonathan Larson frente al cartel de 'Rent'
Jonathan Larson frente al cartel de Rent. Fotografía de Library Of Congress.

Horas antes de los primeros acordes de Rent, la noticia del fallecimiento de Larson parecía suspender su estreno. Sin embargo, el elenco decidió seguir adelante. Tic, tac. Sería una representación sin puesta en escena, sólo cantada, pero al llegar el número La Vie Bohème los actores se levantaron, e hicieron la interpretación tal y como había sido concebida por Larson. Fue un éxito absoluto que convirtió a Jonathan Larson en uno de los mejores compositores de teatro musical de finales del siglo XX. Rent también fue llevada al cine en 2005, con parte del reparto original que aquella noche de enero de 1996 rindió homenaje al autor de sus palabras.

«Un mensaje en una botella para los jóvenes artistas»

Tick, tick… boom! habla de la lucha constante entre nuestros sueños y el tiempo. Cómo mantener el equilibrio al perseguir obsesivamente una vocación y, a la vez, tener un hueco para la amistad y el amor. Tic. Cómo seguir en pie cuando la amenaza de la muerte es una constante en la vida. Tic, tac. Cómo no desistir en una carrera a contrarreloj que cada vez tiene más pendiente, con los pies resbalándose a cada paso.

Andrew Garfield como Jonathan Larson en 'Tick, tick... boom!'
Andrew Garfield como Jonathan Larson en Tick, tick… boom!

Lin-Manuel Miranda quiere que la película se sienta como un mensaje en una botella para los jóvenes artistas que dice: “Esto va a ser más difícil de lo que piensas, pero valdrá la pena si amas lo que haces”. Tick, tick… boom! no sólo será un título imprescindible para los amantes del teatro musical, porque todo soñador puede verse reflejado en esta historia.  

Jonathan Larson quiso tener una vida en el teatro musical, y así fue. Aunque no vio cómo su obra triunfó, manteniéndose entre las marquesinas de Broadway durante más de una década, ni recogió ninguno de los tres premios Tony que ganó, permanece inmortal en cada joven que decide dedicarse a este sueño, y que lucha imbatible contra el constante y atronador “tic, tac” del tiempo para tratar de conseguirlo.

Boom!  

Laura del Río

Contando historias en Cultura Joven.

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