Abstracción musical

National Youth Music Theatre es una institución británica que se dedica a preparar a jóvenes entre 11 y 24 años para ser actores, en especial del género musical.  Comenzó su andadura en 1976 y, salvo un pequeño periodo en el cual no encontraron patrocinador, no han parado de realizar actividades. Entre sus antiguos alumnos se encuentran Jude Law, Jamie Bell quien se hizo famoso por protagonizar el film Billy Elliot y muchas de las actores y actrices que en estos momentos están a trabajando en el West-End y Broadway. 

 Durante este verano National Youth Music Theatre han contado como artista residente a Robert Janson Brown. Una de las producciones del compositor estadounidense que han presentado es Songs  for a New World. Una obra que esta considerada como un musical abstracto porque carece de partes habladas. Esta compuesta de una serie de canciones que tienen en común que muestran a personas que tienen que tomar una decisión. El autor la define como un musical sobre un momento, una colección de historias en un mundo que está cambiando.

Songs for a New World fue la primera obra de Robert Jason Brown en llegar a los escenarios, se estrenó  en un teatro del off-Broadway en 1995. El compositor lo concibió para ser representado por cuatro personas. Sin embargo, el montaje que National Youth Music  Theatre presentó  en Londres era  distinto, cada canción estaba interpretada por un actor o actriz diferente. Por sus actuaciones destacaron Stewart Darke a quien le tocó interpretar a un judío español que parte en un barco hacia un nuevo mundo al ser expulsado del país por sus creencias religiosas. Y Charlotte Smith quien cantó “Stars and the Moon,” uno de los temas más conocidos del musical.

Las representaciones han tenido lugar  en el mismo teatro en el que fue estrenado en Londres en 2001, el Bridewell Theatre, una sala muy peculiar ya que ocupa el lugar de una antigua piscina victoriana. El nuevo montaje de Songs for a New World era muy sencillo, solamente utilizaron pallets de madera decorados con diferentes colores, como si se hubiesen tirado cubos de pintura sobre ellos. La dirección escénica ha corrido a cargo de Sarah Redmond, gran conocedora del musical porque fue una de las actrices que lo estrenó en  la capital británica.

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