Hay en España una cierta costumbre bastante arraigada en cuanto a nuestro cine se refiere: la de considerar que todo lo que vino de fuera siempre fue mejor y que nuestros directores nunca estarán a la altura de los franceses, los italianos y no digamos los americanos, que directamente juegan en una liga diferente al resto.
Sin embargo, nuestro provincianismo al defender esta idea no se traduce luego en nuestro paso por las salas, donde este fin de semana pasado se demostró una vez más que un estreno español puede posicionarse como el favorito del público sin despeinarse.
Y es que Ocho apellidos vascos, la fresca e hilarante comedia de tópicos regionales de Emilio Martínez-Lázaro, ha sido todo un éxito de taquilla en su primer fin de semana de estreno, consiguiendo recaudar una cantidad aproximada de 2.8 millones de euros, el 40% de la recaudación total. Unas cifras que la han convertido en la mejor apertura de una película española desde Lo Imposible, de Juan Antonio Bayona.
Al hilo de este fenómeno, y observando qué otros estrenos autóctonos han roto taquillas dentro y fuera del país, se descubre que, en los últimos años, el cine español no tiene nada que envidiar al extranjero y que cintas de géneros tan variados como la animación, la comedia y el terror han traspasado fronteras y han conseguido incluso lo más difícil: gustar sobre todo a los españoles.
Pánico, animación y Santiago Segura
En la lista de los filmes más rompedores en taquilla, el terror y la comedia se sitúan en los puestos más altos. Así, Los otros, la historia de fantasmas de Alejandro Amenábar que cruzó el charco, consiguió la friolera de 27.254.046 euros totales de recaudación sólo en España, alcanzando los casi 210 millones de euros en todo el mundo.
Y dentro del mismo género, aunque con menos trascendencia internacional, El orfanato, de Juan Antonio Bayona y protagonizada por Belén Rueda, llegó a los 25.061.417 de euros en nuestro país, rozando los 79 millones mundiales. Cifras que el mismo director consiguió batir años después con Lo imposible, que ostenta el primer puesto en recaudación española con nada más y nada menos que 40,500,000 euros de caja.
No es ningún secreto por otro lado que Santiago Segura ha conquistado las salas con su saga Torrente, el antihéroe más casposo que triunfa con cada nueva entrega. Las partes 2 y 4, con 22.142.173 y 19.349.009 de euros respectivamente, fueron las más exitosas de todas. Y siguiendo esta estela del humor absurdo, aunque en este caso bajo la influencia de los recuerdos infantiles de muchos, La gran aventura de Mortadelo y Filemón, ingresó, contra todo pronóstico, la cantidad de 22.847.347.
Otras cintas como Ágora con casi 21.000.000 de euros o Mar Adentro, con casi 20.000.000, ambas de Alejandro Amenábar, gustaron mucho en España, aunque no consiguieran tanto público en el resto de países.
Por último, la animación, un apartado en el que España cada vez se mueve con más soltura, hincha taquillas con Tadeo Jones (17.928.233 euros) y Planet 51 (11.679.937,87 euros).
Estos datos, contrarios a lo que el espectador español piensa sobre su propia industria cinematográfica, resultan muy alentadores para nuestro cine, que además exporta talento al exterior con directores como Almodóvar (Volver, Todo sobre mi madre, Hable con ella o La mala educación se cuelan entre los puestos de las 10 películas españolas más taquilleras de la historia), Amenábar (Los otros, Mar Adentro) o Juan Antonio Bayona (Lo imposible), que dejan constancia de que ahora más que nunca, el cine español gusta. Y mucho.
