Rumanía: desde la Primera Edad del Hierro hasta la llegada de los pueblos bárbaros

Casco Cotofenesti
Casco de Cotofenesti, espada y hacha

El Museo Arqueológico Nacional acoge hasta el 27 de febrero la exposición Tesoros arqueológicos de Rumanía. Las raíces dacias y romanas. En ella se lleva a cabo un recorrido histórico-cultural de más de un milenio —desde el siglo VIII a. C. hasta el VII d. C.— de lo que se corresponde con el territorio de la actual Rumanía. La muestra está organizada en seis grandes secciones, exponiendo en cada una de ellas las principales piezas artísticas y arqueológicas de cada periodo histórico, junto con un texto explicativo. De entre la amplia variedad de obras expuestas, destacamos esculturas, estelas y ajuares funerarios, piezas votivas o artículos propios de la vida cotidiana.

Tras una breve introducción al objeto de estudio, la primera sala está enfocada a la Primera Edad del Hierro —siglos VII-VI a. C.—. En ella se analiza cómo la cultura propia de esta región, los Basarabi, comienza a entablar relaciones con las tribus vecinas nómadas procedentes de oriente y la llegada de los lirios, escitas y griegos a este territorio. Resulta importante indicar que surge una élite de guerreros a caballo, de cuyos vestigios se han encontrado piezas de excepcional calidad. De entre las obras que se exponen destacamos las propias del mundo religioso, tales como estatuillas de dioses, calderos, estelas funerarias de guerreros, diferentes tipos de armas, cascos y accesorios para enjaezar a los caballos.

La segunda sala está enfocada en el surgimiento y consolidación de la civilización geto-dacia como propia de la zona de los Balcanes y el Mar Negro. Este pueblo estuvo muy influido por los griegos, escitas, celtas y los reinos tracios de la otra orilla del Danubio. El auge de esta civilización llega a principios del siglo II d. C. con el rey Decébalo. En esta sala destacan las piezas de metales preciosos y los tesoros y ajuares funerarios propios de las élites guerreras y sacerdotales.

Las salas tercera, cuarta y quinta están enfocadas en las etapas comprendidas entre los siglos I y VII d. C., y son: el periodo de la Pax Romana, las Puertas del Imperio y la Continuación de la vida romana en Dacia. En ellas se explica cómo esta región fronteriza con el Imperio se integra a este y cómo se da inicio al proceso de transformación y romanización. Especial énfasis se da a la vida espiritual y al sincretismo religioso, a la figura de los emperadores Trajano y Adriano y, posteriormente, a la llegada del cristianismo. De entre las piezas de estilo romano destacan las estelas funerarias, los bustos de ambos emperadores, las estatuillas de dioses del panteón romano y los apliques y placas votivas.

La última sala expositiva corresponde a las zonas fuera del Imperio y a la llegada de los pueblos bárbaros: godos, hunos, eslavos y, especialmente, los avaros. Con su llegada tendrán lugar distintas transformaciones sociales y culturales. Esta región vive numerosos cambios, siendo los más significativos los impuestos por el pueblo avaro y el eslavo, quienes introdujeron cambios en las formas de asentamiento y en los ritos y costumbres funerarias. Los objetos expuestos advierten la influencia bizantina y cristiana. Destacan los vidrios, cerámicas, armas y adornos personales, así como piezas de plata y oro. En este sentido sobresale por su importancia la selección de piezas del tesoro de oro de Pietroasele.

Información adicional:

  • Horario. De martes a sábado: de 9:30 h a 20:30 h.
  • Visitas guiadas gratuitas, cuatro sesiones semanales (martes y miércoles a las 11:30 h, jueves a las 17:00 h y viernes a las 18:00 h).
  • 10 visitas-taller enfocadas al público infantil.

Marta Méndez López de Bustamante

Historiadora e historiadora del arte. Apasionada del mercado del arte y del periodismo cultural.

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