Romeo y Julieta despiertan, pero no despegan

José Luis Gómez y Ana Belén son Romeo y Julieta | Javier Naval

Ana Belén y José Luis Gómez resucitan a los personajes 400 años después de su muerte

Hasta el próximo 4 de junio Romeo y Julieta despiertan…, la adaptación de la obra de William Shakespeare, se representará en el Teatro Español bajo la dirección de Rafael Sánchez. Aunque prácticamente todo el mundo conoce la trágica historia de los amantes de Verona, E.L. Petschinka, autor del texto, plantea qué habría pasado si la pareja despertase 400 años después de tomar el veneno que acabó con sus vidas. Una propuesta interesante, pero que se va disolviendo y perdiendo a medida que avanza la función.

La premisa pretende contar qué hubiese sido de Romeo y Julieta si no hubiesen muerto. Tras hora y media de función no hay ninguna respuesta clara y la obra se limita a repetir otra vez sin aportar nada nuevo a la famosa historia. Únicamente, en los últimos quince minutos, el montaje coge ritmo y ofrece una visión distinta del clásico de Shakespeare. ¿Qué habríamos hecho si no hubiésemos tomado el veneno? Pregunta Julieta después de divagar una y otra vez en una historia lenta y que se salva por las grandes actuaciones de Ana Belén y José Luis Gómez.

Ana Belén es Julieta | Javier Naval
Ana Belén es Julieta | Javier Naval

Las interpretaciones tiran del carro

Son, precisamente, Ana Belén y José Luis Gómez quienes levantan el texto de E.L. Petschinka. La madrileña interpreta a una Julieta que no hace más que quejarse por haber desperdiciado su vida y que cuando tiene la oportunidad de recuperar algo del tiempo que ha perdido, vuelve al mismo bucle en el que estaba cuando despertó. El personaje de Romeo pasa a un segundo plano eclipsado por una excelente Ana Belén al que el papel de Julieta le queda pequeño. José Luis Gómez es el encargado de dar ese toque cómico presente en la obra y que en alguna ocasión no acaba de quedar del todo bien.

José Luis Gómez es Romeo | Javier Naval
José Luis Gómez es Romeo | Javier Naval

A los dos protagonistas los acompañan José Luis Torrijo, Irene Rouco y David San José, este último encargado de la dirección musical de la obra. Los instrumentos en directo siempre suman y aportan un toque diferente que, a veces está acertado por completo y en otras no acaba de cuajar. El vestido de Julieta queda como anillo al dedo para reflejar cómo se siente la no tan joven enamorada después de despertar tantos años después. El traje rojo de Romeo, que incluso a veces recuerda a la indumentaria típica de un payaso, es un acierto total por los matices cómicos que tiene el personaje.

Los elementos escenográficos son escasos y sencillos para dar así todo el protagonismo de la obra a Romeo y Julieta. Nada sencillo es el diseño de luces a cargo de Carlos Marquerie. Un total de doce focos dispuestos en una estructura circular cobran un papel importante y muy llamativo durante el discurso de un relato que, pese a que presenta una premisa interesante, se queda corto.

José Luis Gómez y Ana Belén son Romeo y Julieta | Javier Naval
José Luis Gómez y Ana Belén son Romeo y Julieta | Javier Naval

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