Intimista, diferente, personal. Así es Quedaches sen nada, el primer sencillo que ve la luz del nuevo disco de Rodrigo Ramos. Solo con esta primera muestra nos adentramos en lo que promete ser un recorrido a través de su mundo interior, dando así una vuelta de tuerca al que, en el 2017, fue su primer trabajo en solitario, Mirabas Almas. De esta manera, el cantante gallego, con la fragilidad de sus letras nos envuelve otra vez en su característica voz. El disco completo, Sol de invierno, se podrá escuchar a partir del mes de octubre. Sin embargo, lo que Rodrigo Ramos tiene para contarnos va más allá de su música.
Cultura Joven: ¿Cómo ha sido para usted el cambio de estar en un grupo musical a lanzar su carrera en solitario?
Rodrigo Ramos: Pues la mayor diferencia es que, al final, la última palabra la tienes tú. Es importante porque así tienes absoluta libertad creativa. Me explico, en un grupo, aunque compongas una canción, es una democracia o, más bien, es una falsa democracia, ya que el nivel de implicación de unos u otros no siempre es el mismo. De esta manera, es una preocupación menos, sabes que no va a haber cambios con los que no estés de acuerdo.
C.J.: Entonces, ¿cree que así tiene más ventajas que inconvenientes?
R.R.: Creativamente, sí. Pero económicamente, tienes que pagarlo todo tú, equipo, sonido, etc… no es una sensación en la que me guste verme, de tantas responsabilidades, pero es lo que toca.
C.J.: ¿No le dio miedo lanzarse al vacío de su carrera en solitario?
R.R.: Sí, bueno, aún me despierto veinte veces con pesadillas por la tensión de todo, pero es una cosa que me encanta. Me apasiona y es un lujo, al menos para mí, poder editar y publicar canciones que la gente escuche.
C.J.: Encuentro su nuevo sencillo, Quedaches sen nada, muy intimista en comparación a su trabajo anterior, ¿diría que es el matiz que primará en el resto de Sol de invierno?
R.R.: Sí. La verdad es que lo que no me gusta de mi disco anterior es que lo basé demasiado en terceras personas. Entonces, en este he buscado hablar más de mí, de mi manera de pensar, la depresión y los malos momentos. También hay otras letras más positivas. Es un reflejo de mi personalidad.
C.J.: Es una canción muy frágil, ¿ha habido algo que le inspirase para componerla?
R.R.: Es una canción muy depresiva y, bueno, mi personalidad es así. Es muy raro que la gente sepa de primeras tus pensamientos, es como si te conociesen desde un principio. Te hace vulnerable, pero también es muy satisfactorio.
C.J.: En cuanto al videoclip, ¿está contento con su resultado?
R.R.: Sí, sí, lo hice con Jairo Moreno, un tío con muchísimo talento y estoy muy contento. Yo le expresé lo que quería transmitir y creo que él lo captó bastante bien. A mí los videoclips no me gustan para lucimiento del propio artista, quiero que cuenten algo y aporten algo a la canción.
C.J.: ¿Ha participado en la toma de decisiones?
R.R.: Sí, yo tomo las decisiones. Aunque sean consensuadas y acepte ideas y opiniones, al final del día, las elecciones son mías.
C.J.: Cambiando un poco de tema, en sus discos incluye canciones tanto en gallego como en español, ¿de qué manera se siente más cómodo?
R.R.: En mi día a día, hablo gallego y, realmente, me gustaría hacer un disco completo en ese idioma, pero tengo la creatividad más en castellano ahora mismo. En parte, por los libros que veo o las películas, que son siempre en inglés, pero subtituladas al español. Así que me estoy empapando de literatura gallega para ver si lo consigo.
C.J.: ¿Qué situación cree que atraviesa el gallego actualmente? Por momentos, parece que está cogiendo fuerza y escucho a más personas que lo defienden, ¿qué cree al respecto?
R.R.: ¿Escuchas a más personas hablándolo? Yo menos. El gallego es una lengua que no solo puede depender del arte o la literatura para mantenerse viva. Necesita de la gente y de su interés. Sinceramente, hay muy poca música gallega que me guste.
C.J.: Realmente, no se conocen demasiados artistas gallegos. Tampoco que canten en catalán, ¿qué proyección cree que tienen el resto de lenguas co-oficiales de España en el panorama musical de nuestro país?
R.R.: Yo escucho más música en catalán que en gallego, pero porque me gusta más el producto en sí. Es por eso que pienso que hay que invertir más en la música gallega. En la literatura hay una gran proyección, pero en la música no pasa eso. Tenemos a Carlos Núñez, por ejemplo, y es más reconocido fuera de Galicia que aquí. Tenemos que empezar a valorar las cosas nuestras que son nuestras por algo y difundir la lengua gallega sin límites, ni ideológicos ni lingüísticos.
C.J.: ¿Considera entonces que la música podría reivindicar la cultura gallega de alguna forma?
R.R.: Yo creo que con la música se puede hacer muchísimo, ya que, al final, es una fuente de comunicación y la lengua se muestra más bonita si es cantada. Hay que hacer más música en gallego y sin marcarse estilos prefabricados. Parece que si haces rock en gallego tiene que ser de esta forma o de esta otra y lo mismo pasa con el folk. Deberíamos buscar más la libertad artística.
C.J.: Al hilo de lo que comenta sobre los géneros, en sus discos explora muchos y los mezcla, ¿qué le motiva para decantarse por uno u otro?
R.R.: Nunca sabes dónde te va a venir la inspiración, eso es lo interesante. Vives, sin darte cuenta, en un continuo movimiento de tu propia obra. Puede entrar de repente una persona en un bar y no sabes por qué te inspira para una canción.
C.J.: ¿Está preparando una gira para acompañar a su nuevo disco, Sol de invierno?
R.R.: Sí, pero de muy poquitos conciertos. Con el disco anterior hice una gira muy larga y, ya que me toca encargarme de absolutamente todo, creo que es mejor hacer pocos con la mayor calidad posible y eligiendo bien los sitios. Tengo varias fechas en mente, pero aún no hay nada cerrado.
C.J.: Y para terminar, ¿qué planes tiene más allá de este nuevo trabajo?
R.R.: ¿Planes? Con los años he aprendido a no hacer planes a muy largo plazo porque se acaban cayendo. Lo que quiero es disfrutar del proceso y, si en algún momento tengo que dejar de publicar, pues se acabó y ya está. Cuando tienes una pasión, la tienes toda la vida. A mí la música me apasiona y me va a apasionar siempre.