Portadas Blanco y Negro: reflejo social

Desde Mayo de 1891 hasta octubre del 2000 la Revista Blanco y Negro se mantuvo fiel con los lectores. Más de un centenar de portadas podrán ser analizadas por nuestra mirada, hasta el 9 de junio,  en el museo ABC donde se atesora una colección sorprendente y cautivadora. Una cita clarificadora de una sociedad que buscó el avance por medio de la figura femenina y las desmitificaciones de roles sociales. 

 

 A la izquierda observamos la primera portada de la revista. Se mantuvo insustituible durante un año. Obra del pintor Díaz Huertas podemos apreciar un coche de caballos, cuyo conductor mantiene firmemente un látigo, avanzando por un camino. La novedad del cuadro residía en la inversión de los papeles: es una dama quien conduce el coche y, al fondo, en el asiento de los pasajeros, se observa una silueta masculina con chistera. Tampoco son caballos quienes tiran del carruaje, sino una especie de insectos alados que permiten sobrevolar el camino plagado de hojas informativas, en lugar de rebotar sobre los adoquines.

La portada es la carta de presentación y sin duda alguna representó un cambio y un anticipo de la llegada de nuevos tiempos. Más de dos mil portadas se publicaron en Blanco y Negro entre 1891, fecha de su aparición, y el verano de 1936. Un centenar de ellas se reúnen en la nueva exposición del Museo ABC.

Su fundador fue Torcuato Luca de Tena, quien llegó a comparar la portada de una publicación con el escaparate de una tienda de lujo. Causan un impacto visual frente a otras que le crean competencia. Por ello se decidió que grandes ilustradores de la época trabajasen en Blanco y Negro: Eulogio Varela, Enrique Climent y Picó, entre otros. 

Evolucionó la tipografía a ser modernista de estilo Art Nouveau, al modo de logos que encontramos en la cartelería francesa y catalana noucentistas. Las iniciales B y N enmarcan las páginas y éstas se advierten ornamentadas. Los hechos históricos o la fotografía fueron, en algunas ocasiones, alimento para la portada. 

Con la llegada de las Vanguardias llegó el color y la integración de estilos artísticos como reflejo de cambios sociales: portadas anecdóticas, comprometidas con la lucha social, tradicionales, modernas…

El museo ABC nos propone un recorrido por la historia de las portadas que reflejan un modo de ver el mundo por parte de una generación española llena de contradicciones y expectativas  ambiciosas donde la mujer supuso un cambio y un avance, donde la mujer comenzó a ser positivamente valorada.

 

 

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