Peckham y Shoreditch son dos barrios que casi nunca aparecen en la lista de «cosas que hacer un fin de semana en Londres». Sin embargo, una visita a ambos lugares puede servir para medirle mejor el pulso a la ciudad del Támesis que cualquier ruta guiada por sus monumentos más conocidos. Si quieres descubrir una cara diferente de Londres, pasar un día en cada barrio es, sin duda, la mejor opción.
Peckham
Este barrio, al sureste de la ciudad, está llamado a ser el próximo epicentro arty de Londres. Situado entre las escuelas de arte de Camberwell y Goldsmiths, Peckham está empezando a sufrir la temida gentrificación. Debido a sus baratos alquileres, el vecindario comienza a recibir a multitud de jóvenes artistas que encuentran en sus locales vacíos el lugar perfecto para inaugurar sus galerías de arte. Así, en sus calles conviven el bullicio de los mercados de frutas, las carnicerías halal -en Peckham se encuentra la comunidad nigeriana más grande del Reino Unido-, las fábricas de cervezas artesanas y las tiendas de ropa vintage más a la última, en una mezcla de difícil definición pero tan característica de la esencia de la ciudad.
En continua transformación, los muros de los edificios sirven a los jóvenes artistas para desplegar su arte, siempre en sintonía con el resto de vecinos, que ven con buen agrado el cambio que está sufriendo el barrio, sobre todo tras los disturbios que tuvieron lugar en 2011 a lo largo de todo Londres y que afectaron de manera especial a la zona. Orgullosos de su barrio, los vecinos de Peckham cuentan hasta con su propio periódico financiado por crowdfunding, The Peckham Peculiar, donde dan visibilidad a los negocios locales y a sus habitantes más ilustres, desde músicos hasta zapateros.
Shoreditch
Bastante más popular que Peckham, este barrio situado al este de la City lleva varios años estableciéndose como punto de referencia hipster de la ciudad. Su eje principal, Brick Lane, sirve cada domingo como escenario de un mercadillo, donde es posible encontrar desde objetivos de cámaras fotográficas antiguas hasta uniformes de la Segunda Guerra Mundial. Pero lo que podemos encontrar, sobre todo, son turistas, que han sustituido su visita dominical a los canales de Camden para darse una vuelta por las calles de Shoreditch.
El desarrollo de esta zona menos favorecida de la ciudad no ha estado exenta de polémica, al proliferar los negocios dirigidos por y para jóvenes con rentas más altas que la media de todo el área. Pero es innegable que sus cafeterías, tiendas de ropa de jóvenes diseñadores y los murales que inundan sus calles son un gran atractivo para miles de visitantes despistados que peregrinan por sus calles en busca de lo último en tendencias.
Pero, lejos de la masificación, Shoreditch aún mantiene el encanto de juntar lo viejo con lo nuevo y mostrarnos ese Londres creativo que tenemos en el imaginario popular.
Unidos por el arte que puebla sus calles, estos dos barrios representan diferentes caras de una ciudad que, sin duda, merece la pena conocer.