París: lo que no te cuenta tu guía de viajes

Torre Eiffel

¡Por fin ha llegado la Semana Santa! Tenemos por delante unos días de vacaciones que algunos aprovecharán para descansar en casa, otros para ir a ver las múltiples procesiones celebradas por toda la geografía española y otros para viajar. Para estos últimos, y concretamente para aquellos que hayan elegido París como destino, va dirigido este artículo en el que desvelamos diez claves de la ciudad francesa que no aparecen en las guías. ¿Preparado? Comencemos el viaje.

 

 

1. Se pueden obtener muy buenas vistas de París desde infinidad de lugares como el Sagrado Corazón, el museo Centre Pompidou, la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo o el Parque de Belleville. Sin embargo, la mejor panorámica de la ciudad es la que veía Quasimodo desde su amada catedral. Efectivamente, desde las torres de Notre Dame se abarca una perspectiva de la ciudad de gran belleza que podrás contemplar en compañía de las gárgolas, unos acompañantes no muy habladores pero que quedan muy bien en las fotos.Panorámica de París

2. La Torre Eiffel. Es muy importante la primera vez que se ve este monumento porque la impresión que uno se lleva al verlo, se quedará para siempre en su mente. Mientras que los turistas poco experimentados llegan a la torre desde los Campos de Marte, nosotros recomendamos abordarla desde el otro lado, desde estación de Trocadero. De esta forma, la Torre Eiffel surgirá entre los edificios, con toda su envergadura y enormidad, dejando al espectador casi sin aliento.

3. Proseguimos la visita en el norte de la ciudad, en el barrio de Montmartre −también conocido como el «barrio de los pintores»− donde se conserva uno de los trece molinos que existían antaño en esta zona. No hablamos del famoso Moulin Rouge (aunque queda cerca), sino del Moulin de la Galette, un lugar de ocio en la esquina de las calles Lepic y Girardon al que los parisinos iban los domingos a comer tortas francesas o galette, de ahí el nombre.

4. Otro de los lugares para frecuentar los domingos es el Marché aux Puces del barrio de Saint-Ouen (metro Porte Clignancourt). Se trata de un mercadillo al aire libre, similar al madrileño Rastro, en el cual se puede comprar casi cualquier cosa: encontramos una sucesión de largas calles llenas de tiendas de antigüedades, cómics, libros, ropajes y zapatos del siglo XIX y un largo etcétera.

5. Nos vamos ahora al sur de la ciudad para visitar las catacumbas. En el siglo XVIII, el cementerio de los Santos Inocentes tuvo que cerrar porque no podía hacerse cargo de la gran cantidad de muertes que había en aquella época. Así, todos los cadáveres enterrados en él, junto con las inhumaciones que se realizaron en los años siguientes hasta la apertura del cementerio de Montparnasse, fueron sepultados en las antiguas minas de París; lo que hoy conocemos como las catacumbas. No se sabe exactamente cuántos cadáveres hay enterrados en las catacumbas, pero se calcula que puede haber alrededor de 6 millones a lo largo de los casi 300 kilómetros de galerías.Canal de Saint Martin

6. Después de un día agotador recorriendo la ciudad, qué mejor recompensa que el descansar las piernas en uno de los laterales del Canal de Saint Martin, dejando vagar la mente al compás de las hondas del agua o haciendo rebotar cantos rodados, como solía hacer Amelie en la conocida película.

 

Para reponer fuerzas, tres apuntes gastronómicos:

7. El apéritif. Cuando vayas a un restaurante, el camarero te ofrecerá un apéritif antes de comer. No caigas en el error de pensar que es el típico aperitivo español; se trata del consumo de una bebida alcohólica, como el vermut o el champán, para «estimular el apetito».

8. Después de comer, ¿acostumbras a finiquitar con un aromático café con leche? Pide entonces un café crème, que lleva café y leche, al igual que el café au lait, pero además trae una cubierta de esponjosa espuma de leche y una galletita de regalo. Así te evitaras la cara de envidia cuando veas a tus compañeros mojando la galleta en la espuma y tú tengas que conformarte con un aburrido café al uso.

9. Las calles de París están llenas de creperías ambulantes donde puedes comprar una crepe dulce o salada a casi cualquier hora del día. Sin embargo, si quieres lo mejor de lo mejor −la crème de la crème, como dirían los franceses− la mejor crepe se encuentra en un sencillo local situado en la rue Mouffetard, en el barrio Latino. El establecimiento se llama Au P’tit Grec y es conocido en el mundo entero a través de blogs, foros y páginas web por sus ricas crepes. En todo París no encontrarás una mejor.

Y, para terminar, una curiosidad:Space Invaders

10. Durante la visita, probablemente te habrás fijado en los curiosos marcianitos que adornan las fachadas de algunos edificios. Se trata de Space invaders, un proyecto llevado a cabo por un artista francés que se dedica a invadir anónimamente diferentes ciudades del mundo entero con estos marcianitos pixelados del famoso videojuego de los años 80. En París hay más de 700.

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