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Pablo Martínez: «Los mejores ratos de jazz y flamenco ocurren de madrugada»

Palmas
Pablo Martínez Flamenco-Jazz Band. Yura Moonlights Photography

Después de terminar su primer álbum De madrugada, Pablo Martínez [Bullas -Murcia-, 1989] acabó con las manos en carne viva. “Tuve que grabar todas las palmas yo solo”. Pero ésa no es su única labor en la banda que lleva su nombre: Pablo Martínez Flamenco-Jazz Band, fundada en Holanda hace tres años, sino que toca también el trombón y, de vez en cuando, “aporrea” el cajón. Y, además de todo eso, es el cantaor del grupo.

Pablo Martínez: Yo soy trombonista, eso en primer lugar; luego canto y, ya por último, aporreo un poco el cajón. Realmente, el trombón me ha dado muchas más satisfacciones que el cante y, por supuesto, que el cajón.

Cultura Joven:  ¿Se ha visto en la tesitura de que en alguna de las canciones del disco haya tenido que tocar los tres instrumentos?

P.M: Seguramente. Pero lo que más recuerdo son las palmas… Ya digo, ¡carne viva!

CJ: ¿Y a sus nudillos no se les asomaba un poquillo ya el huesecillo, y a su voz no le atacaba la afonía?

 P.M: Justo así.

nudillos

Pablo Martínez se crió en un pueblo del noroeste murciano: Bullas. Allí, en las noches de canícula veraniega, mamó las juergas flamencas que iniciaban su abuelo, su tío Juan y su padre. Sacaban la guitarra y olé: a cantar y a beber con los cantaores aficionados que se arrimaban al jaleo. «Y hasta las tantas de la madrugada».

CJ: ¿El título del disco evoca entonces esas veladas flamencas de su tierra?

P.M: Totalmente. Los mejores momentos del flamenco y del jazz siempre ocurren de madrugada.

CJ: ¿Cómo llegó usted al jazz?

P.M: A mi padre le gusta mucho y recuerdo que de pequeño me ponía conciertos, como el Festival de Jazz de San Sebastián, que él grababa en VHS. Eso lo llevas de alguna manera en el «disco duro» y, aunque de estudiar no se salva nadie, a veces hay una facilidad predispuesta.

tocando

Siempre hay una lluvia jupiteriana que cae sobre unos pocos. Hace tres años se marchó a Holanda a estudiar el Máster en Trombón Jazz y fundó inmediatamente su banda con Lluc Casares, al saxo y flauta; Jeff Heijne, a la guitarra flamenca; Joan Comaposada, al bajo eléctrico; y Joan Terol, a la batería.

CJ: ¿La idea de hacer este disco surgió al mismo tiempo que ustedes fundaron la banda, o pudo brotar inesperadamente en una madrugada de cantes?

P.M: En realidad, la idea del disco surgió después de que nos dieran un segundo premio en un concurso de bandas de jazz, que incluía dos días de grabación en estudio. De todos modos, lo de hacer un disco siempre está en mente cuando empiezas un proyecto, porque necesitas una carta de presentación que te dé credibilidad.

CJ: Y la suya es bastante curiosa: flamenco-jazz. Aunque Paco de Lucía, al que le dedican el primer tema, Tangos para el de la Lucía, ya había experimentado esta fusión, ¿los flamencos son reacios a este tipo de experimentos en España, o por el contrario fusionar jazz y flamenco es algo que esté en boga?

P.M: Pues precisamente Tangos para el de la Lucía lo grabamos para un EP con cuatro temas que hicimos en abril de 2014 para llevarlo con nosotros en una gira que tuvimos por el Levante peninsular (y que también estarán incluidos en De madrugada). Yo creo que la fusión flamenco-jazz está bastante presente en los últimos tiempos, sobre todo en instrumentos como el piano. Otra cosa es de la manera que se haga. Normalmente, el músico que fusiona flamenco y jazz viene del jazz al flamenco; es menos habitual que sea al revés. Aunque lo que está claro es que son dos géneros que se llevan muy bien.

CJ: ¿Resulta complejo y laborioso fundirlos?

P.M: Depende de cómo lo hagas. No es lo mismo arreglar un estándar del jazz pasándolo por un palo flamenco, que componer un tema en el que, aparte del factor rítmico del flamenco, la armonía suene a jazz y a flamenco a la vez; y que. además, se aprecie una flexibilidad a la hora de interpretar un ritmo que vaya de un estilo a otro, sin mantenerse solo en uno de los dos.

«La fusión intelectualiza al flamenco, pero el jazz ya estaba ‘agitanao’ y de color desde que empezó»

CJ: Aunque ha afirmado que este tipo de fusiones lo llevan a cabo normalmente aquellos que vienen del mundo del jazz, obviamente habrá que dominar totalmente jazz y flamenco, ¿no?

P.M: No creo que nadie domine al 100% un estilo; pero sí hay que conocer y sumergirse en los dos para no caer en la vulgaridad.

CJ: Si del jazz se ha dicho tópicamente que es un género más intelectual y del flamenco que es algo más ‘agitanao’, (en el buen sentido de la palabra), ¿cree que esta fusión agitana el jazz e intelectualiza el flamenco?

P.M:  El jazz es más ‘intelectual’ precisamente porque se ha globalizado y se ha fusionado con otras músicas desde muchísimo antes que el flamenco; lo que hace que de manera natural tenga que haber una evolución que solo puede llevarse a cabo explorando y probando cosas nuevas. En el flamenco está la lacra del purista que se dedica a machacar a todo el que se sale de los cantes que se hacían en tiempos de Silverio, teniendo también gran parte de culpa la mala gestión que se ha hecho del flamenco, puesto que no se le ha colocado en el sitio que se merece por la riqueza que posee. Entonces, sí puede ser que la fusión intelectualice al flamenco, pero el jazz ya estaba ‘agitanao’ y de color desde que empezó.

CJ: Un color negro.

P.M: Colores morenos, como el disco de «El Torta». (Ríe)

 

«La gente se está dando cuenta de que el sistema ha cambiado y de que ya no hay apoyo del gobierno ni de discográficas. El Verkami es una prueba de fuego para el proyecto. Te enteras si la gente apuesta por el disco o no antes incluso de sacarlo».

CJ: Hablemos del Verkami, el proyecto de crowdfunding en el que se ha embarcado para terminar de financiar su disco.

P.M: ¡Yo he venido aquí a hablar de mi verkami! Perdón. Pues hasta el 13 de junio está abierto. Finalizará ese día a las 12:30 horas.

CJ: Parece que va viento en popa.

P.M: Pues llevamos algo más de la mitad del dinero que esperamos conseguir. La gente se está dando cuenta de que el sistema ha cambiado y de que ya no hay apoyo del gobierno ni de discográficas ni de nada por el estilo. Así que realmente el Verkami es una prueba de fuego para el proyecto. Te enteras si la gente apuesta por el disco o no antes incluso de sacarlo. En otras palabras, solo puedes sacar un disco si la gente quiere que lo saques. A no ser que hagas música comercial, eso ya es otro cantar.

CJ:  Al no contar con discográfica, ¿será complicada la distribución?

P.M: De la distribución me encargaré yo mismo; hoy día no es tan importante que tu disco esté en las tiendas o no. La gente que apoya al proyecto durante la campaña lo recibe en su casa por correo, y la gente que oiga hablar de nosotros después de que salga el disco solo tiene que meterse en pablomartinezmusic.com y pedirlo.

CJ: ¿Cuándo estará disponible?

P.M: Si conseguimos el dinero, De madrugada estará a la venta a primeros de julio. Y aunque todavía estamos cerrando fechas, de seguro presentaremos el disco en Murcia, Barcelona y Madrid, quizá a principios de octubre.

CJ: ¿Cómo hizo para conseguir la flauta de Jorge Pardo en su álbum?

P.M: Yo grabé un tema con Jorge Pardo para su disco Huellas en 2012. Y me acuerdo perfectamente que me dijo que cuando necesitara una flauta para mi disco lo llamara. Y así hice. De hecho, él siempre presume de haber grabado Huellas mediante el ‘trueque gitano’: tú me grabas un trombón aquí, yo te grabo una flauta allá.

CJ: Vaya. Tráfico de vientos…

P.M: ¡Ea!

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Jorge Pardo, Nasrine Rahmani (que colabora tocando el cajón en un tema) y Pablo Martínez

 

Antonio F. Jiménez

Periodista. 1992. Bullas (Murcia). Vivo en Madrid y curso el máster en periodismo cultural de la Universidad San Pablo CEU. Siento nostalgia por los hombres del tiempo, como José Antonio Maldonado o Paco Montesdeoca, y por la antigua sintonía de Informe Semanal. Me gusta el olor de los caldos y el rancio de los libros viejos.