Cuatro actos engloban esta ópera romántica que retrata las pericias de Macbeth tras su encuentro con el destino. La ambición, las intrigas, la muerte y el poder se unen en esta representación sombría, donde los tres protagonistas principales son Macbeth, interpretado por el barítono Dimitris Tiliakos; Lady Macbeth, por la soprano dramática Violeta Urmana y el Coro, que es el titular del Teatro Real. De hecho, como recalca el musicólogo italiano Stefano Russomano, “el coro muestra ser no solo un símbolo de colectividad, sino también un personaje”.
Verdi, buscando mostrar la magnífica tensión dramática que William Shakespeare imprimió a la obra, llevó, a través de su composición, la tortura interior de los personajes al público en una armonía febril y a menudo desapacible, con un continuado sotto voce. Esto se muestra bajo un ambiente abrumador, debido a una escenografía concreta, terrenal, universal y con vestuario actual, gracias a la particular visión de Dmitri Tcherniakov.
El momento cumbre de la obra podemos apreciarlo en la sublime aria del sonambulismo de Lady Macbeth, donde Urmana ofrece un amplio registro dramático en su interpretación de locura romántica, con palpitaciones entrecortadas, bajos cromáticos y suspiros a media voz. Precisamente, este fue uno de los requisitos del compositor en el libreto inicial: los cantantes debían ser actores también, algo que realizan perfectamente Tiliakos y Urmana, así como el resto de componentes del elenco, dirigidos por el reconocido director musical Teodor Currentzis.
De esta forma, como preludio al bicentenario del nacimiento de Verdi del próximo año, el Teatro Real quiere homenajear al compositor con esta representación que durará hasta el 23 de diciembre, en coproducción con la Ópera de Novosibirsk y la Ópera de París. Además, para los interesados, el día 11 será retransmitida en directo por Radio Clásica para España.