Museo Lázaro Galdiano: historia, coleccionismo y obras maestras

Sala 10 del Museo Lázaro Galdiano
Sala 10 del Museo Lázaro Galdiano dedicada al arte español del Siglo de Oro

El Museo Lázaro Galdiano se inauguró en el año 1951 por expreso deseo de José Lázaro Galdiano y tras ser inventariados los fondos por el arqueólogo, profesor de historia del arte y conservador del Museo Arqueológico Nacional, Emilio Camps Cazorla. Su fundador buscaba que su colección de arte sirviera para la educación, formación y goce de los visitantes, tanto público general como especializado. Para ello se rodeó de expertos, como el catedrático de historia del arte y primer director del museo, José Camón Aznar, o el arquitecto encargado de la reforma del edificio que actualmente alberga el museo, Fernando Chueca Goitia.

Lázaro Galdiano y a la Colección

José Lázaro Galdiano nació en Navarra en el año 1862. De familia acaudalada, se formó en Derecho entre Valladolid, Santiago de Compostela y Barcelona, donde se estableció en 1882 alternando sus estudios, su trabajo en el Banco de España y su empleo como cronista y crítico de arte en La Vanguardia. En Madrid comenzó su aventura editorial fundando la revista La España Moderna, donde colaboró con literatos de la talla de Galdós, Clarín o Unamuno. Su pasión por los libros le llevó a reunir más de 20.000 volúmenes.

Contrajo matrimonio con la argentina Paula Florido y Toledo en 1903 en Roma. Junto a su esposa comenzó a construir el palacio de Parque Florido, edificio que desde 1951 alberga su colección de arte. Tras enviudar abandona España por varios años para residir en París y Nueva York. En 1947 fallece sin descendencia en su residencia madrileña y dona todos sus bienes al Estado español. Un año después de su muerte se crea la Fundación Lázaro Galdiano que gestiona todo su legado: el museo, el archivo, la biblioteca y la revista de arte Goya.

La Colección es el resultado de sesenta años de pasión por el arte —actividad que Lázaro Galdiano comenzó durante su etapa en la Ciudad Condal­— y está formada por más de 12.600 obras, entre las que se encuentran pinturas, relieves, esculturas, grabados, esmaltes, textiles, armas, bronces, marfiles, mobiliario, artes suntuarias, joyas y platería.

La colección de Madrid —formada entre 1882 y 1936— está compuesta por pinturas, dibujos y grabados de las escuelas española, primitiva flamenca y florentina. Goya, Murillo, Zurbarán, El Greco o El Bosco son algunos de los artistas que componen esta primera colección. La segunda colección es la de París —formada en la década de 1930—. En ella encontramos lienzos, entre los que destaca un retrato atribuido a la pintora renacentista Sofonisba Anguissola, mobiliario, armas, bronces y esmaltes adquiridos en París y Roma. La colección de Nueva York —formada entre 1939 y 1944— la constituyen más de mil obras, como el altorrelieve Madonna Cernazai, del escultor y arquitecto renacentista Niccolò di Giovanni Fiorentino.

Organización del museo y obras maestras

El museo se ubica en la calle Serrano de Madrid, en el conocido como palacio de Parque Florido. El edificio, antigua vivienda de Lázaro Galdiano y su esposa, Paula Florido, cuenta con cuatro plantas entre las que se distribuyen 4.800 obras de arte. Tras dos reformas y reorganizaciones de la colección del museo, las obras se exponen cronológicamente y por escuelas.

La planta baja y la Cámara del Tesoro

La planta baja era la antigua zona de servicio y, actualmente, alberga varias salas que presentan al visitante la figura de Lázaro Galdiano. Su admiración por Goya, su perfil de coleccionista de arte y bibliófilo y su actividad como editor son algunos de los datos que nos permiten acercarnos a sus intereses y nos introduce a la colección donde la pluralidad de estilos, escuelas, artistas, épocas y piezas son su seña de identidad. La apuesta por el arte español desde el siglo XV hasta el XIX y el arte de las diferentes escuelas europeas la encontramos en esta sección del museo, donde pinturas de artistas como Teniers, Mengs, El Greco, Zurbarán, Sánchez Coello, Walskappelle o Bosschaert se exhiben junto a singulares piezas como un Jaro Tartésico.

De la planta baja destaca la Cámara del Tesoro, una sala en la que se exponen en vitrinas objetos de plata, piezas preciosas y joyas que datan de entre el siglo IV a.C. hasta el primer tercio del siglo XX. Pendientes y anillos romanos y fenicios, collares y brazaletes helenísticos, fíbulas visigodas, incensarios hispanomusulmanes, platería de uso litúrgico, esmaltes de Limoges e incluso joyas de la colección particular de Paula Florido, son algunas de las piezas que encontramos exhibidas en vitrinas que ocupan la totalidad de la cámara.

La primera planta y el arte español: del gótico al neoclásico

La primera planta es la antigua zona noble del palacio que conserva tanto la distribución como la decoración original: zócalos de mármol y madera, suelos de marquetería, molduras de estuco y techos pintados por Lucas Villaamil. Las salas se organizan de manera cronológica desde el arte gótico hasta llegar a la primera mitad del siglo XIX. La predilección de Lázaro Galdiano por las tablas góticas y la pintura renacentista queda referida en las magníficas obras, de escuelas como la castellana o la aragonesa, que encontramos junto a tallas y objetos de orfebrería.

La sección dedicada al arte español del renacimiento y barroco, posiblemente, se trate de una de las más nutridas de la colección. Lienzos, en su mayoría de temática religiosa, de grandes figuras como El Greco, Ribera, Zurbarán o Murillo, se exponen junto a retratos de pintores como Velázquez, Carreño de Miranda o Sofonisba.

Continuando con el recorrido nos encontramos con el antiguo salón de baile que alberga, al igual que antiguamente, retratos de los siglos XVIII y XIX de artistas como Federico de Madrazo o González Velázquez. La sala aledaña está dedicada en exclusiva a Goya y a sus contemporáneos y en ella encontramos, las que probablemente sean las dos pinturas más reconocidas del museo: El Aquelarre y Las Brujas. En la primera, centraliza la composición un macho cabrío rodeado de brujas que le ofrecen dos niños y en la segunda, encontramos a un grupo de brujas ancianas rodeadas de murciélagos, lechuzas y mochuelos que aterrorizan a un hombre. Ambas formaban parte de la colección de los Duques de Osuna para su finca El Capricho y representan uno de los temas más habituales de la época y predilectos del pintor, la brujería.

La segunda y tercera planta: escuelas europeas y el Gabinete del coleccionista

Cada una de las salas de la segunda planta, antigua zona privada del palacio, la ocupan obras de las diferentes escuelas europeas: italiana, flamenca, holandesa, alemana, francesa e inglesa. Pinturas de Teniers, El Bosco o Constable se exponen junto a espléndidos ejemplos de esmaltes, relojes, mobiliario, bronces y miniaturas. La tercera plata se conoce como el Gabinete del coleccionista y se muestran en vitrinas y cajones armas, textiles, monedas, medallas y marfiles de todas las latitudes y épocas.

Información adicional

  • Ubicación. Calle Serrano, 122, Madrid.
  • Horario. De martes a domingo de 9:30 a 15:00. Lunes cerrado.

Marta Méndez López de Bustamante

Historiadora e historiadora del arte. Apasionada del mercado del arte y del periodismo cultural.

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