Más valiente que Napoleón y El verano en que llegaron los lobos se han hecho con los galardones El Barco de Vapor y Juvenil Gran Angular, los más importantes de la literatura infantil y juvenil en España
Creados en 1978 y dotados con 35.000 euros cada uno, los Premios de Literatura Infantil El Barco de Vapor y Juvenil Gran Angular distinguen las mejores historias dirigidas a los lectores más pequeños. En una rueda de prensa a cargo de la periodista, y también escritora, María Gómez, el Grupo SM organiza estos galardones, los más importantes en lengua española, para descubrir nuevos talentos, consolidar las carreras de los y las escritoras y acercar la literatura a las generaciones más jóvenes.
Este año ha sido la decimocuarta vez que Mónica Rodríguez, la autora de Más valiente que Napoleón, se presentaba a los premios, quedando finalista hasta en cuatro ocasiones. “Me lo merezco por cansina”, bromeaba la escritora. Su libro cuenta la historia de Nicoletta, una niña que vive tranquilamente con su tío Laurentis. Hasta que un día aparecen tres hombres que dan un giro radical a su vida, y es que tras la imagen sosegada de su tío se esconde un funambulista con un sueño por cumplir.
Más valiente que Napoleón rescata a un personaje histórico que fue olvidado por completo: Maria Spelterini, la única mujer que logró cruzar las Cataratas del Niágara sobre la cuerda floja. En cuanto a su relación con el circo, Rodríguez explicó: “A mi abuelo le fascinaba este mundo, veía cómo sus ojos azules se iluminaban al hablar sobre él”.
“Cuando me dijeron que me llevaba el premio me puse de parto”, comentaba entre risas Patricia García-Rojo. La escritora andaluza escribió El verano en que llegaron los lobos inspirándose en un cuadro guardado en su colección de Pinterest. “La pintura me da muchas ideas, busqué pájaros, una brújula, una isla y un chico negro muy guapo y de ahí nació la novela”.
El libro, en palabras de la propia autora, es una historia sobre encajar y los veranos de la adolescencia, “es una novela sobre pájaros, básicamente”. A través del personaje de Ana, El verano en que llegaron los lobos representa a aquellas personas que se han sentido señaladas por ser diferentes por su «identidad o concepción del mundo».
En su obra, la escritora trata un tema, que, en ocasiones es bastante tabú para los más pequeños: la muerte. Tanto Patricia como Mónica coinciden en que se tiende a sobreproteger al público joven. “Hay que hablar de esto desde el respeto, están preparados para hablar de todo. Yo no me planteé escribir de una manera u otra, muere un personaje y ya. La literatura es el mejor lugar para encontrar esos hechos difíciles”, explicó la creadora de El verano en que llegaron los lobos.
Espacio para la reivindicación
Ambas escritoras aprovecharon la ocasión para pedir más reconocimiento a los y las autoras de la literatura infantil: “Debemos respetarlo más, desde el mundo de la literatura se ve como un sector de segunda y se nos menosprecia mucho”, comentaba Patricia García-Rojo. “Me encuentro con el público más crítico, entregado y generoso que no se corta nada al decirme si mi libro no le ha gustado”.
Las dos novelas comparten esa necesidad de encajar que nace en la infancia y que acaba acompañándonos durante toda la vida. Para García-Rojo, este libro ha sido la oportunidad perfecta para “homenajear a la chica rara que he sido durante toda mi vida”. “La riqueza está en la diferencia y, también, en ser capaces de ver que la valentía no está en las grandes hazañas, sino en ser capaz de renunciar a ellas cuando toca”, reflexionaba Rodríguez.