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Más allá del periodismo

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comic

El Máster de Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo presenta una gran variedad de talleres interesantes y culturales en el que los alumnos participan con ilusión.

Lo último ha sido el Taller de la Novela Gráfica con el profesor Héctor Olarte, donde los alumnos han descubierto qué hay más allá del periodismo: cómic, novela gráfica y slow journalism.

Literatura en forma de novela gráfica

El término “novela gráfica” surgió durante los años 70 (término acuñado por Richard Kyle) con el objeto de acotar determinadas obras dentro del terreno artístico y, de este modo, diferenciarlas de lo que hasta entonces era un ligero método de entretenimiento popular. De tal manera que se buscó que la novela gráfica fuese una obra de calidad literaria adaptada para ser plasmada en forma de cómic. Pero, es importante destacar que suele ser mucho más extensa y compleja que este último, contando una sola historia en un solo libro desde el principio hasta el final.

Recomendación de CJ: Maus, de Art Spiegelman (Literatura Random House, 2007) y Jane Eyre, The Graphic Novel, de Amy Corzine (Classical Comics, 2008).

portada maus
Portada Maus

El primero narra la historia real del padre del autor, judío polaco superviviente del holocausto y la compleja relación personal existente entre ambos, empleando a gatos y ratones en vez de humanos para contarla.

Portada Jane Eyre

La segunda novela cuenta la historia de Jane Eyre, personaje de Charlotte Bronte, reviviendo cada momento a través de las viñetas.

El cómic como género literario

Un cómic contará, en cambio, una historia dividida en varios números de 20-30 páginas. Es una forma de arte secuencial que utiliza imágenes en un cierto orden para organizar una narración, todo empieza con dos viñetas con secuencias.  Aquí convergen dos grandes formas de comunicación: la imagen y el texto, creando así un nuevo género literario, tal y como afirma el gran Umberto Eco. Punto fundamental del cómic es que requiere y necesita la colaboración del lector.

El cómic en el sentido de “lenguaje informativo, contar historias con imágenes” tiene sus orígenes hace más de mil años. Si lo pensamos bien, con las tumbas egipcias (ej.: Tumba de Menna) o las obras románicas (ej.: columna de Trajano) ya vemos como la idea del cómic va surgiendo.

Gracias al nacimiento de la imprenta durante el Renacimiento, el cómic comienza a tomar nueva importancia. El mérito fue también de William Hogarth, impresor y editor inglés, que fue el pionero en la creación de obras con criterios de cómic como arte secuencial.

El primero de verdad fue a principios del siglo XIX con Rodolphe Töpffer (autor suizo) con Histoire de M. Vieux Bois. Lo peculiar de esto es que él regalaba su trabajo, no tenía un concepto de propiedad intelectual. De hecho, este primer cómic acabó por ser publicado en EE. UU. con el título de The Adventures of Obadiah Oldbuch en 1842.

A pesar de esto, se ha identificado el 16 de febrero de 1896 como fecha de la primera publicación del cómic, con The Yellow Kid, de Richard Felton Foucault, la primera tira en organizar y combinar un discurso mediante una secuencia de imágenes y bocadillos (es decir, los globos de textos).

Recomendación de CJ: Fabricar Historias de Chris Ware (Literatura Random House, 2014). Este es un cómic diferente al típico formato al que estamos acostumbrados. Se trata de un ‘libro objeto’, y se presenta de manera que el autor puede elegir cómo continuar la historia, sin importar el orden. “Una caja de juegos reunidos”, así lo definen los críticos.

comic fabricar historias
Cómic Fabricar Historias

Slow Journalism contra la inmediatez

El slow journalism, en cambio, evita la competición por la primicia y pone en entredicho géneros y formatos, como por ejemplo la noticia, que siempre persigue llegar cuanto antes a las personas, con lo que esto conlleva de simplificación, descontextualización y fragmentación de la información. En el periodismo lento o reposado la inmediatez no es el principal valor de la noticia, en su lugar, se atienden las necesidades de los ciudadanos como último criterio para definir lo que se va a publicar. Para el slow journalism, es mucho más importante la verdad de sus informaciones y el contenido que la velocidad con la que logran ser transmitidas. Una forma de hacer periodismo que “se permite el lujo de dedicar tiempo”.

Recomendación de CJ: Revista Cereal, Travel & StyleEsta revista es un perfecto ejemplo de slow journalism, sale dos veces al año y probablemente se refiere a un público de nicho. Trata de viajes y estilo de vida de manera peculiar refiriéndose exclusivamente a gente que es experta en los temas, que ya ha visitado “lo típico de turista” y quiere algo más.

revista cereal
Portada Revista Cereal

Francesca Billi

Viajera apasionada, determinada y curiosa. Mis pasiones: el periodismo y la coctelería. No hay lugar en el mundo que no quiero descubrir.

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