Madrid es una ciudad llena de vida y de cultura. Sobre ella se han escrito infinidad de historias, proveedora de otras tantas. Ahora, hacemos un recorrido por dos escenarios en los que la magia de la literatura se ha escapado de las frágiles páginas para hacer de esta una ciudad de arte. En primer lugar, comenzamos con una importante noticia para nuestros amantes lectores: un evento que solo en unas horas teñirá uno de los lugares más emblemáticos de la capital del color de la aventura.
¡A la caza del libro!
Entre los paseos que coronan estatuas de consagrados autores como Rubén Darío y Ramón de Campoamor; rodeando el estanque al que, en su día, Benito Pérez Galdós se refirió como »el mar de Madrid»; y bajo la arboleda en la que se sumergieron los paseos de Valle-Inclán, Pío Baroja y José Ortega y Gasset, se erige, desde hace medio siglo, la Feria del Libro. »Siempre en el Retiro» es el eslogan que encabeza una bonita iniciativa, llamada Busca, encuentra y lee, que pretende acercar a los ciudadanos a la literatura. De esta manera, en el día de hoy, 15 de junio, un total de 80 libros se encontrarán escondidos a lo largo y ancho del parque. Cada ejemplar, firmado por su correspondiente autor, aguardará impaciente el momento en el que algún ávido lector lo descubra y encuentre, entre sus páginas, el placer de la lectura.
La Feria del Libro, en sus 78 años de vida, es considerada el epicentro madrileño de la literatura y en cada edición sorprende a sus asistentes con numerosos e interesantes eventos que les permiten disfrutar al máximo de su experiencia. En este caso, cuarenta son los escritores de la editorial Planeta que han decidido sumarse a esta propuesta con el único fin de promover la pasión por la palabra escrita. De esta manera, dos ejemplares de la última novela de cada uno, nos sorprenderán en los más recónditos parajes del Retiro. Tendremos la oportunidad de adentrarnos en Yo, Julia, del actual premio Planeta, Santiago Posteguillo; y también en Las hijas del capitán de María Dueñas, El amante silencioso de Clara Sánchez o Fuego invisible de Javier Sierra. Nos acompañarán también, con su presencia entre los árboles, Inma Chacón, Rut Nieves, Luz Gabás, Curro Cañete, Luis Ramiro, Santiago Abascal y el youtuber, Blue Jeans, entre muchos otros. En palabras de Manuel Gil, director de la Feria del Libro, »con el eslogan ‘siempre en el Retiro’, cada uno de estos autores está apoyando que la feria, que lleva 50 años en este lugar, permanezca otros 50 años más».
La otra feria
Con esta brillante iniciativa cerrando cual broche de oro la 78º edición de la Feria del Libro cabe preguntarse: ¿Y después qué? No hay lugar a dudas de que la feria es uno de los eventos más esperados del año dentro del panorama literario de la capital. Pero Madrid es más que eso, es cultura enraizada en sus cimientos. Al cruzar el umbral de la fuente del Ángel Caído y recorrer el paseo de Fernán Núñez hasta salir del parque; a tan poca distancia de la Estación del Arte, y en apenas doscientos metros de longitud, la Cuesta de Moyano sorprende a los turistas, que exclaman ‘’¡Otra feria!’’. Los que ya la conocen se dejan atrapar de nuevo por el sentimiento que se desprende de la huella del tiempo sobre el papel y solo algunos han sabido ilustrarla tan bien en pocas palabras. Como dijo Francisco Umbral, ‘’es la calle más leída de Madrid’’.
Treinta casetas nos hablan a través de libros de segunda mano que nos llevan a viajar desde los clásicos del Siglo de Oro español hasta las novelas más actuales. Cien años han cumplido en este 2019 y eso no parece bastar para que Madrid termine de conocer una calle por la que han transitado emblemáticas figuras de nuestra literatura. »Nos haría falta una mayor difusión porque lo que peor nos viene es la ignorancia de la gente. No saben que estamos aquí», señala una librera que lleva en la Cuesta de Moyano desde hace veinticinco años.
La historia parece reflejarse en cada uno de sus estantes, embaucando con el polvo del tiempo a los lectores. Es quizá el atractivo que reside en los años, un atractivo que, de igual manera, llega hasta la juventud. »parece que los jóvenes tienden a la novela fantástica, de evasión, pero no todos. Algunos buscan ensayos de filosofía y política, tienen inquietudes», relata otro librero, al que le siguen las palabras de su compañero: »Te sorprenderías con las cosas que pide la gente. He visto a rockeros llenos de tatuajes y pendientes, que los imaginarías en casetas de música, buscando clásicos del Romanticismo, poesía erótica o novelas románticas».
La Cuesta de Moyano ha sido a lo largo de sus cien años un punto de encuentro para lectores empedernidos que, a pesar del auge de las tecnologías, a día de hoy continúan enfrascados en la literatura. ‘’Hay que dejarse llevar por el libro, ya que es el propio libro el que, en muchas ocasiones, te llama’’. Puede ser el título, la portada o la sensación que produce el tener en tus manos un poco de historia.