LADY ALASKA

El Paso Trascendental del Vodevil a la Astracanada es una manera de resumir 20 años de Fangoria. Mas de cuatro cambios de vestuario, más de 25 canciones y como dice Alaska de sus propias palabras: «No es un grandes éxitos, es más bien la muestra de toda una trayectoria”. Olvido Gara y Nacho Canut, iconos de la música española desde principios de los ochenta y supervivientes de toda una generación devastada, homenajean esa supervivencia mediante un coctail de canciones con estética Barroca.

Desde que tengo uso de razón escucho a Fangoria. Sin embargo, nunca había ido a un concierto suyo. Últimamente andaba medio enfadada con Alaska y Canut, había escuchado y leído demasiadas entrevistas suyas y sinceramente, me estaban cayendo mal. Ya lo dice siempre un amigo mío: «Si te gusta mucho alguien no quieras saber más allá de su arte. Quizás las palabras se excedan y te den a conocer demasiado de la persona», lo cual no me interesa lo más mínimo. Ayer la noticia de que MTV apuesta por un reality donde mostrará la vida de Alaska y su marido, Mario Vaquerizo, me hizo estremecer en este sentido. Fui reacia al concierto que Fangoria dio el pasado Sábado en Jardines de Viveros, Valencia. Un concierto gratuito, lleno de falleras fingidas con bolsas de basura, algún que otro hombre de verdad y tintes imposibles de pelo. Comenzó y todos a cantar, una canción tras otra era más y más conocida. El sonido era como de andar por casa (aunque bien había soportado un par de horas de lluvia), y el espectáculo olía demasiado a Playback. Un cameo al ‘Bad Romance’ de Lady Gaga, con coreografía incluida, me puso sobre alerta (gritos de  LADY ALASKA en el público) El escenario; una escalera de “Revista” flecos, plumas y corsés. Habíamos retrocedido en el tiempo y Norma Duval ahora era bajita, morena y robusta. 

‘¿Cómo pudiste hacerme esto a mí?’, ‘La funcionaria Asesina’, ‘Hombres’, ‘Retorciendo palabras’, ‘No sé qué me das,’ ‘A quién le importa’, ‘Criticar por criticar’, ‘Quiero ser Santa’, ‘El Rey del Glam’, ‘Perlas ensangrentadas’ etc. Pero entre todas siempre sabrán (triste o maravillosamente) que ninguna canción será mejor que ‘Bailando’. El público enloqueció con este tema que resurge siempre de entre sus cenizas para hacernos mover la pierna, el pie, la tibia, el peroné… Te toman de la mano, te llevan a soñar, a ser electricistas, a retomar aquel verano, la mañana de playa con tu hermano, los viajes en coche con tus padres, las tardes de Colacao y Bola de cristal, el olor del vinilo, los casettes rebobinados con bolis Bic, la absurdez del estilo de los noventa (ayudada por el striptease de Susana Reche con música de Marilyn Manson), el Glam, lo electrónico y las sierras mecánicas. Me fueron conquistando, poco a poco y sin querer. A medida que avanzaba el concierto me fui adentrando en la masa de gente, que coreaba las canciones como en un enorme karaoke. Ya en la última parte del concierto estaba en cuarta fila. Coreando, jugando con las coreografías y descubriéndome, de nuevo enamorada de Fangoria, Dinarama, Pegamoides y Caca de Lux. Nos despidieron con ‘Gracias por venir’de Lina Morgan. La mejor de las maneras, cerrando el guiño de todo su espectáculo revelando, su fuente de inspiración más directa.

De vuelta a casa, a penas sin voz, la calle desierta, la noche ideal, había tenido lugar. Me había reconciliado con mis antiguos ídolos. Me dejé engullir por sus palabras retorcidas de amor. Huyendo hacia el cementerio de mis sueños, me descubrí exhausta y contenta. Por fin los había visto. Pero Señora Olvido y Señor Canut, en una cosa se equivocaron, no me arrepentí de ir a verlos.

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